Según el análisis técnico, la figura llamada “banderita” es muy curiosa, pues su pronóstico es que el mástil del que cuelga la banderita, se va a reproducir intacto en un breve espacio de tiempo.
Las banderitas pueden pronosticar un alza vertical o una bajada de la misma intensidad. Si la banderita se forma después de un alza vertical, luego viene otra subida de la misma magnitud; pero si el mástil es a la baja, el movimiento posterior también es a la baja.
Como no podría ser de otra forma, las banderitas que dibuja el Ibex tienen los colores rojo y gualda. Cuando el mástil es rojo, la banderita es gualda y pronostica otro mástil rojo del mismo tamaño.
Podemos ver que el mástil formado por los fuertes descensos del 20 al 28 de enero tiene un recorrido de 1200 puntos, y después de una banderita gualda de breves días, se dibuja otro mástil rojo exactamente de 1200 puntos otra vez.
Todo esto que he dicho ya no tendría importancia (pues el mástil ya está completado) si no fuera por la manía que tienen muchas banderas de no viajar solas. Muchas veces se enlazan dos y hasta tres banderitas consecutivas.
Si en este caso hay un agrupamiento de banderitas, el resultado final será que el Ibex-35 acabará de formar la segunda banderita gualda en la que está ahora. Una vez terminada, en el plazo de una o dos semanas como máximo el Ibex tocará los 9.000 puntos. Una vez que llegue a esa cota habrá que ver si enlaza otra banderita para ir a los 8.000 puntos o da la fiesta por terminada. Cuando se ponga el balón a rodar ya iremos retransmitiendo la jugada.
El BBVA está exactamente en la misma situación, pero la bandera que dibuja este banco, como no podía ser de otra forma, es la Ikurriña.