El mercado del gas en Europa – II
La dependencia energética europea, en general, y el peculiar diseño de formación de precios de la electricidad según un enfoque marginalista hacen que el gas y los derechos de emisión de C02 tengan una significativa importancia en los precios finales de la factura eléctrica. En este contexto los precios del gas y del C02 han conformado una burbuja con clara sobrevaloración de los activos energéticos como el gas, también el CO2, en el que además de la ley de la oferta y la demanda hay factores especulativos, geopolíticos e incluso militaristas de tambores de guerra.
En el concierto geopolítico mundial Rusia y China van adquiriendo cada vez más importancia y liderazgo en todos los campos tal y como se puede ver razonadamente con muchos indicadores, incluyendo por supuesto la digitalización, transformación digital e innovación tecnológica, de manera que, al igual que en otros países y zonas geográficas, el gas y la energía nuclear sí que podrían considerarse muy pronto energía sostenibles incluidas en las energías verdes, tal y como propugna una importante parte de Europa y del mundo frente al ecologismo folclórico por decreto de algunas y algunos que se arrogan la prerrogativa de hablar en nombre de todos. Incluso el carbón con la adecuada tecnología puede hacerse mucho menos contaminante y sostenible ambientalmente; en el caso de la térmica de Andorra 100 millones de euros eran clave, pero no los quiso poner nadie y todos miraron para otro lado.
Concretamente Rusia y sus yacimientos de gas, entre otros aspectos, son un “arma arrojadiza” contra sus vecinos más cercanos como es el caso de la proeuropea Ucrania y la líder de la Zona Euro Alemania, también Países Bajos y otras zonas geográficas. En estos momentos la gran tensión diplomática, política económica y militar que ejerce Rusia sobre Ucrania es otro factor que impulsa los precios del gas en espiral inflacionista. Y en medio de este puzzle y larga saga en cordel con respecto al reparto de poder en el mundo y más concretamente en Europa, con respecto al poder en el mercado energético y el del gas en concreto, otro aspecto clave que está en el tablero es el gasoducto Nord Stream II del que he hablado en alguna ocasión anterior, que está paralizado contractualmente y convendría desbloquearlo porque sería un gran alivio para Europa y reduciría precios, mientras llega la tan cacareada autonomía energética, que es imposible que en el corto plazo pase por sólo energía eólica y solar, imposible quizás me temo también en el largo plazo, por lo que conviene ir pensando más bien en incorporar con las adecuadas tecnologías y protocolos de seguridad a la energía nuclear y al gas en el mix energético en concepto de energías verdes sostenibles.
El invierno y su rigurosidad climática, así como las tensiones geopolíticas militares pueden provocar mucha volatilidad en este gran tablero de ajedrez energético mundial y eruopeo en particular. De momento los decisores, inversores, compradores, captan perfectamente un aumento en los riesgos y esto se traslada a los mercados de futuros del gas y otros componentes, con precios que no tienen el más mínimo viso en próximos días, las próximas semanas y meses de invierno de un cambio de tendencia. El gas ya está en los entornos de los 100 euros el MVh en Amsterdam y los almacenes de gas europeos están sólo a los 2/3 de su capacidad, de los más bajos en los últimos años.
Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista /