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¿En qué start-ups invertir? ¿Qué inversor buscar?

En el marco del foro 2.0 Emprendedores celebrado en Forinvest 2015 el día 11 de marzo se llevaron a cabo dos mesas redondas sobre inversión en start-ups. La primera de ellas llevaba el nombre de “¿Cómo empezar a invertir? Proceso de toma de participación” y en ella se dieron cita Jaime Esteban, director general de Angels Capital; Juan Manuel Pérez, responsable del área de innovación, emprendedores y empresa de Broseta Abogados; Raúl Aznar, CEO de Aznar Patrimonios y Lorenzo Casaus, socio fundador de Baravento. La segunda mesa redonda fue denominada “Nuevos vehículos de coinversión” y estuvo formada por Javier Jiménez Marco, director general de Lanzadera; Pedro Bisbal, director general de Big Ban Angels; Enrique Penichet, Sinensis Founding Partner y co-fundador de Businee Booster; y Raúl Martín Calvo, director general de economía, emprendimiento y cooperativismo de la Generalitat Valenciana.

En ambas se habló sobre la inversión en start-ups como una forma de inversión bastante nueva y distinta a la tradicional.

Forinvest 2015 Emprendedores

 

¿En qué start-up invertir?

Todos los participantes estuvieron de acuerdo en que una inversión en start-up se asemeja a cualquier inversión en otros activos en que se debe, previamente, concretar cuál es nuestra política de inversión y fijar cuánto estamos dispuestos a perder. Sin embargo, se diferencia de éstas, fundamentalmente, en que se invierte en las personas y en el proyecto. Por lo tanto, aunque es importante que la start-up genere al inversor beneficios no se debe invertir en una de ellas únicamente teniendo en cuenta los resultados económicos y ratios contables.

Por ello, recomendaron a los inversores invertir en aquellas start-ups cuyos emprendedores consigan convencerles de que serán capaces de ejecutar la idea. Además, destacaron otros aspectos importantes en la elección de la start-up como compartir la misión o visión de la empresa y que el inversor sea capaz de entender el proyecto en el que va a participar.

En cuanto a la vertiente más económica, para los principiantes el consejo fue invertir cantidades de dinero no muy elevadas, es decir, arriesgar poco y aprender ya que es una inversión que puede ofrecer al inversor una elevada rentabilidad pero también puede perder todo aquello invertido.

Los ponentes continuaron afirmando la importancia de conocer si se va a poder salir del proyecto en algún momento. Aunque invertir en start-ups es más arriesgado que en otros activos, es importante, como inversor, tener presente si se podrán obtener beneficios y más o menos en qué periodo. Esto significa que aunque habrá que esperar a obtener beneficios, se debe tener claro que el proyecto generará valor y el inversor podrá desligarse del mismo. Es posible que éste sea demasiado largo y al inversor no le interese esperar tanto.

Por lo que se refiere al caso concreto de los business angels, para ellos es importante que el proyecto en el que se va a invertir cuente con una recomendación de una persona cercana. Esto se debe a que los business angeles son personas que se dedican a otras actividades profesionales por lo que no disponen del tiempo necesario para estudiar todos los proyectos que les llegan. Por ello, las recomendaciones proporcionan al proyecto la confianza y credibilidad de aquella persona que les “avala” y son, prácticamente, los únicos que son analizados por los business angels.

 

¿Qué inversor elegir?

La recomendación de los ponentes es que, siempre que sea posible, que el emprendedor pueda elegir qué inversor desea. Que no sea solo un socio financiero, sino alguien que aporte valor, que ayude y acompañe al emprendedor, que no se limite a entregar dinero y esperar los beneficios. Por lo tanto, que el inversor tenga conocimiento y experiencia en el mercado, conocido como smartmoney, puede ayudar al emprendedor. Ambas partes deben tener presente que hay un cliente al que hay que satisfacer y que es quien va a darle tanto al inversor como al emprendedor los ingresos, por lo que ambos tienen que trabajar en esta dirección. Sin embargo, en la segunda, Enrique Penichet puso la nota discordante afirmando que el smartmoney per se no existe. En su experiencia ha comprobado que algunos inversores que dicen ser smartmoney han sido los que menos han generado porque no es el inversor el que va a levantar la empresa sino el emprendedor y que los que, en principio no deseaban involucrarse más allá de lo económico, han sido los más generosos. Opina que debe existir una separación entre el inversor y el emprendedor y en caso de que quiera el inversor intervenir más allá de lo financiero en la empresa debería convertirse en socio.  

En cuanto a las distintas clases de inversores, todos estuvieron de acuerdo en que lo ideal es que se puedan combinar distintas fuentes de financiación en un mismo proyecto y no limitarse a una única fuente de financiación.  y que esta elección también dependerá de la fase en la que se encuentre la start-up. En definitiva, una integración de financiación pública y privada, y dentro de la privada existen vehículos de coinversión como las campañas de crowfunding (inversiones de entre 100 y 500€), business angels, invertir en aceleradoras, sociedades de capital riesgo, entidades financieras…

En cuanto a la participación de una empresa consolidada con éxito en una start-up coinciden en que es positivo porque puede aportar su experiencia ya que también ha pasado por la misma situación de crear una empresa desde cero y puede proporcionar credibilidad al proyecto de start-up al acompañarlo. También alabaron la participación de la administración pública en la creación de empresas y en el apoyo a los emprendedores, aunque no desaprovecharon la oportunidad en la segunda mesa redonda de pedir que ésta financiación por parte del sector público continúe creciendo ante la presencia del director de economía, director general de economía, emprendimiento y cooperativismo de la Generalitat Valenciana, Raúl Martín Calvo

Financiación start-ups

 

Relaciones emprendedor - socio

Una vez ya se ha decidido que se invertirá en un determinado proyecto, todos los participantes destacaron la necesidad de adaptación de ambas partes a los cambios necesarios y caminar juntos siempre en la misma dirección. La política de inversión tiende a cambiar, igual que cambian las start-ups por lo que es importante que el emprendedor tenga la capacidad de ver los cambios y de ejecutar las medidas necesarias en cada momento y que el inversor también sea capaz de adecuar sus ideas a los requerimientos de la empresa. Por ello, pusieron énfasis en la bidireccionalidad de la relación, que exista mucha franqueza en la comunicación y que ninguna de las partes, socio o emprendedor, trate de imponer sus ideas, sino que se negocie en una situación de la mayor equidad posible.

El pacto de negocio entre el emprendedor y el inversor debe tratarse de un documento que se comporte como un faro, es decir, aunque el pacto irá cambiando continuamente para adaptarse a las situaciones que lo requieran, éste debe ser validado, en todo momento, por ambas partes para que sirva de guía para la start-up. También, recalcaron la necesidad de que el pacto de socios contemple qué ocurrirá en  las situaciones negativas o si una de las partes no cumple sus obligaciones. De esta manera se evitará que si estás situaciones ocurren exista un conflicto difícil de solucionar entre ambas partes.

 

Planes de financiación

En primer lugar, los participantes de la primera mesa redonda remarcaron la importancia del establecimiento de un plan de financiación en el cual se detalle en cada fase por la que pasará la start-up cuánto dinero se va a necesitar.

La recomendación para los emprendedores de Lorenzo Casaus fue que el mejor momento para buscar financiación es lo más pronto posible, aunque sea en el momento de constituir la sociedad, que posiblemente no es cuando más falta le hace al emprendedor. Sin embargo, tener una buena situación financiera buena puede ayudar en las negociaciones con los inversores, con lo cual, si el emprendedor espera a encontrarse en una situación de extrema necesidad financiera, tendrá menos poder de negociación y le será más difícil conseguir buenas condiciones de financiación.

En cuanto a la gestión de la financiación, Lorenzo Casaus también afirmó que no hay nada como haber pasado por una situación económica mala para aprender a gestionar la caja. Sin embargo, este punto cobra una gran relevancia en la relación entre el inversor y el emprendedor porque concebir que el dinero está siendo mal gestionado, o incluso, despilfarrado, puede crear tensiones entre ambas partes.

Todos los ponentes de la primera mesa estuvieron de acuerdo en la importancia de que el emprendedor informe al inversor constantemente y que el inversor se interese por el funcionamiento de la start-up,

Coinversión en start-ups

 

¿Por qué invertir en start-ups?

Pedro Bisbal puso sobre la mesa la situación de declive de los sectores tradicionales de inversión lo cual abre las puertas a la posibilidad de invertir en start-ups que aunque son arriesgadas pueden ofrecer una mayor rentabilidad que las opciones tradicionales. Además, para el inversor puede ser más divertido ya que le permite participar en la empresa y sentir que no solamente está aportando dinero sino también lo mejor de si mismo. También el resto de participantes están de acuerdo en que la mayor satisfacción del inversor es ver que de no existir nada se ha creado una empresa que crece y crea empleo y que ellos forman parte de ella. También otros inversores desean colaborar porque ellos no tuvieron la suerte de que nadie les ayudase al empezar su empresa y saben lo duro que puede ser. Por ello, comentan que gente que nunca se lo hubiera planteado está ya participando en estos proyectos. 

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