Las bolsas europeas cierran con números mixtos una de las semanas más descafeinadas de lo que llevamos de año en lo que a noticias y datos macroeconómicos se refiere (positivos en el sector industrial alemán, en las exportaciones e importaciones chinas y en el empleo semanal en EE. UU). El fondo del mercado es fuertemente alcista, configurado así por las políticas monetarias de los Bancos Centrales. Esta semana, las Instituciones Monetarias de Australia y Corea se han sumado a la corriente imperante, bajando tipos de interés por sorpresa.
Los índices de Wall Street han batido máximos históricos durante cinco sesiones consecutivas (ayer hubo un pequeño recorte), y el DAX ha hecho lo propio. Los resultados empresariales de importantes compañías europeas que hemos ido conociendo durante la semana sí que han tenido un claro efecto sobre las cotizaciones (hoy BT está favoreciendo a todo el sector de telecos en Europa), algo que no ha ocurrido de manera tan visible en Wall Street.
Hoy, la subida del Dólar, propiciada en parte por el desplome del Yen, junto con la más que posible bajada de previsiones de demanda de crudo de la OPEP, ha castigado a las materias primas, lo que ha restado cierta capacidad de subida.
El Ibex 35 ha sido el peor índice en el día de hoy (en realidad, durante toda la semana), lastrado por el mal comportamiento de la deuda española. Tras la fuerte mejora durante las últimas semanas, la caída de la rentabilidad de la deuda española a 10 años se ha detenido en el nivel del 4%, dónde se están produciendo algunas ventas. Desde esa zona se ha producido cierto rebote en la rentabilidad, lo que puede continuar afectando negativamente al Ibex la próxima semana, especialmente si el resto de bolsas sufren algún tipo de corrección menor, hipótesis probable en estos niveles.
El 60% de los clientes de IG a nivel mundial con posiciones abiertas sobre el Ibex 35 están cortos.
