Es posible que el invento no sea viable. Puede que haga falta más energía para producir las ondas de radio que la que produce el agua al arder, pero siempre es interesante abrir el abanico de posibilidades a nuevas formas de producir energía.
De todas maneras, pronto sabremos si el invento es interesante o no: si John tiene un desgraciado accidente y no se vuelve a hablar del asunto, es que el sistema era rentable.
Sobre el método para curar el cáncer que está investigando Kanzius, es bastante viejo. Desde hace 50 años se usa en mi pueblo, pero en vez de usar sofisticados aparatos para aumentar la temperatura de las células cancerígenas, se usa una aplicación de vapor localizado. Los de la zona de Levante simplificamos los inventos para terminar antes de la hora de la siesta. Personalmente pienso que la ley más moral que existe es la ley del mínimo esfuerzo.
La curación del cáncer por el aumento de temperatura se basa en lo siguiente: las células cancerígenas se suicidan a una temperatura que las otras células soportan perfectamente. Eso hace el método muy interesante por ser muy selectivo.
¿Por qué se suicidan las células cancerígenas a los 42 grados?
René Quinton descubrió que las células consiguen su rendimiento óptimo a medida que se van acercando a los 44 grados. En el caso de las células cancerígenas, alcanzar su rendimiento óptimo significa restaurar los mecanismos del proceso celular genéticamente controlado por el que las células inducen su propia muerte en respuesta a determinados estímulos (apoptosis). En cambio, las células sanas, en vez de suicidarse, a esa temperatura trabajan al máximo de su capacidad, asumiendo su parte en el trabajo de restauración de la normalidad y la salud del organismo.
Por si me lee Kanzius, hay muchas maneras diferentes de curar el cáncer. Precisamente anteayer se ha celebrado el tercer congreso internacional sobre tratamientos alternativos en cáncer en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. No debe extrañaros que la prensa no haya publicado ninguna reseña sobre este importante acto, nadie en su sano juicio muerde la mano que le da de comer.
Todos los científicos que intervinieron en este congreso están en contra de la quimioterapia, y la industria no puede permitir que se desprestigie algo que produce tantos beneficios (hablamos de beneficios económicos, porque sobre la salud de los pacientes no produce ninguno).