Otra de las conclusiones absurdas que escuchamos en muchos medios es la relación entre la desconfianza entre los bancos y los depósitos de las entidades en el BCE. En estos días estamos record tras record, y quizás haya un par de aspectos que tengan mucha más influencia en este hecho que en la desconfianza entre los bancos. Lamentablemente parece que no se quiere reconocer el asunto y por tanto los analistas le cuentan el cuento, (valga la redundancia) a los periodistas, que muy bien mandados ellos, se apuntan siempre a la explicación.
Pero vamos a tratar de entender las causas principales de los record. La primera y más importante es la inyección de liquidez record del BCE a tres años. Está claro que si el BCE inyecta a las entidades financieras medio billón de euros en una jornada histórica, lo que es también normal es que exista mucho dinero en el mercado. No podemos entender los record de depósitos sin acordarnos de la inyección extraordinaria de liquidez, que ha sido facilitada para cubrir los vencimientos de la banca de 2012.
Teniendo claro la histórica inyección, el siguiente punto es tratar de adivinar que van a hacer las entidades financieras con este importe hasta el momento en que tengan los vencimientos. En este sentido tendrán que analizar las opciones que tienen en este momento. A pesar de que se justificó dicha inyección en base al comodín de la reactivación del crédito, ya he expuesto en varios post que es imposible materialmente pensar que con esta medida va a darse tal efecto. Por lo tanto me remito a lo escrito para descartar en primer lugar tal opción, que por otra parte, a estas alturas del partido, ya no se cree absolutamente nadie.
La segunda opción que se pueden encontrar es invertir en mercados financieros. Sin embargo, no es ninguna noticia que los mercados financieros no están para demasiadas alegrías, y aunque todo el mundo hable de las expectativas alcistas, lo que está claro es que parece que el dinero no está llegando a los mercados. ¿Cómo van a invertir en los mercados financieros si piensan que todo es posible que se desmorone?.
En esta tesitura, la frase que normalmente se usa es aquella que definimos como “preferencia por la liquidez”. Esto quiere decir que cuando los mercados financieros presentan unos riesgos relevantes, la posibilidad de perder dinero es elevada y en consecuencia, el dinero acaba en líquido. El problema es que la definición de liquidez no es la misma para las entidades financieras que para el resto de los humanos. Cuando nosotros hablamos de mantener liquidez estamos hablando de guardar dinero en efectivo sin estar invertido en ningún lugar. Normalmente hablamos de efectivo puro y duro y saldos a la vista en una cuenta corriente.
Cuando estamos hablando de entidades de crédito, la tesorería incluye otros instrumentos que por determinadas características son muy líquidos. Y entre estos, los reyes históricos han sido los títulos de deuda pública. Debemos tener en cuenta que las cifras de deuda pública de las entidades de crédito en ocasiones divergen ya que a veces se habla de títulos a vencimiento, y en otras se habla de exposición total. Los títulos de deuda a veces son para obtener rentabilidad y en otras ocasiones son para mantener la liquidez. Es más que evidente que para la liquidez serán buscados los títulos de deuda pública de países con menores rentabilidades, (por la estabilidad), mientras que para los especulativos tenemos otros países, (y seguro que alguno nos suena).
Sin embargo, tras la crisis de deuda y el fracaso de la subasta de Alemania de finales del año pasado, (relacionado con la crisis de liquidez que ha originado la necesidad de las inyecciones extraordinarias), es normal que se ponga en cuarentena la deuda pública (incluso la Alemana), como instrumento para guardar la liquidez.
Lo lógico y normal es que si tratamos de analizar la desconfianza en algo, tratemos de analizar las diferencias entre las alternativas reales. Es cierto que la desconfianza entre los bancos está también, pero no es la causa. Es decir; si sacamos el dinero del banco y lo llevamos para casa, estamos desconfiando de los bancos; evidentemente tampoco confiaremos en los mercados financieros, pero si desconfiásemos de los mercados financieros, simplemente contrataríamos depósitos. De la misma forma, si los bancos desconfían los unos de los otros simplemente se cierran los mercados de emisiones, (llevan cerrados bastante tiempo), pero ahora mismo estamos en una fase más avanzada. Ya no se fían de la deuda pública, ni tan siquiera aquella considerada segura.
Sí lo queremos ver de otra forma, el hecho de que se estén generando records en los depósitos en el BCE es porque es la mejor alternativa hoy en día para mantener el efectivo hasta los vencimientos de deuda, incluyendo los títulos de deuda pública de los países de la zona centro del euro.
Respecto a la deuda Alemana, esta semana nos hemos encontrado con otra situación curiosa. En la subasta de bonos nos hemos encontrado con rentabilidades negativas. Aunque se ha explicado tal circunstancia en base a que los inversores están dispuestos a pagar dinero porque les paguen rentabilidades negativas, sin tener en cuenta que precisamente el BCE también guarda el dinero, y sin rentabilidades negativas. Es cierto que los bonos alemanes eran a un plazo superior, pero a menos que se estime que el BCE va a introducir tipos negativos, (lo cual no es descartable), está claro que a las entidades les interesaría llevar el dinero diariamente al BCE antes que pagar por guardarlo en bonos. La rentabilidad negativa del bono Alemán, tan sólo se puede entender por el hecho de que cada vez más entidades han dejado de considerar el bono Alemán como refugio y pasan a considerarlo como una oportunidad de inversión. Quizás sea difícil entender que sea considerado un bono Alemán como inversión en lugar de cómo refugio; pero es mucho más fácil si lo consideramos como un precio de un activo. La rentabilidad negativa significa que las entidades han estado dispuestas a pagar un precio tan alto por un determinado activo que ha superado el valor nominal de los bonos. Las demandas han sido muy superiores a lo normal para los bonos Alemanes, y muy en línea de la demanda que nos encontrábamos en deudas de países periféricos atacadas.
Ahora mismo la deuda Alemana es aquella en la que se ve una de las pocas posibilidades de conseguir una revalorización y desde luego se descuenta ya el impago o la salida del euro del resto de países con una claridad pasmosa, (ya no se tiene la esperanza de que las rentabilidades de los demás países bajen o que los precios de los bonos de los demás países suban de valor).