Debo reconocerlo. Me caen bastante gordos, pero son unos genios. Lo que han hecho los anglosajones estas semanas, la estrategia en la que han conducido y manipulado el mercado, y como han puesto de rodillas a Putin con la colaboración necesaria de Arabia Saudí, es digna de estudio.
No los admiro, ni mucho menos apruebo este tipo de maniobras, pero he de reconocer que la jugada ha sido maestra. Han tensado la cuerda todo lo que les ha apetecido, inundando el mercado de crudo de futuros a la venta en Chicago y Londres de forma perfectamente coordinada, con Arabia como actor pasivo, y provocado una situación crítica en la economía rusa. Ayer mismo parecía, según la propaganda occidental, que Rusia se precipitaba al abismo. Bueno, si no era así, sus tipos al 17% y la caída estrepitosa del rublo desde luego lo anunciaban.
Y hoy nos desayunamos con dos sensacionales noticias. Por un lado, EE.UU. haciendo de "buena persona" tendiendo la mano a Cuba en un hecho histórico que España, en su inmensa torpeza, no sabrá aprovechar. No debía haber sido el Papa el mediador, sino el presidente de la antigua potencia colonial. Pero prejuicios ideológicos en cada gobierno nos impiden mantener una política exterior coherente con respecto a estos países clave para nosotros. Y por otro lado, de nuevo los yanquis quedando bien con el mundo y enviándole a Vladimir el mensaje de que "si se porta bien se levantarán las sanciones contra Rusia".
Putin tiene que tener el orgullo herido. Por muy duro que sea él o el pueblo ruso, los anglosajones han demostrado que pueden poner contra las cuerdas al país más grande del mundo en cuestión de semanas. Esperan ahora un movimiento por su parte que conduzca a la normalización de las relaciones, lo que sería bueno para todos, pero los yanquis ya juegan con una ventaja de varios meses.
Si Putin es listo accederá, con condiciones claro, y el comercio volverá a fluir, nuestros pepinos se venderán en Moscú, el crudo seguirá subiendo (ya ha recuperado un porcentaje muy apreciable en 24 horas) y todo volverá a ser como antes, con un crudo a 100$ muy a pesar de que los fans del fracking han anunciado la tercera revolución energética (perdonen que lo dude, pero nunca me lo he tragado. No sé hasta que punto influye el exceso de oferta en el mercado, pero está claro que la cotización se está moviendo mucho más al calor de las noticias que de las reservas). Putin ha admitido que la economía no está diversificada y ha admitido la responsabilidad de que no sea así. Por aquí ya avisamos algunos de que ese es el talón de Aquiles de la economía rusa y que hasta que no se solucione ese problemilla, Rusia estará a expensas de lo que decida el club USAUKCANAUSNZ, los cinco sajones que mueven los hilos en el mundo capitalista, aún, y nada menos que desde 1945.
Pero si Putin se enroca y deja traslucir su soberbia, las Cities volverán a tirar el precio del crudo y puede que mucho más abajo. Esperemos que no se dé esta segunda opción, porque no me gusta nada que los sajones sigan tirando de la cuerda, podría ser peligroso para la seguridad mundial y ahí les recrimino, y bastante, su conducta. Dejen de jugar a ser los amos del mundo. En el plano financiero puede que aún lo sean, pero el mundo es ya claramente multipolar.
Mientras tanto, sean felices y disfruten del recién inaugurado rally de Navidad. Enhorabuena a los que nunca se tragaron la bola y compraron activos rusos, como el RSX que cotiza en dólares (en particular debo felicitar al que parece tipo más listo de Rankia, Gfierro), así como a los que tomaron posiciones en empresas energéticas, eso sí, siempre con la debida precaución. La cuerda puede volver a tensarse si Rusia no recoge el guante.
Ahora queda cerrar otro capítulo pendiente: Venezuela. Está en el abismo y Cuba va a dejar de ser tan amiga. ¿Qué pasará con ese hermoso país? Me preocupa que caiga en las manos de los yanquis, pero aún más que cunda la anarquía.