En Junio de 2007 nos encontramos con la sorprendente noticia de que el Banco Santander ponía prácticamente todo su patrimonio inmobiliario a la venta para pasar a ser inquilino de sus antiguas sucursales. A propios y extraños sorprendió, en pleno apogeo inmobiliario, que el banco más importante del país quisiera vivir de alquiler justo cuando más asentado estaba el mantra de que los pisos nunca bajan.
Por aquel entonces yo estaba empezando a estudiar el fenómeno de la burbuja inmobiliaria española y realizando mis primeros pinitos serios en el estudio de la economía española. La noticia no hizo sino convencerme de que, efectivamente, la eterna subida de precios de los activos inmobiliarios llegaba pronto a su fin. Y es que un gran banco como el Santander debía contar con la información suficiente para saber cuando los precios de mercado habían alcanzado un nivel suficiente como para que interesara vender incluso los propios edificios donde desarrollaba su actividad. No sólo vendía todas las sucursales y patrimonio inmobiliario de cierta importancia, sino también el cuartel general de Boadilla del Monte, la ciudad financiera del Santander.
Aunque dicen que el gran error de Emilio Botín fue no haber sido capaz de reconocer la crisis inmobiliaria que se avecinaba, yo no lo creo así. No sólo la vio, sino que con la mano derecha emitió el mensaje para la opinión pública que era oportuno dar acorde a las directrices del gobierno (todo va bien, no hay crisis) mientras con la mano izquierda vendía sus muy bien valoradas oficinas. La excusa oficial para efectuar estas importantes ventas era que tenían que hacer caja para afrontar la OPA conjunta del banco español, Fortis y RBS, de 71.000 millones, sobre ABN Amro.
Una operación tan grande como esta hay que dividirla en lotes. Los lotes 2, 3 y 4 consistían en edificios emblemáticos como Castellana, 24, en Madrid, y paseo de Gracia, 38, en Barcelona, que fueron adjudicadas en subasta a Pontegadea, sociedad de inversión inmobiliaria de Amancio Ortega (Inditex). Además se vendió un lote 1, del que hablaré con más detalle en este post, que consistía en las 1.250 sucursales del mayor banco de España. Siempre según la prensa y según el propio Santander, el lote 1 fue adjudicado al grupo asegurador y gestor de fondos británico Pearl.
No fue exactamente así. Aunque Pearl ostentaba la mayoría de la participación en la oferta, lo cierto es que hubo otras dos sociedades que confluyeron en la compra para adquirir los inmuebles en forma de consorcio: Drago Real Estate Partners y Sun Capital Partners. Sun Capital Partners es extranjera, luego Drago, por puro sentido común, debe ser el brazo español del consorcio. Y, en efecto, así es. Si buscamos "Drago" en la web encontramos con relativa facilidad a Drago Capital, una gestora de activos inmobiliarios que se defina a sí misma como:
Una compañía de inversión y gestión inmobiliaria que opera en la Península Ibérica y que gestiona más de 10 vehículos de inversión que engloban más de 1.300 inmuebles, fundamentalmente edificios de oficinas, activos residenciales, locales comerciales, apartamentos. turísticos y hoteles.
La cartera de inmuebles del Santander fue adquirida por Samos Servicios Generales. Samos Servicios Generales es propiedad de la sociedad holandesa St Midco Holdings B.V., que depende a su vez de la luxemburguesa St Topco. Finalmente, todo confluye en Drago Capital, pero tenemos varias sociedades pantalla interpuestas. La cosa empieza a oler regular ná más.
Drago, además de las 1.250 sucursales del Santander, ostenta la propiedad de 105 sucursales de de Bankia, hoteles y complejos turísticos en Canarias, edificios senyeros en Barcelona y edificios de viviendas en Lisboa y Oporto.
Siete años después, no salimos de nuestro asombro pues nos enteramos, de nuevo por la prensa que las 1.250 oficinas valoradas en más de 2.100 millones, fueron comprado por Oleguer Pujol Ferrusola, hijo de Jordi Pujol, a la tierna edad de 35 años y en nombre de la sociedad Samos Servicios Generales, de la que se presentó como apoderado, sociedad situada, como ya sabemos en las Antillas holandesas y Luxemburgo por obra y gracia de laingeniería societaria, que como todo el mundo sabe son países famosos por su intensa presión fiscal.
Me temo, y asuman que utilizo el adverbio presuntamente para no tener problemas legales en todo lo que escriba de ahora en adelante, que Oleguer Pujol llegó a un acuerdo con estas firmas extranjeras, sea el que sea, para hacerse con una porción de un buen negocio legal en España. Y que hay más legal que las sucursales financieras del mayor banco del país, ¿eh? La financiación propia que aportó al consorcio a través de las sociedades pantalla, siendo Samos la primera de ellas, la sacó vaya usted a saber de que cuentas en paraísos fiscales y de un origen más que dudoso, y vaya a saber que cantidades, pero los maletines del padre debieron de tener mucho que ver con la fuente de dinero. Hasta ahí tenemos indicios de bastantes delitos y la UDEF ya está en la pista. El delito de "tráfico de influencias" debe ser el menor de todos los que se están barajando.
Pero lo peor está por venir. No contento con lavar, presuntamente, el dinero sisado a los empresarios vía concesiones y contratos varios, dinero que la famiglia atesora impunemente en paraísos fiscales, además los Pujol pretenden obtener dinero A fresquito aprovechando el mar de liquidez que los Bancos Centrales han provocado los últimos años. Y qué mejor forma que sumándose a la moda de sacar Socimis a cotizar a bolsa.
Hemos tenido que aguantar como todo un Molt Honorable Senyor ha aplicado el tres, el cuatro y hasta el veinte percent para lucrarse a costa del erario público, catalán y español. Un secreto a voces que todo industrial que alguna vez haya pisado el despacho del president no tenía empacho en ratificar en cualquier comida de negocios. Todos estamos viendo, presuntamente siempre, eso sí, que al menos varios de sus hijos han aprendido muy bien las técnicas del mangoneo y trinconeo nacional para evadir el dinero y colocarlo bien calentito en los paraísos fiscales más diversos. Además han sido relativamente habilidosos en el arte de lavar una cantidad de millones tal que que cada vez que se actualizan las presuntas cifras nos mareamos de la impresión. En fin, se han reído en nuestra puta cara y probablemente siguen haciéndolo.
A pesar de que la intensa presión mediática obligó a Oleguer Pujol Ferrusola a desvincularse de Drago Capital, su impronta permanece en la empresa.
A pesar de que dicen y repiten hasta la saciedad que no se ha lavado dinero de la familia en esa compra inmobiliaria, nunca podremos estar seguros puesto que las sociedades que han adquirido los activos se encuentran en países que escapan del más elemental control de las autoridades para esclarecer el origen del dinero. A pesar de que Oleguer Pujol venderá las acciones de la Socimi a otras empresas participantes en la misma, yo no quiero tener nada que ver de esa miserable forma de vivir la vida, expoliando a los ciudadanos a costa del chanchulleo que se ha montado el corrupto del padre mientras todos viven estupendamente a costa de los que nos levantamos a las seis de la mañana con una cara de gilipollas pintada en la cara.
Por ello, no cometeré el error, encima, de financiar su última operación maestra. Si la UDEF no lo remedia antes impidiendo su salida a bolsa, la Socimi "Samos Servicios Generales" no tendrá mi escaso dinero y además procuraré que los fondos en los que participo no caigan en esa trampa, o bien los dejaré tirados. Además de tratarse de un error ético, estoy seguro de que comprar acciones de negocios que alguna vez contaron con gestores poco honrados al frente (y no me hagan reir, no me digan que los de Pearl jamás sospecharon de las prácticas del padre de Oleguer, por favor...) meterse en inversiones de este tipo nunca es buen negocio para el inversor a largo plazo.
Es posible que si aplico tamaño rasero, el de la ética, a la hora de invertir a largo plazo en bolsa, tenga que descartar la mayoría de las empresas. Por supuesto, será así y lo asumo. Pero también es muy, pero que muy probable, que si elijo colocar mi dinero en empresas con cierta ética reduzca mucho mi probabilidad de acabar perdiendo capital. Recuerden, la inversión ética es más rentable por puro sentido común. Y hacer el vacío social a los elementos que te roban, en lugar de aplaudir su ingenio, es el primer paso para contar con un país decente.
De esta forma es mucho menos probable que te acaben robando. Presuntamente.