El cambio climático y el calentamiento global del Planeta Tierra está muy claro para la Ciencia y la abrumadora evidencia empírica de los científicos y solventes organismos internacionales y nacionales de todo tipo.
Como casi siempre, el diagnóstico del problema parece estar claro, aunque quizás es suponer demasiado, pero de cualquier manera ¿quién pone el dinero para resolverlo? ¿De dónde sale la financiación? Debemos tener en cuenta que informes independientes y del máximo prestigio concluyen, como mínimo, nada más y nada menos que una cuantificación, entre otras, de un billón de dólares al año (1,3 billones más exactamente según últimos datos) de ayuda para países en desarrollo es necesaria si se quiere atajar y neutralizar el problema antes de que sea demasiado tarde. Veamos el último acontecimiento de relevancia capital para el tema.
Tras dos semanas de pomposas declaraciones, complicadas e intensas negociaciones, termina en términos de acuerdos clave en noviembre de 2024, pasada la medianoche del sábado 23, la 29ª Conferencia de las Partes, COP29, de las NU Naciones Unidas, es un decir eufemístico claro lo de las NU, en relación con el cambio climático. Todo tiene un comienzo y un final y esta Conferencia no ha sido menos, sobre todo en lo que respecta en que prácticamente todo sigue igual que cuando comenzó, a saber poca ambición por lo que respecta a abordar con la financiación adecuada, la madre de todas las batallas como en términos parecidos se expresaba Napoleón, el problema y consecuencias del cambio climático y calentamiento global, entre otros aspectos los fenómenos meteorológicos extremos que se vienen agravando en el Planeta Tierra. En línea similar a conferencias anteriores, se producen acuerdos in extremis y ya echando balones fuera, con excusas de mal pagador de que ya se irán resolviendo más cosas y con más acuerdos de financiación en los próximos años. Tranquilos oiga, que ya se seguirá en Belén, ciudad brasileña sede de la COP30ª en 2035, con toda pompa y boato claro que eso si que no cambia para políticos y delegaciones.
El acuerdo al que finalmente se ha llegado en la COP29ª es que el objetivo de financiación climática en cuanto a ayuda a los países en desarrollo y zonas vulnerables será de 300.000 millones de dólares al año para 2035, tanto financiación pública como privada, la cuarta parte de lo realmente necesario como mínimo, pero como decían algunas delegaciones menos es nada, y recordemos que la ley de Murphy está ahí para que, en su caso, todo pueda empeorar, el maximax es una ingenuidad.
Luis Ferruz Agudo / Escritor, economista y naturalista