Para los que fueron recortados la situación es buscar futuro en otro sitio, pero si te toca quedarte luego de un recorte, la situación emocional hace necesario buscar técnicas para automotivarse.
Lo primero es desbancar mitos, los engaños y autoengaños que nos metimos o nos han metido en la mente, para ver la realidad como es.
Desbancando mitos
La empresa como el gobierno, tiene sus aspectos políticos y discursos de dirigentes hacia las masas. Igual que los gobiernos, las empresas tienen ideologías, equivocadas o no. Todo esto hace que te hayas construido una idea de la realidad que no era, y el despertar y poner los pies sobre la tierra puede traer emociones inútiles.
En primer lugar, no es culpa de la realidad que la realidad no se ajuste a los discursos políticos o corporativos, o a las ideologías, o a la idea que te habías formado por haber creído que el mundo era de una manera cuando era de otra.
El primer mito es creer que la empresa es una familia o un país. La empresa es una organización con fines de lucro, y no es ni familia, ni país. No le debes a la empresa lo que le debes a tu familia, ni le debes a la empresa lo que de debes a tu país. Tampoco la empresa te puede exigir lo que tu familia o tu país te podría exigir. ¿Cuál es la relación entonces?
La relación correcta es la relación del panadero del barrio con su vecino. El vecino compra pan, y el panadero le vende. Un día el panadero puede decidir no vender más pan, o un día el vecino puede decidir que no va a comprar más pan, y ninguno de los dos se puede enojar, porque el tema del pan era una transacción, dinero a cambio del fruto del trabajo del panadero.
No es correcto que el panadero le pida al vecino que le mantenga, ni tampoco es correcto que el vecino le pida más pan por el mismo dinero. En el caso del trabajo del trabajador, es equivalente al pan, y los precios están definidos en parte por los requisitos que impone la ley, y también como resultado de lo negociado en el momento de la contratación.
En el discurso corporativo de vecino, le ofrecen al panadero una carrera, crecimiento profesional, bonificaciones si llega a ser panadero sobresaliente por desempeño, estabilidad, etc. Sería extraño y surrealista que el panadero se emocione con tales palabras del vecino. Sería muy raro que el vecino le diga que entregue más pan para aspirar a un alto desempeño, para intentar (sin seguridad de nada) hacerse acreedor a un bono (si logra entregar más pan que los demás panaderos).
Ahora imaginemos que el panadero se creyó todas esas cosas, y un día el vecino decide no comprar pan a los demás panaderos porque está recortando gastos. Miras como el panadero, miras cómo es que las promesas del vecino no se cumplieron con esos otros panaderos y quizás contigo tampoco. Y entonces puedes desmotivarte, desilusionarte, decepcionarte, y empiezas a hacer tu pan de mala calidad, o tratas de subirle el precio o cobrarle por ello de alguna otra forma, lo que tienta al vecino a no comprar tu pan.
El problema allí es que por moda entre vecinos, se adoptó la costumbre de prometer el cielo y la Tierra a los panaderos, para obtener más pan con menos dinero. Y si tu hubieras sido vecino, probablemente habrías hecho lo mismo sin saber que era una moda extraña. Es tiempo de calibrar tu realidad.
Como panadero que entrega el fruto de su trabajo a cambio de dinero, tendrías que entender que tu panadería es un negocio con fines de lucro, y eso significa que trabajas a cambio de dinero. Eso no significa que debas tratar de chuparle la sangre al vecino, simplemente que tienes que hacer un equilibrio, de modo que si te piden que regales pan, tendrías que medirlo a la luz del hecho de que eres un empresario y hay otra empresa que te pide condiciones especiales, que podrían ser temporales o probablemente permanentes. Claro, tienes algún grado de asimetría cuando hablamos de poder de negociación...
Por supuesto, vendes tiempo y resultados, y tienes un suministro limitado de modo que sólo tienes un cliente, un empleo. y eso conlleva todos los problemas que tiene para un empresario tener un sólo cliente.
Podrías llegar a la conclusión equivocada de que se trata de un matrimonio. Aunque la búsqueda de empleo se parece mucho a la búsqueda de pareja, son cosas muy distintas. En un matrimonio, la infidelidad es algo no compatible con el modelo matrimonial. Sin embargo, no hay razón por la cual no debas cambiar de empleo, alguien más podrá hacer tu trabajo, y los mismos empresarios dicen "nadie es indispensable".
La empresa lo que te puede ofrecer es una paga, y mucho trabajo. Punto. Si salieras a la calle y te hicieras empresario, eso es exactamente lo que podría ofrecerte un cliente.
¿Cómo haces entonces si te piden que labores horas extras o que des alguna otra cosa a cambio de nada? Tendrías que decidirlo como si fueras un empresario, una decisión de negocios, si te conviene o no, sin esperar milagros. ¿Y los aumentos? La mejor manera de obtener un aumento es cambiar de empleo, aunque eso también tiene sus riesgos. ¿Carrera y crecimiento? Tendrías que hacer como hacen los empresarios.
Claro, un aspecto del capitalismo que no cabe aquí, y que te diferencia del panadero, es que se supone que a mayor riesgo, mayor rentabilidad, y pasarle el riesgo a los empleados recortados no parece compatible con el modelo capitalista. Imagino que los empresarios que recortan querrán implementar un modelo alterno. El empleo se distingue del emprendedurismo en tanto el empleo debe ser de bajo riesgo, porque la rentabilidad y el riesgo se lo dejan los empresarios, al menos en la teoría.
El problema social de los recortes
Ahora que ya vimos la calibración mental para enfrentar el mundo de los recortes, podemos analizar a nivel social el tema de los recortes.
Bajo el sistema capitalista, el empleo es el mecanismo de distribución de la riqueza. La historia demuestra que el capitalismo no funciona cuando el desempleo es alto. Ejemplos de cómo este tipo de situaciones llevan a sistemas alternos al capitalismo son: El chavismo, el kirchnerismo, la revolución comunista en China, la revolución francesa. Todos estos eventos surgen luego de que viene alto desempleo y el fallo del empleo como mecanismo de distribución de riqueza.
Entonces es claro que si la idea es crear el caldo de cultivo para un chavismo, lo que pueden hacer es recortar empleos. Por supuesto, además de eso viene el problema de la inclusión económica, que ha sido tema amplio de discusión en Latinoamérica desde los tiempos de la década perdida de 1980.
Si la idea es traer rentabilidad de corto plazo y luego deslocalizar la empresa, felicitaciones, están creando chavismo por todo el mundo. sabemos que el chavismo se le debe agradecer primero al FMI por hacer causado desempleo y así hacer posible el ascenso espectacular de un Hugo Chávez que fue incluso capaz de desafiar a los EUA. Tremendo logro.
Tal vez las empresas que recortan no vayan a tener el gran éxito del FMI en la promoción del chavismo mundial, pero se nota que de verdad se esfuerzan, y habrá que felicitarlos cuando les nacionalicen, e invitar a los recortados a la celebración.
Normalmente se mira el problema social como ajeno, como una preocupación de izquierdistas, y un problema para los pobres, para otros. Es como si los que deciden el recorte sintieran que la Tierra es muy grande como para ser alcanzados por el chavismo, o porque abiertamente son pro-chavistas. Lo cierto es que un sistema existe porque la gente lo sigue. Al convencer a la gente de que el sistema no sirve, la gente se pasa a otro sistema y resulta muy difícil volver al anterior. Entonces, en realidad se trata de empresarios que parecen estar planeando la creación del chavismo mundial del futuro, y si no lo están planeando, lo están haciendo muy bien de todos modos.
Automotivarse
Lo mejor es hacer como hace el panadero que hace su mejor pan, sabiendo que un día el vecino puede no llegar a comprar, y tomando las previsiones necesarias. Es un vecino problemático que muchas veces le causa problemas al panadero. Pero al final el que hace bien las cosas saldrá adelante.
Si algo te molesta de cómo funciona, es una buena oportunidad para ver que los demás descontentos desarrollen los valores que se necesita para contrarrestar el problema y mejorar el país, tu país, tu alrededor. La empresa no es familia, no es un país, no es apropiado creer que el vecino es papá, ni que se debe tener patriotismo hacia la empresa. Si eres honesto no es porque te lo exigen, eso es porque es parte de la marca profesional que tienes. Siempre hay una manera de ganar jugando limpio contra los que juegan sucio. Decía una anciana una vez: "Dios no le da alas al animal ponzoñoso".
Lo mejor es dar lo mejor posible, como entrenándose para trabajar con excelencia (llevamos nuestros errores en el trabajo a cero absoluto) en el sitio en que soñamos trabajar algún día. Si nos tratan mal y nos pagan mal, aprendemos a manejar las emociones, y luego buscar un lugar (con mente abierta porque puede no ser en España) donde te traten bien y te paguen bien.
También es preciso cuidarse las espaldas, llevar registros para que podamos explicar en el futuro a una auditoría lo que hicimos un día específico hace 5 meses o 2 años con un trámite dado, como si trabajáramos en el gobierno.
Hay una palabra que es muy difícil de usar, y se llama silencio, callar. Es bueno aprender a usar esa palabra en el trabajo, especialmente cuando no nos sentimos 100% felices. No se trata de esconderse. Que tus palabras sean sabias en el trabajo. Eso te ayudará más de lo que imaginas.
Si hablan mal de tí hay que darle tiempo al tiempo, el tiempo desmiente todas las mentiras. Sigue haciendo bien lo que haces bien.
Si eres panadero con empleo y no te han recortado en la empresa, alégrate y usa esa posición para ayudar a otros, ya sea en tu familia, comunidad o país. Promueve los valores, la participación democrática en la toma de decisiones. Recuerda que una persona mentalmente sana se reconoce porque le desea felicidad a los demás, se alegra cuando a otros les pasa algo bueno, y trata por todos los medios de que otros sean felices. Tal vez no puedas resolver los problemas del mundo, pero sí puedes empujar una mejoría desde tu posición de dicha relativa.