El ministro de Industria y Energía estuvo ayer en el programa “El Debate”, de TVE. Aseguró que pronto entra en Consejo de Ministros la reforma energética y dijo en repetidas ocasiones que no es momento para las renovables, que sobra potencia instalada y que las renovables están primadas y son caras. Parece haberse aprendido bien el discurso de Unesa.
Las renovables tendrán que asumir más impuestos con la reforma energética que ha elaborado Soria. Dicha reforma ha sido parida tras siete meses de intensos debates y reuniones y ha concluido con una idea maravillosa y genial, nunca vista: Subir impuestos. Creo que más de uno se habrá quedado calvo después de dar con esta innovadora solución que tanto gusta a los liberales económicos.
Pero mientras centrales de carbón y gas que emiten grandes cantidades de CO2 sólo tributarán al 4%, renovables como la termosolar lo hará al 13%, la fotovoltaica al 19% y la eólica al 11% ¿por qué esta discriminación negativa, si son las que menos contaminan? ¿no se habla de tributos verdes? Es algo que explicaré este fin de semana en otro artículo una vez vea el texto definitivo del decreto.
“El Debate” en TVE dejó algunas perlas como la pregunta que le hizo al ministro el periodista Fernando Ónega: ¿va a abandonar el gobierno una energía nuestra como el carbón cuando la alternativa es seguir pendientes de los caprichos del viento o la sequía?. En referencia a las renovables nadie habló de energías limpias y autóctonas, de desarrollo tecnológico, de exportaciones.
Se nota la mano del nuevo director de RTVE, ¡cómo ha cambiado el discurso!
Mientras tanto, la OCDE, una organización sin apenas importancia ni influencia que agrupa a 34 países desarrollados, recomienda a los miembros de la UE a invertir en la eco-innovación y en la difusión de tecnologías verdes para impulsar la creación de empleo, especificando que el sector de las energías renovables sería responsable de tres millones de nuevos puestos de trabajo en la Unión, mientras que la aplicación de las medidas de eficiencia energética acordadas en el seno de la Unión Europea crearía otros dos millones, de aquí a 2020. Cinco millones de puestos de trabajo que ayudarán a desarrollar la industria local, reducir las importaciones de energía foránea y mejorar el medio ambiente. La nuclearizadísima Francia ya ha tomado nota de ello. De Alemania no hace falta ni hablar, lo tiene claro desde Fukushima y sus empresas se comerán a las nuestras. Países nórdicos que no quieren depender de ninguna fósil en 2050, otro tanto. Y podría seguir con Brasil, China, India, Sudáfrica, Estados Unidos... Es evidente que Soria sabe mucho más que estos pobres países que no lograrán salir de la crisis fomentando energías tan caras y superfluas.
Definitivamente España se ha convertido en la reserva fósil de Occidente.