Con cada movida del gobierno canadiense, el país se empuja hacia una realidad de crisis. Sin transportistas, no habrá comida en los estantes. Inflación y escasez sería lo esperable. Los camioneros son los que ponen la comida sobre la mesa de todos.
Y con corridas bancarias, ¿qué puede pasar? Es que las medidas hacen temer a los canadienses ante la sola idea de depositar de nuevo el dinero. Esto puede tener efectos de largo plazo, porque hace perder confianza en el sistema financiero.