John Templeton en la reunión anual de su compañía en 1992:
Hoy, diría que el mayor error que cometen los inversores es pensar que están jugando a lo seguro al quedarse en efectivo.
Un estudio de Templeton Funds durante 23 años, de 1969 a 199, muestra que si usted hubiera sido el inversionista más afortunado del mundo e invirtiera en Templeton Growth Fund en el punto mas bajo del Mercado de cada año, su rendimiento anual habría sido solo un 1% más alto que si hubiera tenido la mala suerte de haber invertido en el máximo del mercado cada año.
Así que la diferencia entre el mejor y el peor momento para invertir es de apenas un 1%.
Para los inversores a largo plazo, el mensaje es claro: el mejor momento para invertir es cuando tienes el dinero y te olvidas de tratar de cronometrar al mercado (market timing).
Claro que siempre van a existir personas que puedan hacer bien market timing al igual que siempre van a existir personas que se saquen la lotería o que se conviertan en el próximo Ronaldo, pero hay que distinguir si es Habilidad o Suerte porque de eso va a depender que lo puedan hacer durante muchos años o que un día se les acabe la buena racha. Por ejemplo:
- Alguien se puede ganar la lotería 2 o mas veces durante su vida o puedes haber ganado a la pirinola con tu familia las últimas tres navidades, pero esto es suerte, no habilidad, y un día se acabará, por más que tu familia piense que tienes un poder especial.
- Alguien que juega basketball con sus cuates una vez a la semana podría encestar más tiros de tres en un juego que lo que LeBron hace, pero después de muchos partidos el desempeño de LeBron será mejor y el del amateur regresará a su media. Aquí la persona ha tenido algo de habilidad y la suerte le ayudó en ese juego, pero en el largo plazo su rendimiento será igual a la media y si le restamos costos, impuestos y comisiones, entonces será menor. Pero obviamente él o ella, al igual que todos sus cuates recordarán ese partido por siempre y pensarán que tiene un poder especial.
Hay que ser muy honestos con nosotros mismos para distinguir si nuestros resultados han sido buenos gracias a la suerte, sobre todo cuando llevamos poco tiempo y nos ha ido muy bien.
No tiene nada de malo tener buena suerte, pero hay que saberlo para no confiar demasiado en una habilidad que no tenemos o que aun no hemos desarrollado.
Usualmente la Habilidad está sostenida por Práctica Deliberada de un buen Proceso probado y robusto. Mientras que la Suerte está basada en el "yo creo", "mi interpretación es", "tengo el feeling de que va a pasar esto", evidencia anecdótica y selectiva, etc.