Hervé Falciani, ingeniero informático nacido en Montecarlo hace 40 años sustrajo datos de 130.000 cuentas de presuntos evasores fiscales cuando trabajaba para un banco en Ginebra. Actualmente, colabora con el Centro Nacional de Inteligencia y permanece en un piso protegido, debido al temor por represalias de grupos terroristas y redes de blanqueo de capitales que podrían tener cuentas en HSBC Private Bank.
Falciani ha señalado que nunca solicitó ninguna gratificación por los datos aportados y que su finalidad sólo era denunciar dichas actuaciones, necesitando la colaboración de las autoridades de diversos países.
Todo comienza en 2006, mientras trabajaba en el departamento de seguridad informática de HSBC en Ginebra, teniendo acceso a infinidad de cuentas, cifras, nombres, empresas… Hasta que decide copiar dicha información, que se estima en 25.000 archivos. "El fiscal francés me dijo que efectivamente contenían mucha información, si había que imprimirlos se llenaría un tren", añade.
Ayer se celebró su comparecencia ante la Audiencia Nacional, para decidir si le extraditan a Suiza o le premian con la libertad por delatar a cientos de evasores fiscales. Ha explicado que el viaje a Beirut en 2008 pretendía “desencadenar una alerta bancaria para dejar claro que había fallos de seguridad”, no lucrarse con la venta de dicha información.
Algunas autoridades, entre las que se encuentra Pedro Saura, portavoz de Hacienda del PSOE, han defendido la necesidad de “medidas ejemplarizantes” para luchar contra el fraude fiscal, oponiéndose a la entrega de Falciani.
Dolores Delgado, fiscal de la Audiencia Nacional, ha señalado que "cuando estamos elaborando ese tipo de normas y estamos diciéndole a los sujetos que colaboren, por otro lado no podemos castigar o incriminar a aquellos que observando indicios delictivos en los puestos que ocupan, los denuncian y comunican las conductas delictivas a las autoridades nacionales competentes". Además, la obligación de denunciar estas conductas delictivas constituye "una justificación que destruye la antijuricidad de su conducta". Por tanto, la fiscalía ha optado por oponerse a la entrega de Falciani a las autoridades suizas.
En este sentido, Estados Unidos elaboró un informe en el que se destacaba "la falta de sistemas de control de operaciones que podían conllevar blanqueo de capitales en Argentina o México o financiación del terrorismo", afirmando que "el HSBC es un banco que de por sí es un paraíso fiscal".