Nairan
01/07/15 13:14
Ha comentado en el artículo El riesgo de fraude en inversión y la diligencia debida
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Hola Nel.lo:
Gran artículo. Hace unos días reflexionaba sobre la figura del inversor. Se me pasó por la cabeza que en cierta medida somos el equivalente a lo que representa el poder judicial en la democracia. No podemos hacer las leyes, ni las reglas del juego y tenemos que ver como los directivos mangonean todo lo que pueden. Pero en última instancia tenemos el poder (y la responsabilidad) de decidir qué empresa respaldamos con nuestro capital. Para ello, hay que estar lo mejor informado posible y no hacer muchas tonterías. En la medida en que delegamos esa responsabilidad a "profesionales" nos exponemos a diversos riesgos, como bien señalas.
Por cierto, no sabía que la figura de Gekko estaba inspirada en Milken. Llegué a la figura de Milken a través de Howard Marks hace unos meses (vi algunas entrevistas en youtube), y me pareció muy inteligente e interesante. Ahora con tu comentario he atado cabos. Es verdad que Milken desarrolló la idea de empaquetar bonos de baja calidad y que fué el responsable de gran parte del mercado de bonos basura en los 80. Sin embargo creo que la tesis que él defendía, es válida. Anteriormente se pensaba que cualquier bono que no tuviera el rating triple A, no era digno de ser considerado como inversión. Su idea principal, es que lo que determina si algo es susceptible de ser buena inversión o no es la relación entre su valor y precio (por tanto, si se compraban bonos de peor calidad lo suficientemente económicos podrían ser una buena inversión). La constatación de esta realidad es que Oaktree (Howard Marks) se ha dedicado a esto y ha obtenido una rentabilidad de más del 20% compuesto anual durante los últimos 25 años.
Con respecto a la regulación, me viene a la cabeza el comentario que hace Taleb (creo que en Antifrágil), donde señala que el problema de la regulación es que los "practicantes" siempre tienen más conocimiento que los que los vigilan (reguladores). La solución en la antigua Babilonia era simple: Si la casa de un arquitecto se caía, ejecutaban al arquitecto. Curiosamente las viviendas babilónicas son conocidas por su resistencia y los arquitectos nunca escatimaban cemento (o lo que utilizaran) en los fundamentos de sus construcciones ;)
Otro ejemplo de esto aparece en "The Big Short" de Michael Lewis (que estoy leyendo ahora). En él se narra la esperpéntica aventura de las subprime en los EEUU. Parte del problema es que todos los más inteligentes van a trabajar a los bancos (que son los que más cobran). Los que no consiguen estos puestos, acaban trabajando en las agencias de rating y los reguladores. Luego pasa lo que pasa.
Saludos.