En los comienzos de este blog hablé de las hipotecas de alta costura. Hipotecas que, realmente, no eran para el común de los mortales. Se trataba, como en sus homólogas del mundo de la moda, de reclamos publicitarios, de muestras de virtuosismo financiero dedicadas a conseguir que se hablase de ellas en los medios, que la gente se interesase por ellas aunque finalmente acabase contratando otras.
Evidentemente, lo mismo que puede haber hipotecas de alta costura, otro tanto ocurre con otros productos, a otra escala. Una buena muestra la han dado en la filial de Credit Suisse en el Reino Unido. Credit Suisse, especializados en Banca Privada, han creado un Departamento específico orientado a clientes gays, atendido así mismo por asesores gays. Por un lado afirman que los gays son un nicho de mercado muy interesante, ya que cuentan con ingresos superiores/menores gastos que los heterosexuales, y por otro entienden que el desarrollo de este servicio conseguirá que los potenciales clientes no se vean en la necesidad de tener que justificar o explicar sus estilos de vida, ante alguien que los comparte dada su condición sexual.
Pues no lo veo. Para nada. Dudo de ambos presupuestos en los que se apoya la idea:
1. Es un tópico muy manido lo del gay adinerado. Tengo la sensación de que es un cliché que pertenece a otro tiempo. Hay un chiste bastante vulgar que no voy a reproducir pero que tiene un fuerte poso de verdad. Hubo un tiempo en que sólo aquellos que contaban con unos ingresos relevantes, con una holgada y estable posición económica y profesional , podían hacer pública su condición sexual, que además era fuertemente aireada por el hecho de la diferencia. Hablar de la heterosexualidad de Abramovich no es noticioso. Lo que no gozaban de un cierto status,si salían del armario se la jugaban en muchos frentes Hoy, en mi opinión, en nuestra sociedad (y supongo que en la británica) ese estado de cosas esta amplia y felizmente superados. Y con ello podemos comprobar que los gays, como no podía ser de otro modo, representan una realidad, desde el punto de vista profesional, como la de los heterosexuales. Hay parados, millonarios, auxiliares administrativos, policías, vamos, como los Village People.
De todos modos, he de reconocer que aun perviven determinados patrones de conducta que pueden justificar esta creencia. Así,. siempre se dice que los gays no tienen muchos de los gastos que pueden tener los heterosexuales. Supongo que se refieren fundamentalmente a los que se derivan de formar una familia (matrimonio, niños y todo éso). Pero esta afirmación es muy matizable. Por un lado, habría que ver si es estímulo de tener que sacar una familia adelante no logra que uno se implique mucho más profesionalmente, que se esfuerce mucho más y que ello conlleve su retorno a medio plazo.
Se que es muy discutible esta afirmación. Pero estamos en un terreno cenagoso. Algunos piensan que los que no tienen familia (prescindo del hecho de ser gays) tienen, por los motivos anteriormente destacados, una mayor renta disponible, y que su propensión al consumo es mucho mayor. Sin embargo, hay quien pueda pensar que al carecer de la misma, gran parte de esa renta disponible debe invertirla en productos que le supongan una mayor seguridad ante la incertidumbre del futuro.
Yo no lo veo claro. El matrimonio gay, las posibilidades de adopción individual, etc, todo ello nos demuestran que no existen dos mundos contrapuestos. ¿Donde queda la racionalidad de esa segmentación empresarial?
2. El segundo argumento me resulta peregrino. ¿De verdad existen discriminaciones a nivel bancario por la condición sexual?, ¿es necesario justificar la forma de vida de cada uno?, etc...desde luego, en lo que yo conozco en España ni remotamente. Y si apuro un poco más, la idea de un asesor gay para clientes gays me parece chocante. Supongo que el cliente gay lo que querrá es un asesor profesional, sea gay, hetero o mediopensionista. Un asesor con el que tenga una buena empatía, aspecto éste que no creo que dependa de su orientación sexual. Quizás, aunque no lo confiesen, consideran que la captación de clientes gays será más sencilla de este modo. No se. Puede entenderlo en otros departamentos de Banca Privada que conozco, como los de Deportistas de Alto Nivel, pero en este caso me chirria.
Mi conclusión es que se trata de una mera apuesta de marketing, sin mucha sustancia detras. Consigo salir en los medios como noticia, y no como publicidad, y me marco un punto de tolerante y buen rollito, que en estos tiempos luce mucho. No responde a necesidades no cubiertas por la competencia, no presta un servicio de un valor añadido.
