Pues no tanto...
Pasemos al fondo de inversión. Si yo invierto 2.400€ al año (200€ al mes) en un fondo de inversión, cuento con un 4% de rentabilidad anual y un 3% de inflación, al cabo de 34 años tendría 97.141€; naturalmente, la misma cantidad que calculé para el plan de pensiones. Aquí tengo que recordar un dato de las entradas anteriores y así anticipo ya a quien piense que los fondos proporcionan más rentabilidad que los planes y que debería contar con, al menos, un 5% anual: mi intención, tanto en el plan de pensiones como en los fondos indexados es ir a por inversiones globales, tipo S&P o MSCI World, con lo que las rentabilidades deberían de ser, a priori, casi iguales en uno y en otro.
En cuanto a la fiscalidad, nuevamente deberemos olvidarnos del ipc y hacer las cuentas con el dinero que habrá en la cuenta, que sería, recuerdo, 171.269€. La clave a favor del fondo es que 81.600€ son inversión nuestra, con lo que están exentos de impuestos, y para los restantes 89.669€ los impuestos son mucho más bajos que para el plan. Actualmente los fondos tributan por tramos, así que si saco el dinero de una sola vez, tendré los mencionados 81.600 + 69.646€ (de los 89.669€, 6.000€ tributan al 19%, es decir que me quedarán 4.860€; 18.000€ al 21%, que son 14.220€; y el resto, 65.669€, al 23%, con lo que me quedan 50.566€), en total, 151.246€. Como vemos son casi 52.000€ de diferencia con el plan (me estoy refiriendo ahora a la comparación entre sacar todo el dinero de golpe en el plan, lo más perjudicial para ese caso, y sacar todo el dinero de golpe del fondo). Incluso si contamos la estrategia de la desgravación del plan, el fondo sigue ganando por más de 17.000€. No está contado el ipc, pero la diferencia es sustancial.
Pero, ¿qué pasa si sacamos el fondo en forma de renta? Si queremos una renta de 2.000€ mensuales, es decir, 24.000€ al año, más o menos iríamos extrayendo anualmente 12.000€ de nuestra inversión inicial (libre de impuestos) y 12.000€ de beneficios que sí deberíamos declarar. Los cálculos aquí nos dicen entonces que aplicaríamos un 20% (la media de los dos primeros tramos) a esa cantidad a partes iguales. Efectivamente, 19% a 6.000€ y 21% a 6.000€. Para un cálculo aproximado global, podemos quitar entonces el 20% a 89.669€, lo cual nos deja 71.736€, que sumado a los 81.600€ son 153.336€.
En resumen, las cuentas para el fondo de inversión son estas:
Cantidad aportada en 34 años |
Intereses y beneficios |
Cantidad en 2052 con ipc pero sin impuestos |
Cantidad que se lleva Hacienda en 2052 sin ipc, si lo obtengo en forma de renta |
Cantidad que me llevo yo en 2052 sin ipc, si lo obtengo en forma de renta |
Beneficio total en 2052 sin ipc, respecto de las aportaciones totales |
81.600€ |
89.669€ |
97.141€ |
17.933€ |
153.336€ |
71.736€ |
Diferencia del fondo de inversión respecto del plan de pensiones (sin contar el ipc): 10.547€ más disponibles con el fondo.
En el caso de extraerlo en forma de renta, las diferencias son otra vez a favor del fondo, pero aquí se acortan a favor del plan. Esto es lógico, ya que, obteniéndolo en forma de renta, el plan reduce su fiscalidad de un 42% a un 37% y el fondo pasa de usar el 23% a quedarse sólo en los dos primeros tramos fiscales (20% de media), lo cual es una reducción menor. De hecho, si revisamos las cuentas con la estrategia de reinvertir la desgravación del plan, las diferencias entre ambos (10.547€) no son tan abrumadoras como podría pensarse. ¡Ojo! No digo que 10.547€ no sean nada, pero debemos tener en cuenta que hablamos de 10.547€ sin contar un ipc ¡de 34 años! Puesto que cada fin de año nos encontramos ofertas de “traspase su plan y obtenga un 3%, un 4%, ¡un 5%! de beneficios” y podemos cambiarnos, mirando bien la letra pequeña, digamos al menos cuatro o cinco veces a lo largo de 34 años, sobre todo cuando ya estemos traspasando un plan gordito de cien y doscientos mil euros, ¿de verdad los fondos de inversión ganan tan claramente como producto de ahorro frente a los planes de pensiones? La respuesta matemática parece ser (menuda novedad) que depende de muchos factores. Entre ellos, la cantidad aportada al fondo, el interés que realmente se vaya consiguiendo, las comisiones, por supuesto… El caso es que, como bien ha demostrado Marcos Luque con unos números mucho más claros que los míos, los planes de pensión incluso pueden ser más rentables para rentas más bajas.
Hasta aquí llegan mis entradas al respecto y aquí empieza ahora lo que más me interesa personalmente: en algún punto mis matemáticas pueden fallar; o me he dejado un factor clave; o he aplicado mal las ideas de porcentajes, ipc o fiscalidades*. Por eso de verdad espero vuestras críticas, correcciones y comentarios, porque mi conclusión es que un plan de pensiones es un tipo de inversión a considerar, válido, para nada estúpido y que debería tomarse no como opuesto, sino como complementario a los fondos de inversión.
* Para ser justo diré que he leído que en los fondos de inversión también desgravan los gastos de gestión, pero aquí el cálculo de reinvertirlos es un dolor de cabeza, porque los gastos de gestión se hacen sobre el patrimonio del fondo, lo que quiere decir que, si me cobran el 0,30% (os dije que soy de fondos con comisiones bajas) anual prorrateado diario y encima hemos dicho que yo hago aportaciones periódicas unas tres veces al año, la comisión, y por ende la futura desgravación del día 1 de enero de 2019 no serán las mismas que las del día 1 de febrero de 2019 (que pueden ser mayores o menores, según haya subido o bajado la bolsa) y desde luego no tendrán nada que ver con las del 1 de enero de 2029 (que serán mayores sí o sí dado que llevaré 10 años más aportando al fondo). Total, que no he sabido cómo aplicarlo. ¿Podría ser simplemente calculando un 4,3% de interés, como si ese 0,30% cobrado no existiera, o es eso una burrada matemática? No sé.
También asumo que todos estos cálculos dan por hecho muchas cuentas y números que todos sabemos que no serán verdad dentro de 34 años. Especialmente ilusoria es la idea de que las desgravaciones o los porcentajes fiscales de Hacienda de hoy se mantendrán 34 años y serán los mismos en el 2052. Pero, sinceramente, en cuanto a eso sí que no se me ocurre otra manera de jugar a este juego de calcular rentabilidades que con los datos que tenemos hoy.
**Advertencia final**
Como se puede leer en todos los folletos informativos, “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”. Los cálculos e impresiones expresados en estas cuatro entradas no suponen en ningún momento un consejo directo para invertir o no en un determinado sentido. No se trata sino de un análisis personal muy limitado e impreciso. Cada ahorrador es un mundo y lo que, sin ninguna garantía de éxito, podría aplicarse a mí, puede no aplicarse en absoluto a otra persona. Conste. De igual manera, los enlaces señalados durante el texto responden a la intención de identificar la fuente de mi información y permitirle al lector tirar del hilo en la dirección que desee. Huelga decir que no comparto la totalidad de las opiniones expresadas en esos enlaces salvo en la medida en que se adaptan a mi estrategia personal.