El cofundador de Netflix, Reed Hastings, recordaba hace unos días que vivimos tiempos "con restricciones sobre lo que podemos hacer en sociedad. Y por eso muchas personas recurren al entretenimiento que ofrecen las OTT para relajarse y sentirse cómodas".
Este hecho explicaba que en el primer y segundo trimestre de 2020 los resultados de Netflix lograron un gran avance debido al confinamiento. El videoclub infinito superó en 26 millones de suscriptores los números que logró el año anterior.
Y estas cifras provocaron que los inversores creyeran que el confinamiento duraría eternamente y que los usuarios crecerían hasta el infinito. Pero el propio Hastings ya ha admitido que en el segundo semestre del año espera un crecimiento para la compañía menor que en el mismo periodo de 2019.
Veremos cómo evoluciona Netflix de la mano de Ted Sarandos, que lleva más de veinte años en la compañía y ahora toma las riendas de la misma. No tendrá fácil mantener el ritmo de esta plataforma si tenemos en cuenta que gigantes del entretenimiento como Warner, Disney o NBC están impulsando sus propios servicios y que dos de las compañías más valiosas del mundo, Apple y Amazon, están aumentando su inversión en contenido premium.
Por no hablar de la competencia que supone el asombroso crecimiento de TikTok, que muestra la fluidez del entretenimiento en la red. Pero Netflix parece fijado en su estrategia de mejorar su servicio y contenido en cada trimestre en vez de preocuparse de sus pares. Y su crecimiento atestigua que hasta ahora les ha ido bien. Hasta ahora...
Flujo de caja
El flujo de caja de Netflix ya es positivo. Pero la apuesta de la plataforma por apadrinar producciones originales, mucho más caro y eficaz que pagar licencias, no permitirá que este epígrafe crezca demasiado.
Cuándo dejará Netflix de crecer para convertirse en una compañía madura. En el Q2 de 2020 el gasto en contenido fue de 2,6 billones, cifra que equivale al de las amortizaciones. Este hecho dio como resultado un margen en FCF de +15%.
Financiación
Netflix lidera la industria a cambio de quemar capital de forma asombrosa. Eso sí, se jactan de tener 7 billones en efectivo. Y este hecho no esconde que su deuda a largo plazo es de más de 15.000 millones de euros. Al menos no les falta financiación por su capacidad de colocar deuda: en esta última remesa han pedido 1.000 millones, cantidad que han logrado al 3,3% de interés.
Veamos ahora el desglose de cómo crecen en cada región:
Es evidente que está más que justificado el desplome de las acciones de Netflix ya que sus expectativas eran demasiado elevadas. Pero aun así el final del confinamiento y la animada competencia provocará un frenazo al crecimiento y podría conllevar una fuga hacia sus nuevos rivales si estas logran ofrecer contenido de calidad a precios muy competitivos.
¿Y si un rival consigue ofrecer las series de forma gratuita? ¿Imposible? Las cadenas clásicas, las públicas con su financiación gubernamental y las privadas con su publicidad, quizás no han dicho todavía su última palabra.