Estos días estoy disfrutando de la emisión de la serie "Chernobyl", que narra de manera magistral los hechos ocurridos en Abril de 1986 en la central nuclear ucraniana, en aquel tiempo aún bajo el paraguas de plomo de la Unión Soviética, tras la explosión de uno de sus reactores.
Aparte de unas magníficas interpretaciones de todos sus actores, (por cierto, es de agradecer que los realizadores hayan permitido la "licencia" de que los protagonistas hablen un perfecto inglés, y no empleen el recurso fácil de hacerlos hablar con acento ruso sobrevenido), la serie describe fielmente todos los sucesos de manera detallada, analiza los pormenores técnicos que explican la catástrofe haciéndolos entendibles hasta para los legos en la materia y presenta una serie de consideraciones sobre las que recapacitar.... A mi me gustan así las series (y películas)..de esas que te hacen "pensar" después de haberlas visto, me da igual la temática que traten.
En mi caso, se ha dado además la coincidencia de estar leyendo al mismo tiempo "Antifrágil", de Nassim Taleb, y claro, las conexiones entre lo que estaba leyendo y lo que veía en la pantalla me han parecido tan elocuentes que me he animado a escribir este post.
Lo primero que llama la atención es la actitud de los operarios de la central tras producirse la explosión. Parece que lo único que parecía importarles era despejar cualquier duda sobre su responsabilidad, dejando claro que ellos habían hecho todo bien, de acuerdo a los protocolos y procedimientos, y que por tanto, no eran responsables de lo que allí hubiera podido pasar (desconociendo aún la magnitud de lo ocurrido). Esta actitud prevalece completamente sobre otras que, a priori, resultarían más "lógicas": tratar de ver si hay heridos, intentar calcular el alcance de los daños, etc.. Estoy convencido que muchas de estas actitudes son fruto del ambiente político-cultural imperante en el régimen soviético en aquella época. Un tipo de reacción bastante común en regímenes autoritarios y/o dictatoriales, donde uno teme por su propia vida si no sigue a pie juntillas el dictado del partido/gobierno.
El ingeniero jefe, (Anatoli Diatlov) asimismo, muestra una sorprendente reticencia a creer que el reactor haya explotado "ya que un reactor no puede explotar" (así era según la creencia de la época, ya que nunca antes había explotado uno, y porque los modelos teóricos de entonces tampoco contemplaban esa posibilidad) . Esta increíble muestra de miopía factual la traslada a todos sus subordinados (hay un diálogo tremendo entre dos operarios que comentan entre ellos: "el reactor no ha explotado porque el camarada jefe Diatlov ha dicho que no puede explotar", negándose a la evidencia que sus propios ojos contemplaban). ..Ni siquiera la evidencia de los hechos le hace modificar su postura.
Esta idea ("un reactor no puede explotar") es compartida inicialmente por la totalidad del comité de expertos (físicos nucleares de primer orden de la época) nombrados para ocuparse de la crisis. Y lo es porque, como ya se ha comentado , nunca antes se había dado un caso igual. ¿Les va sonando ésto de algo?
Obviando aquellas otras conductas,que seguramente tengan una relación directa con el entorno político-social de la época, de ésta última en concreto se puede extraer una enseñanza valiosísima, ya que poco a nada tiene que ver con ese entorno político de la URSS de los años 80. Y esa enseñanza a mi, por lo menos, me ha dejado bastante preocupado..
Sobre todo, porque 25 años después nos volveríamos a encontrar con un hecho análogo. ..
La central nuclear de Fukushima en Japón pasaba por ser una de las más seguras del mundo, estando diseñada y construida expresamente para soportar hasta el peor terremoto. Así lucía de bonita y espléndida esta central:
Hasta que el 11 de Marzo de 2011, un terremoto de escala 9,0 provocó un inmenso tsunami que anegó gran parte de la central, provocando una serie de fallos y explosiones en cadena que acabaron finalmente por producir, de nuevo, un accidente nuclear con la emisión de radioisótopos al medio ambiente
¿Qué ocurrió?
Pues que esta central se había diseñado para soportar el peor terremoto..... tomando como referencia el peor conocido hasta la fecha. Pero es que el que finalmente se produjo en Marzo de 2011 fue mucho mayor que cualquiera anteriormente conocido.
De nuevo volvemos a ver repetida la misma pauta, en otra época, bajo otras condiciones, pero la misma (errónea) pauta: El fallo de mirar al espejo retrovisor, y basarse en esa imagen del pasado, para proyectar hacia el futuro.
Que algo no se haya producido nunca antes no significa que no pueda llegar a producirse en el futuro. Esta idea se les(nos) olvida a casi todos en algún momento (o en casi todos) de nuestra existencia.
Tal y como el gran Carl Sagan dejó dicho, en cualquier época, y bajo cualquier circunstancia, hasta las personas más inteligentes llegan a confundir la "ausencia de evidencia como evidencia de ausencia"
Taleb llama a este "defecto cognitivo" el problema de Lucretius, poeta y filósofo romano que dejó escrito que "el tonto cree que la montaña más alta de la tierra será igual a la montaña más alta que uno haya observado nunca".
Y ésta idea tiene una aplicación directa aquí, en un portal de inversiones como Rankia : hacer predicciones o estimaciones económicas, o tomar decisiones de inversión en cualquier tipo de activos en base a acontecimientos pasados seguramente acabe siendo no sólo un ejercicio estéril, sino con mucha seguridad, hasta (muy) perjudicial para nuestra cartera.