En la película Inception (traducida al castellano como Orígen), Dom Cobb (Leonardo di Caprio) es un peculiar delincuente que se introduce en los sueños de sus víctimas para robarles sus ideas y luego venderlas al mejor postor. Les induce el sueño mediante una droga especial (que él tambíen utiliza), que genera una realidad paralela, aunque dependiente de la realidad absoluta pues todo lo que acontezca en la realidad tendrá su implicación en la realidad/sueño inducida.
En una de sus escenas más impactantes, Dom junto con su banda, no sólo consigue introducirse en el subconsciente de su víctima, y generar una realidad paralela, sino que, para rizar el rizo, y encontrándose dentro del sueño, vuelven a utilizar esa droga para hacer soñar dentro del sueño e inducir un nuevo nivel de pseudorealidad imbricada. 3 realidades paralelas, independientes entre si, pero al mismo tiempo conectadas todas ellas, ya que dependen de la realidad "maestra" o real.
Pensemos también en las famosas Matrioskas (las muñecas rusas), donde una muñeca esconde otra muñeca y así sucesivamente.
Cada muñeca es distinta y autónoma en sí misma, pero todas ellas dependen de la muñeca de mayor tamaño que alberga en su interior al resto.
Pues bien, cuando operemos con el VIX tenemos que ser conscientes de que estamos ante una clase de activo muy particular. Un activo que es, en realidad, un artificio derivado de otro activo, del cual dependen y están vinculados: el SP500
Como hemos dicho en otras ocasiones, el VIX se construye calculando (de manera ponderada) las volatilidades implícitas de las opciones del índice SP500.
Al igual que le ocurría a Dom Cobb en Inception, donde los cambios que se producían en la realidad maestra (la verdadera) afectaban a todo lo que acontecía en las capas de realidad inferiores, o como ocurre con las matrioskas, donde la muñeca más en el interior se verá afectada por lo que le ocurra a la muñeca más grande, todo lo que acontezca en el SP500 afectará al VIX de manera inequívoca.
El propósito de estos 2 ejemplos es realzar la idea de que el VIX es un activo que, aunque se puede operar de manera completamente autónoma, tiene un grado de dependencia enorme con el instrumento del que deriva: el índice SP500. Y en mi humilde opinión, no tiene demasiado sentido operar el VIX sin mirar de reojo el SP500, y viceversa.
Hay tantos detractores como defensores de operar el VIX. Yo particularmente no tengo nada en contra de operar el VIX, pero aún no le he conseguido ver la "gracia".
Sus principales defensores esgrimen el argumento de que el VIX se mueve en un rango (en los últimos años, entre 10 y 70), y que por tanto es más fácil de operar. Pero creo que este hecho es un arma de doble filo, primero porque hay que entender estos rangos de manera dinámica (hoy en día, un valor en torno a 35 ya sería altísimo, pero por ejemplo en 2008, esos mismos 35 serían casi un suelo de volatilidad), y segundo porque, según acabamos de ver, el VIX depende del SP500, y aunque sus rangos minimos y máximos se han movido estos últimos años entre esos 10 y 70 %, nada nos garantiza que mañana mismo el SP500 haga un picado como en Octubre de 1987, el VIX se nos ponga en 150, destrozando nuestra operativa y de paso vaciando nuestra cartera.
Como decían en aquella maravillosa serie de los 80 (Hill Street Blues): "Tengan mucho cuidado ahí fuera".