Cuando se habla de agencias de calificación crediticia la gente parece tener la idea de que se basan en criterios objetivos para establecer sus ratings basándose en estimaciones de riesgos futuros. Nada parece más alejado de la realidad, pues más parecen un barómetro de emociones que funciona a posteriori, cuando ya todo se derrumbó, y no realmente el sistema de alerta temprana que se suponía que debía ser.
La primera degradación
En la crisis de 2008 EUA mantuvo su rating crediticio, a pesar de que el empleo se iba al demonio y se perdía medio millón de empleos por mes, y como todos sabemos, sin empleo la gente no puede pagar sus créditos, el gobierno pierde contribuyentes y la industria pierde porque se reduce la cantidad de clientes. La Reserva Federal en julio de 2008 se negó a ayudar a los tarjetahabientes por favorecer a los bancos que acababan de ser rescatados con el TARP con el cual se pagaron jugosas compensaciones y bonificaciones. Estos son los números que aparecían en los medios de prensa en aquel momento.
- Precio de un space shuttle: $42.000.000
- Ayuda a Haití: $1.126.089.069
- Compensaciones JPMorgan Chase: $11.700.000.000
- Compensaciones Goldman Sachs: $22.300.000.000
- Compensaciones Morgan Stanley: $14.500.000.000
Ese debió ser un buen momento para bajarle el rating a EUA, porque su economía estaba en riesgo. Un rescate bancario tan generoso (despilfarro) y una caída de la demanda privada es señal de que algo anda muy mal.
La segunda degradación
Vinieron con la reforma sanitaria y la reforma financiera, en un tiempo en que Obama y los demócratas habrían debido implementar las ideas presidenciales porque tenía mayoría en el senado. Pero no, los congresistas cedían al lobby (¿corrupción?) y los senadores demócratas se fragmentaban. Al final la reforma sanitaria soñada quedó hecha pedazos y unas cuantas medidas inocuas y menores fueron las que sobrevivieron. Y la reforma financiera no impuso más regulación, ni tampoco prohibió ni puso en cintura los productos financieros que causaron la crisis. La llamada "regla de Volcker" que iba dirigida a establecer algunas normas de la antigua ley Glass Steagall fracasaron. El riesgo político por una política dividida y una brecha entre las palabras y los hechos se hacía evidente. Un país con una política así jamás sería seguro para las inversiones, especialmente para la investigación y desarrollo que es un negocio que requiere de una gran certidumbre acerca del futuro.
La tercera degradación
Obama pareció tratar de cerrar Guantánamo y no pudo, prometió terminar las guerras y en cambio inició la guerra de Libia. Prometió ayudar a los ciudadanos estadounidenses en materia de empleo, y lo que consiguió no fue impulsar PYMEs para crear contribuyentes (empresas y empleados) que sobrevivirían una vez que el dinero estatal se agotara. Esa debió ser la segunda vez en que EUA debió recibir una degradación. Un presidente débil y un gobierno que se endeuda para cubrir un problema de deuda de los consumidores, sin crear contribuyentes para mejorar recaudación fiscal sin aumentar impuestos, ni tampoco aumentar empleos que sobrevivieran al estimulo, termina siendo como pedir prestado para consumo, usar un crédito para emborracharse.
La cuarta degradación
Se acercaba la nueva fecha del fin del mundo del default de EUA al y nadie creía que pasaría absolutamente nada pues todo el mundo se decía que realmente nada iba a pasar en EUA, el viejo hábito de los americanos de pensar que tienen el derecho a ser tratado de forma distinta a los demás países, y los congresistas seguían encerrados en sus disputas ideológicas hasta avanzada la noche del 1 de agosto. Vino la fecha del 2 de agosto en que se veía venir el default de EUA y demócratas y republicanos no se ponían de acuerdo respecto de las medidas para reducir déficit a cambio de subir el techo de deuda de EUA.
Al final subieron el techo de deuda y delegaron la discusión de la reducción del déficit a una comisión formada por 3 senadores demócratas y 3 republicanos que tendrían que rendir cuentas el día de thanksgiving. Pero esta vez finalmente quedó en evidencia que había un problema en la manera en que se usaba la deuda y en la manera de hacer política, en los problemas de demanda privada debido al desempleo.
Desde 1917 EUA no perdía su rating de AAA, dicen en CNN. ¿Rating evaluado por quién? Es que ya Dagong Global Credit Rating Co., Inc había bajado el rating de EUA tres veces, y las dos veces anteriores todo el mundo lo ignoró. S&P se lo bajó de AAA a AA+ con perspectiva negativa (S&P DOWNGRADES US AAA Rating). Moody's había advertido que si no subían el techo de deuda recibirían una degradación (se les castigaba si NO se endeudaban) mientras que a España se le degrada por no tener suficiente austeridad (se les castigaba si se endeudaban). Moody's le había dado AAA a los bancos de Islandia y a los créditos subprime.
Las agencias de rating emocionales
Esta vez el desempleo sigue alto, ya el gobierno y la Reserva Federal ven agotadas sus balas, y la debilidad presidencial y la fractura legislativa se vuelve patente. Desde 2008 hasta hoy se dedicaron a salvar bancos, y no hacer absolutamente nada para resolver las causas de la crisis. Ni siquiera han hecho nada para ir efectuando la corrección económica que EUA requiere y que han ido postergando. Es que la corrección implica el derrumbe del dólar para equiparar salarios de los americanos con el resto de países del mundo, regulación financiera muy rigurosa, e incremento a los ricos o nacionalización de bancos que producen utilidades. Sin esto EUA va a seguir por el mismo camino, postergando los efectos y haciendo la corrección más grande y dolorosa.
Como hemos visto, ha habido señales muy visibles que advertían los problemas, pero el engaño mediático logró distraer de las causas a los legos en economía. Inclusive hoy ves en la BBC a los periodistas en una discusión preguntándose sobre cómo puede resolver el problema de desempleo. Ah, finalmente entendieron que eso era un problema.
Finalmente las agencias de rating le hacen una degradación a EUA, pero ya es muy tarde, cuando EUA está al borde del abismo. Es como si las agencias de rating quisieran darle tiempo a EUA, pero no se lo dieron a los PIIGS (y eso que España está mejor que EUA en relación de deuda vs PIB). De esta manera la alerta temprana de las agencias termina siendo tan útil como una alarma de autos que se activa cuando el ladrón ya tiene el auto robado en el taller donde será desarmado. Termina siendo como una alerta de extinción que se activa un año después de que se extinguieron todos los dinosaurios.
¿Y qué desencadenó la alerta de las agencias, la degradación? Fueron las emociones de los inversores. Las señales de falla estructural eran sumamente vivibles, pero hoy ya prácticamente no hay nada más que hacer, es demasiado tarde para que EUA arregle su economía y efectúe la corrección sin sufrimientos. Esencialmente EUA podría haber tocado fondo con esta alerta mortal. Y si no tocó fondo y van a seguir en la misma fiesta, EUA va a tocar fondo de maneras cada vez más duras.
No hubo cambios
¿Qué cambio este 2 de agosto? Absolutamente nada, excepto las emociones de los inversores. Si no hubiese habido emociones, EUA seguiría con el "business as usual" de endeudarse sin límites y seguir haciendo nada en el ámbito político aparte de rescatar bancos y enriquecer banqueros. Ese golpe emocional es lo que desencadena las degradaciones. Así las agencias de rating no son exactamente una alerta temprana objetiva, sino un "emocionómetro" que nos dice lo que ya sabemos, que la gente está asustada, que hubo un cambio de tendencia en la "exuberancia irracional".
De manera interesante, es hasta ahora que en BBC los periodistas entrevistados hablan de que "las agencias de rating le están haciendo daño a la economía de EUA". ¿Acaso no le han hecho ya mucho daño a las economías de los PIIGS?
Excepto por el susto de llegar a un techo de deuda y que EUA no pudiera pagar, nada cambió porque movieron el techo de nuevo. Lo que cambió fue que ahora se ve que EUA no es el país invulnerable, no es el Supermán de las finanzas que puede resolver un problema de deuda con deuda eternamente, algo que se ha denunciado en Rankia hasta la saciedad y de lo cual Niall Ferguson ha hablado hasta el hastío. Finalmente las agencias vienen a decirnos lo que ya sabíamos.
Las agencias de rating (excepto Dagong) parecen hoy instituciones risibles. Ahora podemos comenzar a llamarles las "agencias de calificación emocionales-crediticias". Tal vez un día pase a la tienda de abarrotes y me compre una "agencia de calificación" de esas para que me digan al entrar a mi casa cómo están las emociones de mi esposa, y me digan lo que yo ya sabía de todos modos. Ese sería un mejor uso para las agencias de rating emocional, no muy útil, pero haría que no despidieran a todos los empleados de las agencias que no sirven para nada.