Nuestro amado Gobierno le ha visto las orejas al voto y, aunque con el 9% de los votos de la población española sigue desgobernando sin sonrojarse, ha decidido pisar el acelerador en el noble arte de desplumar incautos.
Hay miles de inocentes que están comprando bonos españoles a diez años con una rentabilidad del 2.50% (aunque la mayoría de ellos no saben que los están comprando, pues se los están colocando en los fondos, planes de pensiones y hucha de la S.S). El gobierno sabe que el chiste de la rentabilidad al 2.50 muy pronto ya no hará gracia a nadie, así que ha decidido ir a por todas. Hay que vaciar los bolsillos de la gente, caiga quien caiga.
Aprovechando que algunos jubilados han recuperado el dinero de las preferentes y están eufóricos, y a otros les han amortizado algunos títulos y están desesperados por colocar el dinero donde sea, algún ministro experto en la colocación de subprime ha diseñado un plan perfecto:
Como no se pueden emitir 50.000 millones de bonos en una semana, porque quedaría feo, se hace un cambalache y se recompran los bonos que están a punto de vencer.al año que viene, y la misma cantidad se coloca en títulos a 10 años (cuando venzan, el partido Podemos ya repudiará la deuda por haber sido emitida con premeditación y alevosía, pero de momento hay dinero fresco para seguir despilfarrando en coches oficiales y asesores que no saben multiplicar). Se alarga el plazo y el que venga detrás que cierre la puerta.
Para que el plan de esquilmar ancianos no pueda fallar, lo han diseñado para que sean las entidades financieras las que se dediquen a colocar la deuda, con su suculenta comisión, como es lógico. De esa forma se pueden limpiar bien las libretas de ahorros que no suelen acudir a las subastas del BDE.
Cuando empecé a escribir en este blog, me dediqué a prevenir a la gente sobre las colocaciones de preferentes y otras basuras variadas a precio de lujo. En estos momentos tengo que subir el listón de lo que se considera basura hasta englobar los Bonos del Estado. Como el BCE no emite bonos, me ahorraré el trabajo de subir el listón para el papel emitido por el BCE, exceptuando, claro está, unos papelitos de colores denominados en euros que están respaldados por activos tóxicos emitidos por bancos y gobiernos insolventes.
Aquí hay un señor que dice que la deuda española lo tiene crudo.
Y propone cinco formas de darle solución:
La primera es tratar de que crezca más el PIB que la deuda pública con el fin de reducir la relación. Lo cual es un chiste de mal gusto.
La segunda opción es la de proseguir el ajuste fiscal hasta que en vez de déficit se alcance un superávit. Reducir la cantidad sobre la que los políticos pueden mangonear es una decisión que no van a tomar nunca.
La tercera opción es la represión financiera bautizada por mí como achipramiento de las cuentas de los bancos. Esta opción tiene graves riesgos de que las guillotinas salgan a tomar el sol por los alrededores de la Moncloa. Hay otra posibilidad con menos riesgo personal para los que detentan el poder.
La cuarta opción es la reestructuración o default de la deuda, parcial o en su totalidad. Teniendo el precedente griego, en el que el gobierno ha sobrevivido a varios impagos y siguen todos muy felices, yo diría que es la opción ganadora.
La última opción es confiar en la inflación. Aunque el BCE lo intenta, como el dinero no circula, puede que no funcione.
Moraleja: si en el banco le dicen que puede poner el dinero en Bonos del Estado a 10 años, pero que el dinero lo puede sacar cuando quiera sin ningún riesgo, y mientras tendrá una buena rentabilidad que ya no la ofrece nadie, dígale que esa canción ya hizo furor hace cinco años, pero que ya ha pasado de moda.