El titulo de este post hace referencia a una frase que llevo escuchando demasiados años. Lo curioso es que antes se lo escuchaba a las personas con unos determinados ideales y ahora mismo se la escucho a las personas con otros ideales.
Por supuesto que encuentro lógica cierta frustración y que se culpe a los que con su voto facilitaron el acceso a los sucesivos gobiernos de las distintas alternativas, porque es fácil entender que ambos gobiernos han actuado de la misma forma y han tomado toda una serie de decisiones que nos han llevado a una situación absolutamente desastrosa. Sin embargo parecemos olvidar de forma generalizada que en ambos casos se han pasado por el forro de los pantalones lo que han prometido. En ambos casos han prometido gobernar para los ciudadanos y en ambos casos han tomado toda una serie de medidas que han beneficiado a los mismos colectivos, (ni tan siquiera han cambiado) y han supuesto tantos sacrificios al conjunto de los ciudadanos, que directamente supone que se han cargado la clase media y la economía.
Es cierto que antes de cualquiera de las elecciones, ya había indicios suficientes como para que nos fuesen a defraudar. Era más que evidente en 2008 que votar al Partido Socialista era un error, porque ya apuntaba de forma muy clara lo que iba a ocurrir. Por supuesto somos muchos los que no nos extrañamos de lo que ha hecho del Partido Popular en estos meses que lleva en el poder.
Sin embargo, y por centrarnos en el momento actual, (donde el “disfruten lo votado”) viene de una determinada ideología, tengamos en cuenta que si bien en el momento en el que tuvimos que tomar una decisión (noviembre de 2011), era muy fácil prever lo que iba a ocurrir, también se debe reconocer que si se hubiese votado cualquier otra opción en ese momento estaríamos exactamente igual.
Sí, es verdad que todos los políticos, (incluido el PP) en campaña han dicho cosas muy sensatas, y la gente ha tenido que acudir a unas elecciones sabiendo directamente que todo era mentira y preguntándose ¿Qué coño voto?, sin que la inmensa mayoría tuviese directamente una alternativa válida. Todos han dicho lo mismo y sinceramente quien pueda asegurar que su candidato hubiese hecho lo mismo sin ninguna duda se está arriesgando.
Se puede tener una ideología de un tipo, o se puede tener una ideología de otro tipo, pero la inmensa mayoría de los ciudadanos, que somos los que conformamos el pueblo español, compartimos varias cosas. Absolutamente todo el mundo quiere lo mejor para su país; no coinciden, (y tampoco sería nada bueno), en lo que quieren, ni en cómo, ni en lo que se valora. Esto es la esencia de la democracia, que parte de la premisa de construir un modelo en el que quepan personas distintas, opiniones distintas y sensibilidades distintas.
La inmensa mayoría de los ciudadanos, como aparece en cualquier encuesta considera que los políticos, (no uno, ni una formación), son uno de los mayores problemas de España. Y resulta que unos cuantos millones de personas han tenido que escuchar aquello de “disfruten lo votado”, cuando resulta que además están asumiendo que lo votado los está engañando.
No es de recibo que un votante del partido socialista tenga que escuchar lo de “disfruten lo votado” cuando se carga a los trabajadores, y no es de recibo que un votante con ideas liberales tenga que oír lo de “disfruten lo votado” cuando se toman toda una serie de medidas que van totalmente en contra de esto.
No me parece ni normal que se le suelte “disfrute lo votado”, al partido que dijo que gobernaba para las familias, para mantener los servicios públicos de calidad, una sanidad digna y una seguridad social eficiente mientras se la carga, (y a ver si alguien es capaz de distinguir a quien me refiero).
Quizás en determinados momentos, antes de abrir la boca, debemos entender que a estas alturas del partido quedan pocos por estafar, y el problema jamás puede ser que un ciudadano haya votado mirando un programa electoral y en base a unas ideas que luego han sido defraudadas. Ni uno, ni otro iban a subir los impuestos a los trabajadores, (de hecho incluso lo acaban negando), ni uno ni otro iban a abaratar el despido, todos iban a solucionar el problema de la vivienda, de la energía, de los bancos, (que no nos iba a costar nada)… Y todos acabaron haciendo exactamente lo mismo por lo que se despidió al anterior.
El problema no es de los votantes, que han sido engañados una y otra vez. El problema es y ha sido de los partidos políticos, de una democracia que ni lo es, ni lo parece y sobre todo del poder que han tomado determinados colectivos, (sector financiero), que en realidad es quien gobierna.
Apuntemos bien, dejémonos de slogans fáciles, y pensemos antes de todo, que jamás puede ser un problema que el vecino sea de izquierdas o derechas; que nos puede gustar lo que piensa el vecino o nos puede no gustar, y podemos pensar que está equivocado o no. Pero es muy ridículo criticar que un gobierno no cumpla su programa y al mismo tiempo criticar a sus votantes, que en teoría son los primeros damnificados por este mismo hecho.
El problema no son los votantes, ni lo que saben, ni lo que opinan. El problema son los electos. Los votantes son ahora los estafados como se puede comprobar en este video que se ha publicado en Rankia, pero que es especialmente claro:
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Hoy Mariano Rajoy ha soltado aquello de ir con la cabeza levantada porque están haciendo lo correcto y todo ese rollo que ya nadie es capaz de creer. Puede ir con la cabeza como le de la gana pero lo que está claro es que si alguien quiere buscar dignidad y heroicidad, tendrá que buscar en otro lugar.
Y ya que estamos ya tenemos canción para Andrea Fabra (y su compañía):