Hace unos años realicé un largo viaje en moto para visitar a un amigo que vivía a unos cuantos cientos de kilómetros. En mitad de la nada, literalmente, me saltó el aviso de la reserva en la moto (los que sean moteros, ya sabrán que este es muy mal asunto si te pilla en mal lugar, pues la reserva en una moto no da para recorrer más de 50-60 km. como muchísimo).
Cuando ya me veía tirado en medio de la carretera, pasé por un pequeño pueblo (cuyo nombre omitiré para no herir susceptibilidades) en el que, Aleluya! había un pequeño surtidor de gasolina.
Paré junto aquel viejo y sucio surtidor, que parecía llevar ahí desde los tiempos de Recesvinto...Allí no parecía haber nadie para atenderme, así que me dispuse a coger la manguera y repostar yo mismo, pero, obviamente, el surtidor estaba cerrado. Entré a un bar cercano y, tras ser escudriñado de arriba a abajo (como mandan los cánones) por los escasos 2 parroquianos que allí se encontraban, pregunté por la persona encargada de la gasolinera.
- "No está ahora mismo", me informaron
- "y...¿sabe usted cuando volverá?", pregunté
- "uyy..quien sabe, igual ya no vuelve hasta mañana eh?", su respuesta me dejó helado...
- "no habría alguna forma de ponerse en contacto con él? es que tengo la moto casi sin gasolina y no puedo ir mucho más lejos, y creo que no hay más estaciones cerca"
- " no, no las hay no...es que por aquí pasa muy poca gente sabe?"
- "ya veo, ya...insisto, ¿podría alguien llamarle?"
- "mire llame usted mismo, aquí tiene su teléfono.." me ofrecieron
Contacté con el señor encargado del surtidor, quien me dijo que en 10 minutos estaba allí...ufff..respiré aliviado. Para amenizar la espera, decidí tomarme algo en aquel bar que, al igual que el surtidor, tenía pinta de llevar tal y como desde hace más de 6 siglos.
- "Pongame un café, si es tan amable"
- "Lo siento señor, tenemos la máquina estropeada" ....vaya,..que contrariedad..en fin, pediré un refresco
- "una Coca Cola entonces, por favor".
-" mire..si quiere usted un sol y sombra yo se lo pongo...pero es que, sabe lo que ocurre? que como le decía, por aquí no pasa mucha gente, y claro las cosas que no me piden, no las traigo"
- entiendo, y aqui lo que le piden es un coñac y anís...tela (pensé para mis adentros)" bueno es igual, muchas gracias"
Al cabo de casi media hora, llegó el hombre de la gasolinera pidiéndome disculpas por tardar tanto (bueno...esto es España). Al fin pude llenar el depósito.
Cuando fui a pagar, mis ojos saltaron de las cuencas....me estaba cobrando el litro de gasolina casi un 20% más caro del precio medio que tenía por entonces!!
Salí lo más rápido que pude de aquel lugar, mientras me maldecía a mi mismo por no haberme preparado bien el viaje y tener bien previsto los puntos de parada...
Esta anécdota me sirve para ilustrar los peligros ocultos que se puede uno encontrar en un mercado o activo ilíquido:
- Malos precios: al no haber oferta ni demanda, los precios pueden alcanzar niveles insospechados. Cuando operamos opciones en mercados ilíquidos, esto se traduce en unas horquillas (diferencia entre oferta y demanda) descomunales, y si no estamos atentos, nos pueden "colar" un precio por la opción que esté fuera de toda lógica de mercado.
- Mucho tiempo hasta que se procesa la orden: De igual forma que el gasolinero tardó en atendernos porque estaba ocupado en otros menesteres, en mercados/activos poco líquidos nuestras órdenes pueden tardar muuucho tiempo en ser procesadas (si es que tenemos la suerte de que finalmente son completadas).
- Pocos "productos": En aquel bar tan poco transitado, no pude pedir ni un café ni una coca-cola. Traducido al mundo de las opciones, esto implica tener muy pocos strikes disponibles en stocks que son muy poco líquidos, por lo que nos dificultará cualquier estrategia que tengamos planeada.