Las Bolsas y el resto de mercados han sobrerreaccionado a la comparecencia de Mario Draghi, que en nada altera el guión que estaba siendo descontado por el mercado.
Las fuertes caídas de hoy apuntan a que sí que existían ciertas expectativas de que hoy mismo se anunciasen nuevas medidas, lo que resultaba extremadamente improbable, máxime cuando la próxima semana tendrá lugar la segunda subasta del programa TLTRO, en la que se espera un considerable aumento de la demanda de crédito de los bancos.
O, en otro nivel, existían expectativas de que Draghi diera un paso más en sus afirmaciones, partiendo de las últimas declaraciones en las que hablo de que el BCE “haría lo necesario para elevar las previsiones de inflación lo antes posible”.
El Presidente del BCE no ha concretado nada sobre nuevas medidas, más allá de las valoraciones ya conocidas.
Pero, al margen de los movimientos de las Bolsas, la conclusión que cabe extraer de la comparecencia de hoy pasa por, como mínimo, mantener las mismas posibilidades, muy altas, de que la Autoridad Monetaria emprenda un programa de compra de bonos (privados, públicos o de ambos tipos) durante los próximos meses, para tratar de impulsar la inflación y el crecimiento, que se mantienen débiles y amenazados. Además, hoy se ha deslizado otra novedad: el anuncio de nuevos programas de compras podría hacerse por simple mayoría, y no por unanimidad. Este matiz podría, incluso, hacer más probable el ansiado QE, al eliminar la capacidad de veto de los miembros de la órbita alemana.
De tal forma que todo sigue más o menos igual. La caída de las Bolsas de hoy se antoja exagerada y fácilmente reversible.
Quedando atrás ya uno de los principales catalizadores que restaban por conocer en 2014, la próxima semana tendremos otro: el resultado de la segunda subasta TLTRO.
Mientras tanto, las Bolsas de EE.UU., Japón y China siguen mostrando una gran fuerza, lo que sin duda también supone un apoyo para las Bolsas europeas.