Ramón y Cajal: El Polifacético- II / Pionero del Culturismo y del Fitness
Santiago Ramón y Cajal, entre los mejores de la comunidad científica de la Historia del mundo, desde Arquímedes, Newton, Marie Salomea Skłodowska Curie Einstein , Eshter Duflo y tanta genialidad como ha producido la Humanidad. Ramón y Cajal, el mejor científico de la Historia de España situándola y visibilizándola a la vanguardia mundial, tiene aspectos de su polifacética personalidad auténticamente asombrosos y modélicos en el contexto de una vida espartana, entregada a sus diversos ideales, buscando mejora continua y excelencia en sus diversas dimensiones del quehacer profesional o simplemente de entres sus muchas aficiones y entretenimientos.
En 1871 a sus 18 años, edad mítica donde las haya, Don Santiago ya tenía decidido y encaminado en parte su futuro, de carácter decidido y apasionado, precedido por una infancia y juventud trufada de precocidad, algo rebelde, en contra de reglas y normas establecidas, perseverante y tenaz, de fuertes raíces familiares aragonesas, estudiaba en la Facultad de Medicina en la Universidad de Zaragoza impulsado por la tradición familiar de su padre que era además profesor de Anatomía en dicha Facultad. Como dice algunas jotas y fandangos y nos indica también la Biología Molecular, Bioquímica y otras disciplinas de Ciencias Biomédicas, a esa edad las hormonas están más que disparadas, como los precios y la inflación en estos procelosos tiempos que nos toca vivir, y Don Santiago rivalizaba virilmente con “Morrines”, otro estudiante, por los “favores” de una afortunada conocida nada menos que “la Venus de Milo”, no hay mucho más que añadir salvo que la cosa llegó a mayores por la escultural y atractiva belleza, con desenlace final de una pelea que Don Santiago no pudo ganar, pero de la que salió convencido que tenía que mejorar su forma física, por lo que se apuntó a un gimnasio de la Plaza del Pilar y, sin proponérselo, podría decirse que fue pionero del culturismo y del fitness con un programa de entrenamiento muy vigoroso, sistemático y disciplinado, basado sobre todo en pesas, con mucha constancia y tesón, dando clases en el gimnasio, ayudando también a prevenir lesiones y dar consejos a lesionados del gimnasio como parte de su compromiso y acuerdo con el propietario ya que con muy buen criterio entraba gratis a cambio de dichos servicios.
Como el propio Santiago Ramón y Cajal nos ha dejado escrito y ha quedado documentado fotográficamente “Ancho de espaldas, con pectorales monstruosos, mi circunferencia torácica excedía de los 112 centímetros. Al andar mostraba esa inelegancia y contorneo rítmico característico de los forzudos o Hércules de Feria”. Lo que se perdió la Venus de Milo si hubiera esperado y conocido mejor a Santiago.
Luis Ferruz / Escritor y economista /