Pura formalidad, sin embargo, a su salida del parlamento se dedicó a hacer peinetas con su dedo y así hace "honor a este compromiso".
-----
http://ecodiario.eleconomista.es/politica/noticias/4126115/07/12/andrea-fabra-habria-perdido-las-dietas-e-incluso-el-escano-en-la-eurocamara-.html
Si la hija de Carlos Fabra hubiese proferido la dichosa frase en Bruselas o Estrasburgo, la sanción estaría más que asegurada y habría oscilado entre las pérdida de sus dietas hasta la suspensión temporal por varios mandatos.
El reglamento de esta cámara fija cuatro tipo de sanciones:
a) amonestación;
b) pérdida del derecho a las dietas para gastos de estancia durante un período de dos a diez días;
c) sin perjuicio del ejercicio del derecho de voto en el Pleno, y a reserva en este caso del estricto respeto de las normas de conducta, suspensión temporal, durante un período de dos a diez días consecutivos de reunión del Parlamento o de cualquiera de sus órganos, comisiones o delegaciones, de la participación en todas o en una parte de las actividades del Parlamento;
d) presentación a la Conferencia de Presidentes, de conformidad con el artículo 19, de una propuesta que podrá comportar la suspensión o la retirada de uno o más mandatos ocupados en el Parlamento"
¿En qué caso se pone en práctica? Prácticamente en todos aquellos en los que se escucha alguna salida de tono que no corresponde con la solemnidad de la institución.
Ejemplo: el euroescéptico Nigel Farage afirmó recientemente que Hernan Van Rompuy tenía "el carisma de un trapo". Su descripción (nada diferente de otras expresiones que se puede escuchar semanalmente en las bancadas de nuestro Parlamento) fue castigada con dos años de retirada de dietas. A 200 euros la dieta diaria se puede decir sin lugar a dudas que el comentario le salió bastante caro.
El castigo 'light' de España
En España, sin embargo, los mecanismos de sanción son diferentes. Al igual que en el caso de la Eurocámara, el proceso se activará cuando el presidente escuche cualquier comentario que entienda es ofensivo para sus señorías, las Instituciones del Estado o que alteren el orden de la sesión. Sólo en tal caso se puede actuar, es decir, sólo cuando el presidente escucha o capta un incidente se pueden iniciar los trámites pertinentes.
Aquí encontramos el primer obstáculo que ha impedido que Jesús Posada sancione a Andrea Fabra. El presidente del Congreso afirma que no escuchó su "¡Qué se jodan!", con lo que afirma que, por mucho que las imágenes muestren la acción y que ella misma haya reconocido la frase, no puede abrir proceso alguno contra la diputada.
Sin embargo, en el caso de que lo hubiera oído, afirman fuentes del Congreso, lo normal es que todo hubiera quedado en una mera advertencia verbal, y ni siquiera eso. Son muchas las ocasiones en las que los parlamentarios lanzan expresiones similares a la de Fabra que son ignoradas desde la presidencia para evitar que las sesiones se conviertan en 'rapapolvos' constantes.
Además, en caso de que se decida pasar a la acción, el primer paso nunca es la sanción directa, sino que se deberá esperar a la segunda llamada al orden para expulsarlo de la cámara.
En tal caso, la sanción que imponga el presidente nunca podrá ser superior a un mes. Sólo la Mesa del Congreso puede ampliar este plazo. Sea como fuere, el bolsillo del diputado, como ocurre en Europa, no queda afectado por estos castigos. La guarderia de los diputados