En la actualidad los aparatos de tu hogar se basan en redes de baja potencia que transmiten pocos datos. El 5G presenta posibilidades de innovación enormes para ML (Machine Learning), VR (Virtual Reality), AR (Augmented Reality), y la gente podrá ver desde la distancia si su refrigerador todavía enfría, pero también presenta riesgos terribles.
El problema de la seguridad suele ser muy sencillo en concepto, difícil en su implementación. Existe un espacio compartido, rodeado por una barrera de entrada, que sólo permite que determinadas personas estén en ese espacio. De allí que se haya inventado toda clase de medidas de seguridad para asegurar que en empresas, bases militares y otros sitios, no se colen elementos indeseados con intenciones cuestionables.
Tradicionalmente una casa ha sido así, un espacio compartido por habitantes y rodeado por cuatro paredes. Sólo sus habitantes tienen acceso al hogar. El problema del 5G es que presenta la posibilidad de quebrantar los problemas de seguridad de los hogares, y hasta meter a la gente en la ciberguerra, porque al estar metido en internet, el aparato 5G está compartiendo el espacio hogareño que antes era privado. El aumento de potencia y conectividad puede ser utilizado por personas con muy malas intenciones.
Si te han hablado maravillas del IoT (Internet of Things) ahora sabes que lo que ocurra en casa, ya no pertenece sólo a los que habitan en casa. ¿Cuántos tipos de malos usos se le puede dar a la información que venga del IoT? Es una pregunta abierta, donde la respuesta la sufrirás tú si te enrolas en el 5G.
