En estas primeras semanas y días del año se suele respirar normalmente un ambiente algo más optimista que el resto del año en temas de ahorro e inversión, pero no es menos cierto que el ambiente que se respira es de mayor optimismo y mejores expectativas que por estas fechas en años anteriores.
La mejor alternativa desde la perspectiva financiero-fiscal siguen siendo los planes de pensiones, que van por fin a dotarse en 2018 de una cierta ventana de liquidez a los diez años, lo que no deja de ser un importante atractivo y también un “efecto llamada” a la juventud. Esperamos también en planes de pensiones bajadas de comisiones, consecuencia sobre todo de la regulación del sector, con expectativas de que sean especialmente importantes en algunas entidades dada la creciente competencia en este tipo de activos. Planes de pensiones que pueden ver un fulgurante desarrollo próximamente si aumenta la cultura financiera de manera importante, las organizaciones de consumidores y usuarios adoptan un papel más agresivo en este terreno, si representantes sindicales y empresariales apuestan decididamente de una vez por todas por los planes de empresa, y si arrancan con fuerza innovaciones financieras relacionadas con consumo vinculado a pensiones como la de Pensumo.
Con respecto a la renta fija, el año 2018 tiene muchas dudas por decirlo eufemísticamente. No parece que pueda ser un año muy positivo para este tipo de activos, siempre hablando en general, si tenemos en cuenta sobre todo el escenario de subidas generalizadas de tipos de interés, a las que se tiene que unir ya de una vez el Banco Central Europeo. El volumen de deuda en poder de particulares, instituciones, corporaciones públicas, empresas y sobre todo de bancos centrales es de tal entidad que podríamos estar frente a una burbuja financiera de gran calibre, que esperemos se sepa manejar adecuadamente, sobre todo por los grandes responsables, reguladores, supervisores, emisores y compradores.
La inversión en vivienda puede ser un activo estrella de 2018, y lo sería todavía más si nuestra juventud tuviera sueldos y salarios más acordes con la recuperación económica, el crecimiento y los beneficios empresariales, así como que otra buena parte de la juventud tuviera acceso a su primer empleo o consiguiera uno nuevo desde su insoportable situación de desempleo. Sin trabajo estable y bien remunerado es imposible hacer planes y previsiones de futuro en temas de vivienda, planificación familiar, aumentar el lamentable índice de natalidad en España y otras consideraciones diversas en las que por motivo de espacio no entraremos en esta ocasión.
Finalmente comentar que las perspectivas para Bolsa y Renta Variable son muy buenas para 2018, lo cual está avalado por la previsión de crecimiento económico y expectativas de los beneficios de las empresas. Pero nuestro consejo, como siempre, es que hay que ser muy prudentes y selectivos, ir de la mano de expertos financieros titulados, acreditados a nivel internacional y con experiencia en mercados financieros, recomendando desde nuestro punto de vista invertir a través de Fondos de Inversión de buenas gestoras con buenos gestores. La renta variable europea debería tener en general muy previsiblemente una mejor relación rentabilidad/riesgo que la de otras zonas geográficas, pero otras consideraciones como las sectoriales, entre otras, pueden tener por supuesto notable importancia a la hora de determinar los mejores resultados finales de la inversión.
