Elegir el plazo de una hipoteca es una decisión crucial que afecta no solo al coste del préstamo, sino también las mensualidades y la flexibilidad financiera a lo largo del tiempo. A continuación, analizaremos los principales factores que se deben considerar al tomar esta decisión tan importante.
¿Qué es el plazo de amortización de una hipoteca?
El plazo de amortización de una hipoteca es el periodo durante el cual se realizan los pagos del préstamo hipotecario. La elección del plazo adecuado depende de varios factores, los cuales incluyen tus objeticos financieros y tu capacidad de pago.
¿Cómo influye el plazo de amortización en una hipoteca?
El plazo de amortización de una hipoteca tiene un impacto significativo en varios aspectos de la misma, incluyendo la cantidad de los pagos mensuales, la cantidad total de intereses pagados y la rapidez con la que se acumula el capital. A continuación os detallamos cómo influye el plazo de amortización:
Cantidad de los pagos mensuales
- Plazo más largo: Si eliges un plazo de amortización más largo (por ejemplo, 30 años), los pagos mensuales serán más bajos. Esto se debe a que la cantidad del préstamo se distribuye en un mayor número de pagos.
- Plazo más corto: Con un plazo más corto (por ejemplo, 15 años), los pagos mensuales serán más altos, ya que el préstamo se paga en menos tiempo.
Cantidad total de intereses pagados
- Plazo más largo: Aunque los pagos mensuales son más bajos, terminarás pagando más intereses a lo largo del tiempo. Esto se debe a que los intereses se acumulan durante un periodo más largo.
- Plazo más corto: Aunque los pagos mensuales son más altos, pagarás menos intereses en total porque el préstamo se amortiza en menos tiempo y hay menos tiempo para que los intereses se acumulen.
Acumulación del capital
- Plazo más largo: La amortización del capital es más lenta, lo que significa que el saldo principal del préstamo disminuye a un ritmo más lento al principio.
- Plazo más corto: La amortización del capital es más rápida, lo que significa que el saldo principal del préstamo disminuye más rápidamente.
Flexibilidad financiera
- Plazo más largo: Puede ofrecer más flexibilidad financiera mensual debido a los pagos más bajos, permitiendo a los prestatarios destinar dinero a otras inversiones o gastos.
- Plazo más corto: Requiere una mayor disciplina financiera debido a los pagos más altos, pero puede liberar a los prestatarios de la deuda más rápidamente.
Ejemplo
Supongamos que tienes una hipoteca de 200.000€ con una tasa de interés anual del 3%
Plazo de 30 años
- Pago mensual: aproximadamente 843.21 €
- Intereses totales pagados: aproximadamente 103,554.90 €
Plazo de 15 años
- Pago mensual: aproximadamente 1,381.16 €
- Intereses totales pagados: aproximadamente 48,609.39 €
Resumen
- Plazo de 30 años: Pagos mensuales más bajos, pero un coste total de intereses más alto.
- Plazo de 15 años: Pagos mensuales más altos, pero un coste total de intereses significativamente menor.
¿Cuáles son los plazos de amortización más habituales?
En España, el plazo medio de amortización de una hipoteca es de 23 años y 7 meses. Sin embargo, los plazos de amortización pueden variar considerablemente, dependiendo tanto del período elegido para devolver el dinero como de la cantidad prestada.
Por lo general, cuando se contrata una hipoteca, los plazos de amortización más comunes son de 20 o 30 años. No obstante, también existen hipotecas a plazos más largos, como 35 o incluso 40 años. Aunque estos plazos más extensos no son los más habituales, ya que los bancos los perciben con mayor riesgo debido a la longevidad de estos préstamos.
Por lo general, cuando se contrata una hipoteca, los plazos de amortización más comunes son de 20 o 30 años. No obstante, también existen hipotecas a plazos más largos, como 35 o incluso 40 años. Aunque estos plazos más extensos no son los más habituales, ya que los bancos los perciben con mayor riesgo debido a la longevidad de estos préstamos.
¿Cómo elegir el plazo de amortización de la hipoteca?
Para elegir el plazo de amortización de una hipoteca, es fundamental hacerlo en proporción a los ingresos disponibles. Como norma general, se aconseja que el pago mensual de la hipoteca no suponga más del 40% de los ingresos.
Por ejemplo, si se cobra un sueldo de 1.100€, la cuota de la hipoteca no debería superar los 440€ mensuales. Con un sueldo de 1.500€, la cuota de la hipoteca no debería superar los 600€ mensuales, y esta proporción se aplica de manera similar para otros niveles de ingresos.
El proceso para seleccionar el plazo de amortización, implica primero calcular el 40% de los ingresos mensuales para identificar la cuota máxima recomendada. A partir de esa cifra, se establece la cuota mensual máxima que se puede asumir sin riesgo. Con la cuota máxima y el capital prestado, se determina el plazo de amortización que se ajuste mejor a la capacidad de pago.
Por ejemplo, si se cobra un sueldo de 1.100€, la cuota de la hipoteca no debería superar los 440€ mensuales. Con un sueldo de 1.500€, la cuota de la hipoteca no debería superar los 600€ mensuales, y esta proporción se aplica de manera similar para otros niveles de ingresos.
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