Resulta que tenemos nuestro único planeta yéndose al carajo de forma acelerada, pero por otro lado incontables oportunidades muy rentables de darle la vuelta a la situación y aún nos sorprendemos de que los chavales del instituto, bien educados y formados en la segura y razonable Europa, tomen la calle demandando medidas efectivas de verdad para proteger el clima. Miren, yo creo más bien que somos decididamente imbéciles por no actuar de forma decidida. Pero no se preocupen demasiado, porque el cambio abrupto ha ocurrido ya. La disrupción no lineal que pone a todo el sistema en movimiento y que es una constante, curiosamente, en meteorología y clima, se ha registrado en un año tan soso como 2019 y creo que ya no tiene vuelta atrás.
Último post publicado en el blog: Por fin, acción decidida por el clima
Con esta entrada pretendo iniciar una serie de artículos, si la flojera y la canícula lo permiten, donde trataré de explicar por qué creo que se avecina de inmediato una ola de inversión relacionada con la mitigación del cambio climático, confirmando así la "profecía" que lancé el pasado mes de abril tras tomarle el pulso a la calle. Podemos llamarla por el momento ola de inversión verde, sostenible, climática o limpia si ustedes prefieren, pero siempre sin perder la idea de fondo de que se trata de canalizar los flujos de financiación de forma ordenada hacia inversiones productivas y rentables que tratan de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y también la huella ambiental que generemos en este planeta (menos emisiones pero también menor consumo de agua, menos residuos, menos contaminantes atmosféricos, etc.), bajo unos criterios científicos y ordenados. Criterios que son demandados, ojo, por parte del sector financiero como respuesta a las necesidades que detectan entre sus clientes.
A lo largo de la serie identificaré los elementos necesarios para ello, desde la demanda de criterios de sostenibilidad por parte del sector privado, pasando por la urgencia que nos transmiten los jóvenes para actuar, hasta la radical toma de posición por parte de la Comisión Europea en forma de programa que presentó la recién nombrada presidenta, Ursula von der Leyen, para apretar aún más en reducir las emisiones de Europa activando mecanismos muy ambiciosos para estimular la inversión focalizada en el tema. A lo largo de cada entrada intentaré desgranar cada uno de estos factores hasta llegar a componer una melodía que espero suene afinada.
Para empezar a hacer boca haré una breve explicación en esta primera entrada de como se ha llegado a la Opinión Científica del Cambio Climático en la historia.
Antes de continuar quiero insistir en el apellido "científico" tras la palabra "opinión". En España somos muy dados, colectivamente hablando, a opinar desde la ignorancia y sin asomo de rubor sin tener ni puñetera idea de un tema, especialmente impulsándonos desde el trampolín de la ignorancia forzada con ayuda de la palanca de la ideología política o incluso religiosa, pertrechados por titulares dogmáticos vía memes, falsas noticias en facebook o medios de comunicación amarillos y sentando cátedra con todo el aplomo del mundo, especialmente si enfrente tenemos a algún experto en el tema que sabe muchísimo más que nosotros y al cual apenas dejamos hablar, no vaya a ser que nos enseñe algo o nos saque del flagrante error. Es un deporte nacional no necesariamente dependiente de la ideología política, no exclusivo de España pero sí muy abundante en el país comparado con la media europea, practicado activamente a diario por millones de almas, los mismos que suelen opinar "como en España en ningún sitio" cuando nunca han salido de ella o "con mi coche tengo derecho a entrar en el centro porque este es un país libre" ignorando que vivimos en sociedad y los humos de su coche pueden haber sido decisivos para la leucemia de su hija pequeña. A esta actitud, la cual yo denomino ignorancia forzada hispanistaní le tengo declarada la guerra con la misma arma que emplean sus adlátares: la ignorancia. Lo que voy a explicar está, por supuesto, en las antípodas de dicha conducta, pues se trata de Ciencia producida por el Método Científico y revisada por pares.
A lo largo de esta serie recuperaré algunos posts escritos por mi en su día que igual les conviene ir leyendo como aperitivo previo, entre ellos:
- La insoportable ausencia de verdaderos fondos de inversión (buenos) en energías limpias
- Transición energética mundial en marcha: hacen falta fondos de inversión contra el cambio climático de verdad
- Los bancos empiezan a tomarse el cambio climático en serio: BBVA dejará de financiar el carbón
- Repsol realiza la primera emisión de "green bonds" por parte de una petrolera
- La Comisión Europea presenta la ecoetiqueta financiera: impulso crucial para los verdaderos fondos "verdes"
- Grandes empresas americanas se lanzan a comprar energía renovable
- Se mantiene, camuflada, la altísima dependencia energética de España
- Termodinámica para torpes (II) - La terrible ineficiencia energética global acalla a los catastrofistas
- AREVA: Descanse en Paz
Primera parte: breve historia del reconocimiento e identificación del fenómeno del cambio climático
En esencia, todo empieza cuando una serie de estudios científicos en los años ochenta y noventa del siglo pasado demuestran que el nivel de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera está creciendo con respecto a las lecturas de la era pre-industrial, tomadas indirectamente, por ejemplo, en los bloques de hielo de los casquetes polares y glaciares. No fue, sin embargo, ninguna sorpresa. Nuestra civilización se basa en un desaforado consumo de combustibles fósiles que al quemarse producen siempre agua y dióxido de carbono, además de contaminantes de todo tipo como partículas, óxidos de azufre y nitrógeno o monóxido de carbono, y no se sabía si los sumideros de carbono, aquellos mecanismos para cerrar el ciclo del carbono como bosques, océanos y otros medios naturales de captación y fijación de carbono, serían suficientes. Pero no, pronto quedó muy claro que nuestra capacidad de quemar combustible y, en consecuencia, emitir CO2, es mucho mayor a la del planeta para lograr cerrar el círculo.
Qué "sopresa", ¿verdad? El agua como subproducto condensa en forma líquida a la temperatura media de la Tierra, pero el dióxido de carbono no. Cinco mil millones de bichitos de la época contaminando y emitiendo como si no hubiera un mañana y se detecta que eso podría suponer un grave problema a largo plazo, quién lo iba a decir.
De inmediato los científicos relacionan este hecho con el incremento del efecto invernadero, imprescindible y presente de forma natural en la Tierra, pero con efectos desconocidos si se va más allá. Este efecto invernadero "extra" producido por el dióxido de carbono, fue descubierto por Svante Arrhenius ya en 1896, hace 123 años. On the Influence of Carbonic Acid in the Air upon the Temperature of the Ground constituyó un articulo científico revolucionario en la época, aunque el problema que describía se percibía como algo muy lejano. Arrhenius, premio Nobel de química por ser el padre de la teoría del ión químico, fue el primero en calcular la contribución del incremento de la concentración de CO2 con el efecto invernadero y se permitió especular (no pudo demostrarlo entonces) sobre los efectos a largo plazo de dicho incremento en el clima. Tras Arrhenius el problema se olvida un poco hasta que divulgadores científicos de la talla de Carl Sagan lanzan la voz de alarma en los setenta sobre la capacidad humana de cambiar la composición de la atmósfera a largo plazo y sus consecuencias en el clima. Sagan realizó sus tesis doctoral investigando la composición de las atmósferas de Marte y Venus . En la primera descubrió como un planeta se queda inerte debido a la ausencia de efecto invernadero y, en el segundo, como le pasa lo mismo por la razón justamente contraria. A esta doble advertencia la denomina el maguferío "primero predices una Edad de Hielo y luego el Infierno en la Tierra, ¿ves? el cambio climático es mentira". Sagan lanzó la voz de alarma y cuando se hizo famoso a nivel mundial poco más tarde espoleó y alentó la investigación profunda en el tema.
Así es como llegamos a mediados de los ochenta y la ONU toma el testigo. Y es que para un problema planetario se necesita una solución planetaria. Ese es el motivo de fondo por el que se crea el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) y se empieza a ordenar y recopilar toda la Ciencia que se dispone sobre el tema. Hacia 2001 se publica su tercer informe de evaluación, el cual cae en mis manos en otoño de 2003. Lo leo y acto seguido caigo en "coma anímico". Mi formación técnica y científica ni siquiera fue necesaria para entender la magnitud del problema, estaba todo muy bien explicado. Si quieren saber como me sentí durante la semana siguiente a su lectura este video de una de las últimas intervenciones de Greta Thunberg es un buen resumen, mis amigos dicen que estuve lloriqueando durante toda esa semana. Recuerdo que en el informe se identificaban claramente cinco escenarios básicos posibles en la evolución del problema, desde el más optimista al más pesimista. Mi apuesta personal a la luz de los datos es que el escenario pesimista era el más probable. Hoy sabemos que este quinto escenario es el que se está viviendo ya... y de forma acelerada, bastante antes incluso de lo previsto.
Este informe del IPCC, que va ya por su quinta edición y preparándose la sexta, está disponible en todos los idiomas de la ONU, español incluido, y es el que nunca se leen los magufos y negacionistas antes de despotricar contra la supuesta conspriración mundial organizada por millones de personas, incluido yo mismo, para gastar el dinero en tonterías. Qusiera recordar en este punto que no existe, a día de hoy, ni un solo organismo científico de prestigio nacional o internacional que mantenga una opinión formal que disienta de cualquiera de los puntos principales en torno al cambio climático. Eso signifca que cualquiera que se opone a ellos, bien no se ha leído nada serio al respecto o bien es un ser de inteligencia superior que no cuenta con habilidades para convencer a la aplastante mayoría de científicos que están en un error desde hace muchos años. Es mucho más cómodo opinar desde la ideología seleccionando supuestos papers financiados de forma más que discutible (en román paladino: por empresas que emiten lo más grande y se niegan a emprender el esfuerzo y aceptar la oportunidad de transformar su modelo de negocio) y escogidos bajo un claro sesgo de confirmación, que utilizar tu sentido común y revisar el trabajo supervisado y realizado por millones de científicos. Pero en mi opinión todo esto palidece al lado de un simple argumento más que aplastante que describiré de forma gráfica, que ya les he metido mucha tralla escrita a estas alturas:
La frase:
Si el cambio climático no existiera, luchar contra él sería igualmente una idea excelente por la serie de beneficios que conlleva.
Tiene mucho peligro porque sirve de munición a negacionistas y magufos, aunque es completamente cierta.
Y este es todo el tiempo que pienso dedicar a las bases científicas del fenómeno. Lean, investiguen, comparen desde el escepticismo, usen su sentido común, mantengan la cabeza abierta sin que se les caiga el cerebro y prepárense para la siguiente entrega donde empezaremos a ahondar en los esfuerzos que se han realizado desde el sector financiero, las empresas privadas y la propia administración pública europea para mitigar este problemón y todas sus consecuencias inherentes.
Advertencia importante:
El propósito de esta serie de artículos es informar a los lectores de Rankia de como se está gestando un esfuerzo financiero europeo sin precedentes, y puede que mundial, en la mitigación del cambio climático. El hecho de que un lector practique la ignorancia forzada hispanistaní es lo de menos, puesto que las inversiones se van a realizar igualmente a pesar de su cabreo o de que despotrique por aquí. Así que recomiendo no emplear tiempo de forma estéril en tratar de rebatir sus bases científicas y que opten en su lugar por practicar cualquier otro hobby (como leer textos decentes, por ejemplo la muy necesaria filosofía para saber cuando te la están metiendo doblada). El objetivo final de esta serie es tratar de profundizar en el entendimiento de este complejo fenómeno socioeconómico que espero se intensifique a partir de 2020, tratando de señalar e identificar igualmente oportunidades de inversión sostenibles para que toda la Comunidad pueda beneficiarse. Mi intención se limita a ilustrar los hechos, agradeciendo las aportaciones de aspectos, detalles o iniciativas que no se mencionen, así como cualquier petición de información adicional.
Este blog es personal y su autor cree en la democracia, la pluralidad de opiniones y la construcción colectiva de ideas y proyectos. Pero también en la Ciencia, la educación, el respeto, el sentido común y en la lectura sosegada. No admitiré teorías chorras o magufas ni selección sesgada de panfletos financiados por grandes petroleras por parte de quien no se haya dignado a leerse, y entender, al menos el resumen de algún informe del IPCC. Me reservo el derecho a banear, tras primera y única advertencia, a cualquiera que trate de trolear o envenenar el debate y, por supuesto, a todos los maleducados que yo considere que molestan tras ser apercibidos. Que por algo es mi blog y hago con él lo que quiero, faltaría más.
Gracias por su colaboración.