Todos los operadores de divisas en algún momento de su vida se han hecho la siguiente pregunta: ¿esta bajando el dólar frente al euro, o es éste último el que está subiendo en relación a las demás divisas? Esta pregunta es muy difícil de responder, pero lo voy a intentar.
Voy a hacer un breve resumen de la introducción del Milor que hice hace casi un año.
Para comprender el problema vamos a poner un ejemplo:
Tenemos dos empresas, una americana y una europea, que son como dos gotas de agua. Tienen los mismos ratios, el mismo capital y el mismo riesgo. Para un inversor japonés o africano, a medida que va bajando el dólar frente a las monedas de todos los países, va siendo más atractiva la inversión en la empresa de Estados Unidos que en la Europea, pues por su divisa le dan más cantidad de dólares que de euros.
Lógicamente, si todos compran la empresa USA, ésta subirá más que la cotización de la europea, pero esta subida sólo estará compensando la pérdida de poder adquisitivo del dólar, pues al vender esa empresa con beneficios y cambiar los dólares a su divisa original el inversor se encontrará que no ha obtenido ningún beneficio, a no ser que las dos empresas (la americana y la europea) hayan subido.
El problema es que cada vez que se compra algo cuyo precio fluctúa, se está pagando con otro producto cuyo precio también fluctúa, lo que impide saber el producto que está subiendo y el que está bajando cuál es.
Para operar en divisas es muy útil saber la divisa que está alcista para ponerse largo de ella y la más bajista para entrar en el lado corto, pero ver la tendencia de una divisa aislada de las demás es casi imposible.
Para solucionar este problema hay que utilizar una moneda que no cambie de valor y comparar a todas las demás divisas con ella, pero esa moneda no existe. Si echamos una mirada a los últimos 5.000 años veremos que el producto más usado para este menester ha sido el oro.
Para que la unidad de medida sea fraccionaria y no tengamos que usar muchos decimales se puede estipular como unidad de moneda universal el miligramo de oro. Y como toda moneda debe de tener un nombre le llamaremos MILOR.
Esta moneda no aporta una solución perfecta, pues sigue habiendo una fluctuación del precio del oro que nos desvirtúa el precio de las cosas, pero este problema es menos grave. Si se compran y venden todas las divisas y demás productos, incluidas las acciones en MILORS, tendremos una comparativa perfecta entre todos los productos en base a un patrón inmutable, sólo la fluctuación en el precio del oro producirá una distorsión, pero solamente a efectos de comparar el oro con otros productos, nunca para valorar si el dólar esta más alcista que el euro o al contrario.
Sería como si todos nos hubiéramos puesto de acuerdo en admitir que el oro nunca sube ni baja, y que al comparar su valor constante con todo lo demás vemos las variaciones de precios de los otros productos.