Una verdadera tragedia lo del apagón nuclear alemán. Muchos pronosticaron poco menos que la caída de la economía alemana debido a la falta de competitividad que iría de la mano de cerrar centrales tan baratas para pasar a confiar en las subvencionadas renovables.
El 31 de mayo, Angela Merkel, la canciller alemana, o dijo, alto y claro. Nuclear en Alemania ya no. Esta Doctora en Física, declarada convencidísima pronuclear hasta que vio las consecuencia de Fukushima, decidió apostar por el fin de esta energía en Alemania e instó al Parlamento a estudiar su medida. No se quería permitir otra Fukushima en suelo patrio, esa era la principal razón. La razón de fondo, no obstante, me temo que es la fortaleza alemana en renovables y su ausencia de tecnología nuclear propia (con la que sí cuenta, por ejemplo, el vecino francés). Inmediatamente después comenzaron a desencadenarse las reacciones en todas partes. La patronal española del sector –Foro Nuclear– titulaba así de contundente el 3 de junio: El cierre de las centrales nucleares alemanas tiene un coste de más de 33.000 millones de euros.
Angela Merkel sobrevolando parques eólicos marinos alemanes en el Mar del Norte.
Desde entonces, continúan desenchufadas 7 de las 17 centrales nucleares alemanas que se desconectaron en primavera de 2011, continúa en vigor el plan de cierre total del parque nuclear alemán (aprobado en junio en su Parlamento por 513 votos a favor y 79 en contra, es decir, aporbado con el apoyo de la oposición) y en esos meses... Alemania ha crecido. Según la Oficina Federal de Estadística del país (Destatis), el Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania ha crecido un 3,0% en 2011 a la par que el país ha rebajado su déficit presupuestario al 1%, cumpliendo así por primera vez en tres años con las exigencias del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La tasa de paro ha bajado al 6,6%. ¿Es realmente la desaparición de la energía nuclear una tragedia?
Por otra parte, se deduce claramente que Alemania no quiere continuar dependiendo de los recursos energéticos del exterior. De esta forma potencia aún más el aprovechamiento de los recursos propios, a ser posible limpios. Blanco y en botella: Renovables. Si el país ya era campeón en inversiones renovables en Europa, ahora se echa aún más en los brazos del ideal sostenible y persigue el objetivo ambicioso de que el 80% de TODA la energía consumida en Alemania en 2050 será renovable. Esto implica un sistema eléctrico 100% renovable y unos transportes muy muy renovables, imaginen cuanto petróleo planea importar Alemania en 2050:bastante menos que ahora. Dinamarca, país que ostenta la presidencia de turno de la Unión durante este semestre, aplaude la medida, aunque no es tan ambiciosa como la suya propia. De hecho, Dinamarca quiere no el 80%, sino el 100% renovable para 2050.
Mientras, en España, damos una patética imagen paleta al exterior tratando de contener los gastos de la electricidad cercenando un sector en el que somos líderes de conocimiento y exportación. La consecuencia será, auguro, una compra masiva por parte de empresas alemanas de las mejores empresas renovables españolas que tienen más difícil su supervivencia debido a los desvaríos de este y el anterior gobierno. No nos quejemos, pues, cuando nuestras fábricas se vayan a Alemania o nos pidan hablar alemán si aspiramos a trabajar en una empresa de energía solar en un futuro.
Ich lerne gerade Deutsch. Ich will vorbereitet sein und mit den Besten gehen.
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