Nueva jornada de subidas de las Bolsas europeas, que están a punto de completar una semana extremadamente positiva.
Los ascensos semanales rondan el 5% en los principales selectivos, en la mejor semana del año en algunos casos.
El impulso alcista que venimos desarrollando desde el 28 de septiembre (y que eleva al Ibex cerca del 9%) se justifica principalmente con un cambio en el apetito comprador de los inversores, tras las durísimas caídas durante los meses de agosto y septiembre. Hemos tenido también el apoyo de los sectores más castigados en las últimas fechas: los sectores que más han subido han sido el de minería, petroleras y automovilístico. VW, por ejemplo, ha recuperado un 23% esta semana.
Pero en lo que no ha habido el menor cambio es en la percepción del futuro económico. Los datos macroeconómicos que hemos conocido durante estos últimos días de rebote, han seguido teniendo un sesgo claramente negativo, especialmente, en Alemania y en EE.UU., dos de las economías más importantes del mundo.
Así pues, las duras caídas de agosto y septiembre, y el intenso rebote de los últimos días, se han desarrollado bajo el mismo sentimiento económico. Simplemente, se han intercambiado las ventas por las compras cuando los principales actores del mercado han juzgado que era el momento de volver a posicionarse.
Ayer conocimos las Actas de la última reunión de la FED, en la que se mantuvieron los tipos de interés.
La conclusión que muestran las minutas es que la economía americana ya podría estar mostrando fortaleza suficiente para materializar la subida de tipos, pero las incertidumbres y los riesgos que proyectan los países emergentes aconsejarían retrasar dicha decisión, pese a que estiman que el impacto de esos problemas sobre la economía americana es limitado.
Tras la reunión de la FED, las Bolsas occidentales perdieron más de un 3%, mientras que ayer, Wall Street celebró el mensaje que lanzaban las Actas. De nuevo: mismo hecho valorado de dos formas diametralmente opuestas.
La semana que viene será probablemente más tranquila, y podríamos ver una consolidación de las últimas subidas, ya con los resultados empresariales acaparando toda la atención. En cualquier caso, parece que el principal motor que mueve los mercados, el apetito comprador, se ha activado.