Un país como España, con tanta Historia, tanta Naturaleza, tanto talento, tantas posibilidades de ficción histórica y recreación histórica realista pero también fabulada, tiene que convertir sus potencialidades turísticas en un polo de atracción casi mágico para muchas partes del mundo; incluso para turistas nacionales, en muchas ocasiones grandes desconocedores de nuestra Historia, de nuestra Naturaleza, de nuestras rutas históricas y turísticas de todo tipo, del románico, ornitológicas, musulmanas, sefardíes, entomológicas, del vino, gastronómicas, cinematográficas, etc. etc .
La Edad Media por ejemplo es una fuente inagotable de elementos en este contexto. Como bien comenta José Luis Corral en uno de sus libros “La Historia, y más aún la de la Edad Media, no es como tradicionalmente la han contado. De este período de mil años se ha dicho que fue un tiempo oscuro y bárbaro, un milenio de retroceso para la humanidad. No fue así”.
Si eso lo dice un afamado y reputado internacionalmente historiador y escritor de grandes éxitos de novela histórica, un aprendiz de todo como yo y maestro de nada, utilizando sobre todo su imaginación, fantasía y experiencia, puede contar fabulaciones inimaginables, repensar la Historia, darles a las brujas un papel mejor y más digno del tradicional y hacer las rutas turísticas, la Historia, la Naturaleza del Valle del Aragón y de los Pirineos, sus misterios, magia, ficciones y fantasías, todavía más atractivas si cabe repensando fabuladamente cierta parte del siglo XI, y de “propina” batallas épicas entre las fuerzas mágicas y fabuladas del bien y del mal en la actual atracción turística de la Cueva las Güixas, también con saltos en el tiempo hacia adelante y hacia atrás, así como también un guiño a la buena administración y la sostenibilidad.