Un mantra nuclear ampliamente extendido en España es el de que la producción eléctrica de las centrales nucleares españolas no puede modularse en función de la demanda de la red o la oferta de otras fuentes de electricidad. Los propietarios de las centrales nucleares, es decir, las mayores empresas del oligopolio eléctrico, aducen motivos de seguridad, estabilidad del reactor, edad de los reactores, etc. Nunca han expuesto el motivo real, y es que dejan de ingresar dinero si venden menos electricidad. Mientras nuestros vecinos franceses son perfectamente capaces de hacer que una central nuclear entregue sólo una fracción de su potencia nominal, parece que existe una manifiesta capacidad patria por contribuir a la estabilidad de la red. De esta forma, la energía nuclear ha dejado fuera de juego desde 2008 a muchísimos parques eólicos que, se supone, tienen preferencia en el sistema por Ley.
Pero como ninguna mentira dura para siempre, esta Semana Santa hemos tenido la prueba palpable de que no hay condicionante técnico alguno para que nuestras centrales nucleares entreguen sólo una fracción de la potencia ofertada. Red Eléctrica Española, cumpliendo con su obligación de asegurar la estabilidad del sistema eléctrico español, ordenó la reducción de un 20% de potencia nuclear en toda la península el pasado viernes 29 de marzo, viernes santo y día de fiesta. Se daba una concurrencia de factores que aconsejaban esta decisión extraordinaria:
- La borrasca que afectaba toda la Península traía vientos sostenidos que ponían a la eólica en máximos.
- Los embalses estaban llenos y se veían obligados a desaguar a todo trapo. Si se ha de tirar agua, que sea al menos turbinada y se aproveche la energía gratuita generada.
- La demanda registraba niveles mínimos récord con respecto a otras fechas debido a la crisis y unas temperaturas moderadas.
Hacía quince años que no se registraba una decisión de este tipo. Pero la abundancia de oferta y la escasez de demanda amenazaba con ser tal que el sistema eléctrico corría serio peligro.
Por supuesto, el precio de la electricidad del pool lo reflejaría convenientemente. Tanta electricidad ofertando a precio cero (toda la nuclear que podía entrar a juicio de REE, toda la hidroeléctrica y la eólica que cupiera en el sistema, puede que 40.000 MW o más) tendrán su reflejo en el precio mayorista. En efecto, la siguiente gráfica es la distribución de precios horaria del pool de un día normal, un sábado del mes de marzo del año pasado. Se observa como el precio mayorista es menor durante las horas de madrugada, cuando la demanda es menor, y aumenta conforme se acercan las horas de mayor demanda, que coinciden con las del partido del Madrid y el recalentamiento de la pizza en el microondas (hacia la hora de la cena)
Fuente: OMIE
La distribución de precios del viernes, en cambio, creo que es inédita en España. A pesar de consumirse electricidad todo el día los precios mayoristas no son capaces más que de reflejar el gratis total.
Para entender completamente que ha pasado, echemos un vistazo al mix eléctrico del viernes (Fuente: REE)
Por primera vez en un día muy ventoso la energía eólica realiza una aportación testimonial (color verde intenso), dando paso a la prioridad de máxima seguridad de ayudar a vaciar los embalses (color azul) y reduciéndose en un 20% la aportación nuclear (color morado). Los colores amarillos o rojo, centrales fósiles de gas y carbón, están al ralentí como corresponde a un día en que las renovables pueden aportar muchísima electricidad sin necesidad de importar combustible fósil.
Va a ser muy interesante comprobar como el exceso de capacidad de producción eléctrica de la península combinado con una depresión de la demanda ya no va a afectar sólo a las centrales fósiles o renovables. Hasta ahora las centrales nucleares no tenían que apechugar. Y aunque la decisión de REE fue excepcional, diversas fuentes señalan el malestar del sector nuclear con esta decisión por el precedente que supone, ya que implica que la nuclear no está libre tampoco de recortes.
Otras entregas de la serie
Mantras nucleares (I) El mito de la dependencia española de la nuclear francesa
Mantras nucleares (II) - El mito de una España que no puede vivir sin centrales nucleares