El martes día 9 de abril dije en este post que el Bitcoin podría bajar el 80% en el primer día del estallido de la burbuja. Dicho y hecho. No habían pasado 48 horas de mi advertencia cuando la burbuja estalló.
En el mercado más importante que se contrata el Bitcoin, que es el Mtgox, no pudo ocurrir mi previsión en tiempo y precio porque lo cerraron. Pero en los otros mercados que siguieron cotizando se cumplió mi previsión: el Bitcoin perdió el 80% en las primeras 24 horas del estallido de la burbuja. Que coloquialmente llamaremos la Bitbuja.
Previamente había leído que el Bitcoin era invulnerable, pues estaba descentralizado y bla, bla, bla. Que no estaba en manos de los malvados y no podrían hacer triquiñuelas con él. Pero al primer problemilla burbujil se cierra el mercado como en las más nobles monarquias bananeras (léase prohibición de cortos acaecida hace poco en Ex-pañistán).
También había leído que los gastos de transacción en el Bitplom eran ridículos en comparación con el resto de divisas en manos de los tiburones. Por eso me quedé de piedra pomez al leer en la web del mercado cerrado que cobran el 0.60% por cada compra o venta. O sea, alrededor de 100 veces más de lo que cuesta operar en cualquier otra divisa de las que no cierran el mercado el día que hay algún susto.
Otro coste implicito en la operativa de cualquier producto es la horquilla. En esto el Bitcoñ de la Bernarda se lleva la palma. La horquilla oscila entre 200 y 1000 veces mayor que la de cualquier divisa que cotiza en el Forex.
Conclusión: de molinero cambiarás, pero de ladrón no te librarás. Nadie en la historia ha conseguido librar del sufrimiento a los ignorantes.
Normalmente, las única medallas que consigo son las de aceite cuando estoy cocinando. Pero esta vez me voy a autoconceder la medalla al acierto Bitcoñero. De plata, claro. Tengo que llevarla a grabar y que le pongan una B grande.