Como es natural, una vez llegados a esa situación, se puede hacer lo que sea menos sacar cuentas, porque se notaría el dinero que falta. Por eso se están apagando los incendios con gasolina, para aparentar que no hay un agujero. El problema es que el asunto sólo tiene una solución en la que puedan “salvar la cara” toda esta pandilla de mangantes: fabricar a la fuerza una superinflación acompañada de unos tipos de interés negativos.
De esta forma, irán robando del bolsillo de todos los súbditos del planeta el dinero que falta para que al final salgan las cuentas sin que casi nadie lo note. Además, quedarán todos contentos y agradecidos con las marionetas que supuestamente los habrán sacado de la crisis.
En estos momentos, muchas empresas, familias e incluso estados, deben más de lo que vale su patrimonio. Si eso siguiera así, al final habría que identificar a los irresponsables que permitieron que pudiera llegar esa situación. En cambio, si se consigue que el patrimonio de todos los insolventes valga el doble, ya se pueden cobrar las deudas y no hará falta señalar culpables.
Para que todo valga el doble es sencillo: sólo hay que poner en circulación los papelitos suficientes para que su valor sea la mitad que valían antes. Si mientras se va perpetrando la expoliación más grande de la historia se cobra a la gente por tener su dinero en el banco, se logrará el objetivo en menos tiempo.
Ya sé que parece una teoría absurda e irrealizable, pero no debéis olvidar que, ejecutando ese plan, los tontos pagan todo lo que han robado los listos. Pero no acaba ahí el chollo: los listos se ponen la medalla de haber salvado al mundo, y los tontos quedan contentísimos porque ya pueden pagar su hipoteca. ¿Alguien da más?
Aquí os dejo unos vídeos que muestran cosas parecidas.
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Llegan los intereses negativos