Este pequeño grupo sin escrúpulos que ha dominado el flujo de dinero del planeta desde la antigüedad, sigue actuando amparado por las leyes impuestas por los políticos que ellos mismos apoyan y promocionan.
Lo más gracioso es que para dominar el mundo ni siquiera hace falta ser muy inteligente, sólo tienen que controlar el flujo del dinero, y las instrucciones para lograr esto que es muy sencillo, supongo que se lo dicen los padres a sus hijos en media hora.
Casi seguro que para que los retoños lo comprendan les enseñan la foto de un grifo, para que puedan ver como el caudal de agua va disminuyendo a medida que lo van cerrando. Cuando sale muy poca agua y la población mundial no tiene ni siquiera para beber, entonces los amos del dinero ofrecen soluciones que, aunque desagradables, son las únicas que pueden restaurar el caudal de agua necesario para que el planeta pueda saciar su sed. La población angustiada por la sed, asume los sacrificios puesto que no vislumbra otra solución mejor.