He oído estos días, (no sólo estos días), que aquellos que no creemos que esto se está recuperando somos personas que no tenemos ni idea, que tiramos de post sin justificar ni razonar nada, que lo hacemos por vender algo, porque somos bajistas, que somos negativos, que no nos enteramos de nada o bien que somos bajistas. En definitiva, desde hace bastante tiempo, si tengo que hacer caso de las explicaciones al sentido de mis post tendría que concluir soy gilipollas, tonto, masoquista, sádico, inútil, interesado. Por supuesto, es algo que siento aunque solo sea de lejos, porque el ejemplo más claro en nuestro país es Santiago Niño Becerra, con el que estoy en bastante desacuerdo en bastantes enfoques pero que es el “apocalíptico” más conocido.
En este santo país, exageramos lo que tengo la sensación de que ocurre en todo el mundo. O te apuntas al consenso, o te caen de todos lados y colores. He dicho en muchas ocasiones que unos cuantos estamos en medio de una fiesta diciendo cosas que la gente no quiere oír. Una parte de la sociedad no quiere oírla porque no le viene bien, (a los que se benefician de esta situación), mientras que la mayor parte de la población simplemente trata de apartarlo de su mente porque realmente ser consciente hoy de las realidades de nuestro país es un sufrimiento constante. En este sentido hay mucha gente que no quiere oír porque es muy lista y hay mucha gente que no quiere oír porque a veces es mejor ser tonto.
He llegado a leer que tener un enfoque, llamémosle no convencional, es una forma fácil de conseguir un beneficio determinado. Ya hemos llegado a un punto que casi ni me preocupa la falta de respeto que afirmaciones como esta suponen. ¿Qué alguien diciendo que esto es “bajista” es porque trata de conseguir en artículos de telediario cierta notoriedad?. Pues jode que alguien te diga estas cosas o que simplemente las piense. Pero lo peor de todo es que es una absoluta gilipollez.
Como todos, puedo estar equivocado o no. Pero lo que tengo claro es que ir por la vida, (eso fue antes, durante y después del blog), tratando de decir lo que hay no es ni fácil, ni rentable, ni mucho menos agradable. La triste realidad es que cuando hay que decir dos o tres verdades, el cálculo que tienes que hacer no es “cuanto vas a ganar”, sino que tienes que calcular (y muy bien), si puedes asumir las pérdidas por tomar esta posición.
Es así de sencillo. Decir las cosas como son, casi nunca te genera ningún beneficio y por supuesto siempre tiene un gran riesgo, frente a la opción de “decir lo que dice todo el mundo”. Es así de sencillo y así de claro.
Yo puedo salir a estas páginas o puedo ir por la vida, aplaudiendo los análisis, las tonterías y demás historias y apoyar cuanta consigna se me presente por delante, buscando alguna forma de vestir el típico “sí a todo”. Por supuesto, tengo que reconocer que destacar entre los que defienden que nos estamos recuperando tiene una dificultad técnica que no es otra que la de encontrar argumentos y razones suficientes para justificarlo.
En cambio justificar que esto se está derrumbando y saber qué impacto tendrá sobre la situación cada una de las decisiones económicas que se toman es sencillísimo. A fin y a cuentas para esto hemos estudiado, tenemos el pasado, una carrera…
Pero ahí se acaba la facilidad y eso nos pasa a todos cuando vemos que nuestros jefes, nuestros políticos, nuestros dirigentes (no son los mismos), toman decisiones que nos llevan al desastre. ¡Vas y le llevas la contraria!. En la inmensa mayoría de las ocasiones las burradas, negligencias, olvidos o morro, son más que evidentes, pero el caso es que en todos y cada uno de los casos, tenemos que hacer un cálculo rápido y decidir si queremos decir “amen” o decir un “perdona, pero…”. Pues el caso es que el Amen tiene bastante menos coste inmediato y personal. A veces nos encontramos con una tontería increíble alrededor porque nadie quiere decir que el rey está desnudo.
¿Es fácil Denunciar tropelías de las empresas, dudar de las cuentas, decir que los bancos mienten o estafan, salir y decir que el consenso está como una regadera?. No vende. Jamás venderá. ¿Cree alguien que voy a poner este blog en mi currículo si quiero ascender en mi empresa?. ¿Puedo ir a una entidad financiera o a una empresa a pedir que pongan publicidad?. ¿A quién puedo vender?. De hecho es curioso, pero en mi trabajo en teoría nadie sabe que escribo en este blog. Y digo que en teoría, porque sé que unos pocos lo conocen y saben que soy yo, (mal asunto fue este de salir del armario), pero sin embargo como las vergüenzas no se hablan en público. Nadie me ha dicho nada a la cara, salvo uno que dijo algo así como que seguro que me estaba forrando escribiendo por ahí, (¡si supiesen!). No negaré lo del blog en el trabajo, de la misma forma que allí y aquí diré lo mismo, pero desde luego tengo claro que no comulga con el ideal de los que dirigen el cotarro.
Tanto en el trabajo, como en los blogs, como en las colaboraciones, todos los puñeteros días tienes que hacer un esfuerzo increíble por simplemente ser decente. Créanme que la cosa no es tan sencilla hasta el punto de que todos y cada uno de los días piensas un par de veces en la posibilidad de mandarlo todo a freír espárragos, y apuntarte a todas y cada una de las tonterías que te vayas encontrando.
¡Que está bien apoyar a bancos!, ¡que sean los tontos los que paguen!, ¡que esto está muy bien montado! Y que ¡hacer pobre a todo Dios va a generar riqueza!. ¿Alguien se cree que no tengo capacidad suficiente para escribir novelas sobre economía?. Sobre todo porque además resulta que apoyando lo que dicen otros, ¡jamás me meteré en líos!. Estas son frases que todos los días me repito un par de veces. Y esto es porque no es fácil.
No es fácil porque todos los días tienes que calcular los charcos en los que te puedes meter y los charcos en los que no te puedes meter. Y esto es así porque en realidad salir a denunciar o contradecir es un coste gigantesco.
No es nada fácil desde el punto de vista en que cada día tienes que pensar en los charcos que te puedes meter y desde luego tienes que tener claro que para meterte tienes que ir con todas las garantías, todo lo tienes que probar, todo lo tienes que argumentar, todo lo tienes que tener previsto y todo lo tienes que asumir. La cosa es simple. Yo puedo salir a decir el slogan que suelta el consenso, sin tener que justificar absolutamente nada o puedo calificar como brillante la primera tontería que suelte mi jefe o la creatividad de una contabilidad falsa, pero si tomo la decisión contraria ya puedo tener argumentos, pruebas, razones y un flotador o simplemente me ahogaré. Pero lo que tengo claro es que cada uno de los charcos me cuesta y mucho.
¿Alguien se espera una demanda por decir lo que dice el consenso?. Pues lo cierto es que en mi vida las amenazas de demanda ya son algo que empieza a ser hasta cotidiano. Cierto es que hasta ahora ninguna se ha materializado, pero no deja de ser algo cotidiano como un dolor de cabeza persistente que te va agotando poco a poco. ¿Esto es fácil?. Como a cualquiera a nadie le gusta que le demanden, que le amenacen, que le coaccionen.
Me gustaría dejar claro que sé perfectamente que estoy nadando contra corriente, pero de la misma forma, me gustaría decir que no voy contra corriente por ir, sino porque la realidad es que en estas aguas turbulentas, he considerado que la mejor opción es agarrarse a algo, para que no te lleve esta corriente.
En definitiva, no intento ir contra corriente, sino que trato de tener las cosas claras, ¡pese a quien pese!.
Claro que alguien se preguntará, ¿Por qué voy a decidir anclarme?. Sí estoy diciendo que lo más sencillo es hacer post que vayan con el consenso, encontrar algunas cositas pero no decir otras, amoldarme a los que hoy tienen la pasta y buscar de esa forma reconocimiento y (o) dinero. ¿Por qué no me apunto a lo tradicional y uso mi capacidad para hacer informes que pueda comercializar?.
Pues es sencillo, porque estoy completamente seguro que en el futuro, no se valorará al que se apunte a lo que digan los lobbys de turno. Estoy seguro que de esta crisis, mucha gente aprenderá a pensar y cuando lo hagan los gurús se van a encontrar en problemas y se van a diluir.
Y sobre todo por que admiro, (aunque no entienda como aguantan tanto) a los españoles y puestos a quedar bien con alguien, prefiero hacerlo con estos a quedar bien con Botín.
¿Qué le vamos a hacer?. Me gustan los ganadores y estoy dispuesto a asumir los costes que ahora vengan.