Tras largos, larguísimos años de estudios, me siento autorizado a emitir el siguiente pronóstico o predicción:
"Hoy, 24 de diciembre de 2021, la Sexta Ola de la Epidemia de Coronavirus medida por el número de positivos detectados llega a su pico máximo"
Caben varias "explicaciones" que justifícan o avalan este predicción de que mañana el número de contagiados registrados caerá de forma brutal, y de que en un par de días también lo hará consiguientemente la famosa incidencia acumulada a 14 días.
Ahí van:
a) Nuestro señor Jesucristo, que por ser hoy su cumpleaños habría decidido graciosamente apiadarse por fin del sufrido pueblo español que desde siempre le ha sido tan fiel por muchos males que les mandara, y habría optado por una vez por hacer caso a las súplicas de los obispos y demás "españoles de bien" y acabar con la Sexta Ola.
b) El Gran Brujo de la Moncloa, quien solamente gracias a sus conexiones con los poderes del mal de los infiernos comunistas y bolivarianos, habría podido lograr que una medida absolutamente inane, estúpida y molesta como es la obligación de llevar siempre mascarillas en espacios urbanos abiertos tenga sin embargo, mágicamente, efectos reales de modo instantáneo, o sea, cuando toca administrativamente, oséase, al día siguiente a su publicación el el BOE, como ocurre bajo los gobiernos autoritarios social comunistas bolivarianos enemigos de la libertad, que hasta la magia está obligada a cumplir las tiránicas normas que imponen.
c) La cena de Nochebuena que, gracias a los antioxidantes de los langostinos gallegos, el jamón de Jabugo y el vino de Rioja, habría aumenta exponencialmente las defensas y anticuerpos de los españoles a la hora de afrontar con éxito a cualquier virus que se ponga a tiro.
d) El paso del solsticio de invierno, que como bien saben los astrólogos de la New Age y los partidarios de la teoría de los alienígenas de la cadena de DMAX, señala que el Dios Sol vuelve a renacer (o que por fin los extraterrestres se han puesto las pilas y deciden ponerse a la faena antivírica). Y ya se sabe que los coronavirus, como los vampiros, huyen del sol (y de los alienígenas).
e) La gente que, pasada la cena de Nochebuena, ya no tiene el menor incentivo en hacerse tests pues ya no tienen que cenar con los padres y abuelos hasta dentro de un año.
Elija el lector la explicación teórica que más le agrade (o le convenza, que hoy lamentablemente parece ser lo mismo).
(Nota: Caso de que haya escogido la respuesta/explicación (e), tenga en cuenta su implicación más inmediata, que sería que la Sexta Ola tendría algo, bastante o, más bien, mucho de realidad periodística, o sea, que es a la vez irreal y estadística)
(Nota de la Nota. Una realidad periodística es aquella "realidad" sólo tangible para periodistas y similares (políticos, opinadores, tertulianos, etc.). Nada hay mejor para describir esa "realidad" o pseudorrealidad que el siguiente y repetido ejemplo: si una persona se cena un pollo y otra ayuna, en la realidad periodística cada uno se come medio pollo. La realidad económica periodística no es dura sino maleable como plastilina, es una realidad plástica que, por ejemplo, crece o mengua día a día según las predicciones o actualizaciones de los innumerables informes estadísticos que el creciente sector de la industria estadística, nunca en crisis y al que, más bien, las crisis le vienen muy bien, produce incontinentemente)
"Hoy, 24 de diciembre de 2021, la Sexta Ola de la Epidemia de Coronavirus medida por el número de positivos detectados llega a su pico máximo"
Caben varias "explicaciones" que justifícan o avalan este predicción de que mañana el número de contagiados registrados caerá de forma brutal, y de que en un par de días también lo hará consiguientemente la famosa incidencia acumulada a 14 días.
Ahí van:
a) Nuestro señor Jesucristo, que por ser hoy su cumpleaños habría decidido graciosamente apiadarse por fin del sufrido pueblo español que desde siempre le ha sido tan fiel por muchos males que les mandara, y habría optado por una vez por hacer caso a las súplicas de los obispos y demás "españoles de bien" y acabar con la Sexta Ola.
b) El Gran Brujo de la Moncloa, quien solamente gracias a sus conexiones con los poderes del mal de los infiernos comunistas y bolivarianos, habría podido lograr que una medida absolutamente inane, estúpida y molesta como es la obligación de llevar siempre mascarillas en espacios urbanos abiertos tenga sin embargo, mágicamente, efectos reales de modo instantáneo, o sea, cuando toca administrativamente, oséase, al día siguiente a su publicación el el BOE, como ocurre bajo los gobiernos autoritarios social comunistas bolivarianos enemigos de la libertad, que hasta la magia está obligada a cumplir las tiránicas normas que imponen.
c) La cena de Nochebuena que, gracias a los antioxidantes de los langostinos gallegos, el jamón de Jabugo y el vino de Rioja, habría aumenta exponencialmente las defensas y anticuerpos de los españoles a la hora de afrontar con éxito a cualquier virus que se ponga a tiro.
d) El paso del solsticio de invierno, que como bien saben los astrólogos de la New Age y los partidarios de la teoría de los alienígenas de la cadena de DMAX, señala que el Dios Sol vuelve a renacer (o que por fin los extraterrestres se han puesto las pilas y deciden ponerse a la faena antivírica). Y ya se sabe que los coronavirus, como los vampiros, huyen del sol (y de los alienígenas).
e) La gente que, pasada la cena de Nochebuena, ya no tiene el menor incentivo en hacerse tests pues ya no tienen que cenar con los padres y abuelos hasta dentro de un año.
Elija el lector la explicación teórica que más le agrade (o le convenza, que hoy lamentablemente parece ser lo mismo).
(Nota: Caso de que haya escogido la respuesta/explicación (e), tenga en cuenta su implicación más inmediata, que sería que la Sexta Ola tendría algo, bastante o, más bien, mucho de realidad periodística, o sea, que es a la vez irreal y estadística)
(Nota de la Nota. Una realidad periodística es aquella "realidad" sólo tangible para periodistas y similares (políticos, opinadores, tertulianos, etc.). Nada hay mejor para describir esa "realidad" o pseudorrealidad que el siguiente y repetido ejemplo: si una persona se cena un pollo y otra ayuna, en la realidad periodística cada uno se come medio pollo. La realidad económica periodística no es dura sino maleable como plastilina, es una realidad plástica que, por ejemplo, crece o mengua día a día según las predicciones o actualizaciones de los innumerables informes estadísticos que el creciente sector de la industria estadística, nunca en crisis y al que, más bien, las crisis le vienen muy bien, produce incontinentemente)