Tras más de una década de mercados alcistas, se ha hablado, y se hablará mucho, sobre cúando podría llegar la próxima crisis a los mercados financieros y sobre qué podría motivarla. Mi objetivo en este post es intentar dar alguna respuesta al cómo se podría llegar a producir.
Como suele suceder con los accidentes, cuando éstos ocurren, lo hacen por una concatenación de hechos. Hechos que, por sí sólos o en cualquier otro orden o secuencia, no hubieran tenido la más mínima repercusión. Lo que voy a exponer a continuación son una (posible) concatenación de hechos que, de producirse, podrían provocar un (posible) "accidente" en los mercados financieros.
En mi anterior post, explicaba mi punto de vista sobre cómo los HFTs "ordeñaban" a los fondos pasivos. haciendo el símil de las ballenas que se alimentan de plancton.
Sin darnos cuenta, los HFT ahora mismo se han convertido en el sustento de toda la inversión pasiva, porque aparte de ordeñarles, proporcionan liquidez a todo sistema, para que así, por ej, los usuarios que quieran comprar y vender sus ETFs puedan seguir haciéndolo sin problema. Esta suerte de ecosistema simbiótico se mantiene porque ambas partes resultan beneficiadas (yo me dejo que me ordeñes y me arañes unos centimillos a cambio de proporcionarme liquidez y contrapartida cuando los inversores decidan entrar o salir del tinglado que hemos montado).
Este ecosistema simbiótico es y será estable hasta el momento que uno de los dos actores deje de estar en el escenario.
¿Y qué ocurre cuando uno de los dos actores deja de estar en el escenario?... Pues tenemos ya varias pistas de lo que puede pasar...
Resulta que nuestras queridas ballenas HFTs son más de pescar en aguas tranquilas; en cuanto hay algún atisbo de turbulencia severa (un aumento brusco de la volatilidad), se largan. Y lo hacen porque en esos escenarios, como se comentó en el anterior post, su maravilloso sistema sencillamente deja de funcionar y ser rentable.
Y eso fue exactamente lo que pasó en 2 episodios relativamente cercanos en el tiempo: el flash crash de Mayo de 2010 o el más reciente de Agosto de 2015. En esos acontecimientos, se produjeron unos aumentos bruscos y violentos de volatilidad, en los que los proveedores de liquidez (nuestras queridas ballenas) desaparecieron. Y lo hicieron en el peor momento posible. Al no existir liquidez suficiente en el mercado, se puede producir un peligroso efecto dominó: la falta de liquidez hace que se produzcan fuertes distorsiones de precios (las famosas horquillas bid/ask se ensanchan cual pez globo), lo que hace a su vez que se produzcan fuertes descorrelaciones de precios en los ETFs con respecto a las acciones de los índices a los que replica (los precios de los ETFs ya no siguen al 100% el precio del índice referido, mostrando unas pérdidas muy superiores a las del índice), lo que a su vez hace que los inversores pasivos entren en pánico y decidan vender sus participaciones, que al no encontrar contrapartida (pues recordemos que no hay liquidez), hace que las caídas se acentúen aún más, echando más gasolina al fuego.... y Boooom! fin de la historia..
Como digo, ésto ya ha pasado. Retrocedamos al 24 de Agosto de 2015. Aquel día se produjo un repunte de la volatilidad tremendo. Sin ballenas que proveyeran de liquidez al mercado (pues éstas ya habían abandonado el barco), se produjo exactamente el escenario anteriormente descrito. ¿El efecto?
Fijémonos en un ETF muy seguido en redes sociales por su excepcional comportamiento en los últimos años: se trata del VIG (Vanguard Dividend Appreciation), un ETF que según su emisor (Vanguard), "busca hacer un seguimiento del rendimiento del índice NASDAQ US Dividend Achievers Select Index (ticker DVG). Proporciona una forma conveniente de hacer un seguimiento del rendimiento de las acciones de las empresas con un historial de crecimiento de sus dividendos año tras año"
Aquel caluroso día de verano, el índice DVG bajó un -3,58%, con una caída máxima intradía del -4,64%.
¿Y qué pasó con el ETF que lo replica, nuestro querido VIG?
Pues para empezar, tuvo una caída diaria del -4,31% (que ya no cuadra con la caída diaría del índice al que teóricamente replica).... pero lo peor está si vemos cuál llegó a ser su máxima caída intradía.... un espeluznante -37%
Afortunadamente, y gracias entre otras cosas a los "halt" o paradas en la cotización establecidas por los órganos gestores de las bolsas, la sangría se contuvo y todo quedó en un "susto", en otro "flash crash". .. Pero cabría además pensar si éstos eventos se quedaron entonces en "flashes" y no fueron a más porque para entonces la inversión pasiva no suponía el porcentaje de mercado tan brutalmente grande como lo es ahora.. y si el "globo" pasivo sigue hinchándose, el siguiente flash crash ya no será tan flash, y será algo mucho peor...