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                                   FERNANDO ESTEVE MORA

Se está estos días montando por parte de las derechas un buen "pollo" político/mediático/callejero a propósito de la ley que amnistiará a los participantes directos e indirectos en aquel otro "pollo", el del procés independentista catalán de hace unos años.

El volumen y nivel intelectual de las "ideas" al respecto que, a grito pelado, se emiten desde el pueblo y desde los altavoces mediáticos de esas derechas es, como cabría esperar, desalentador por delirante. Una vez más, en esta supuesta era de la comunicación y la información, es casi imposible hallar en ningún lugar un análisis de la amnistía y sus previsibles  efectos que posibilite a las gentes razonar sobre ella más allá del mero insulto grosero a Pedro Sánchez y las llamadas a la intervención del ejército, la guardia civil y de Dios mismo (y de  la Virgen, caso de que no bastase) como único recurso para evitar la amnistía y sus supuestas "consecuencias". Lo dicho: un auténtico delirio.

Veamos si la Teoría de Juegos puede aportar algo de sensatez ante tanto desatino. Veamos.

El único argumento real del que he tenido noticia oponiéndose a la amnistía, pues eso de que vulnera la "igualdad entre los españoles" no puede provocar más que una carcajada sarcástica  a un economista ante la manifiesta y creciente y hasta sangrante desigualdad económica, política y social existente hoy entre los ciudadanos españoles, es que la amnistía hace más probable -y no menos- la repetición de la asonada independentista. Es decir, que la amnistía a la que ha tenido que recurrir Pedro Sánchez para seguir gobernando va a tener en la práctica un efecto incentivador para que los "indepes" catalanes perseveren en su política unilateral separatistas, a pesar de que hayan firmado un compromiso de hacer todo lo contrario  pues resulta obvio que reducir sus pretensiones de independencia, como lo han hecho en el documento que Junts ha firmado con el PSOE, a la convocatoria de un referéndum legal (o sea, admitido por la mayoría del Congreso y refrendado por el rey)  es una clarísima y evidentísima "bajada de pantalones" por parte de los de Junts   pues me atrevo a predecir con total seguridad que antes veremos a los muertos resucitar que al Parlamento español acceder a conceder graciosamente ese referéndum a los "indepes" y menos aún circunscrito al área catalana. O sea, que el acuerdo Junts-PSOE cierra la vía unilateral.

Pero como bien pudiera ser que los "indepes", entre los que están otros muchísimos grupos y grupúsculos, pasasen de este acuerdo que ellos no han firmado, la pelota sigue estando en el aire, es decir, que podría darse una nueva revuelta catalana, por lo que la cuestión acerca de si la amnistía tendría un efecto incentivador o disuasor de esa posible revuelta es muy pertinente.

Y para dilucidarla, la Teoría de Juegos ofrece una herramienta la mar de útil. Se trata del modelo del "juego del secuestro" o "juego del terrorista", diseñado por Todd Sandler en 1988, del que aquí voy a hacer una adaptación a ver qué consecuencias se pueden extraer.

Represento a continuación una descripción gráfica manifiestamente "cutre" (no puedo hacerla mejor con los medios gráficos de esta página web), del árbol de decisión de este juego  


       I-- --- --- ---  ---  --- ---  ---  --  -- --- --  -- -- -- ( 0, 0 )
       I                                         I--- --BL -- -- -- ( C, G )
    S I                                         I
       I              I-- -- -- -- --  --  G -I
IN --I             I                           I   
       I              I                           I
    UI               I (F)                     I-- --DR- -- -- ( D, H )
       I               I
       I-- -- -- -- --I
                        I (E)
                        I-- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- - ( A, B )

Veamos, en este juego hay dos actores: Los "indepes" (IN) por un lado, y el Gobierno (G) por otro. Es un juego secuencial, en el que los "indepes" se están planteando si lanzar o no un nuevo procés, lo que -obviamente- dependerá de sus consecuencias, resultados o "pagos".

Es decir, yendo ya al gráfico,  que los IN (los "indepes") se plantean si romper o no con el "statu quo" (opción o estrategia S), o sea, ir por ese camino "hacia arriba" desde su "nodo" de descisón en el árbol de decisión;  o si lanzar un (nuevo) procés (opción o estrategia U por lo de la unilateralidad), ir "hacia abajo" en el árbol.

El pago o resultado en el primer caso ( el de que IN elija S) es la continuación de la actual situación para ambos actores, lo que actúa por tanto como nivel cero de referencia con respecto al que evaluar los resultados de la otra estrategia, la U. O sea, que como si se tratase de un termómetro, diremos que la estrategia S de  "statu quo" rinde CERO a ambos actores. Repito, no es que seguir con las cosas como estén no sea visto como positivo (o negativo) por el gobierno o los "indepes", lo que digo es que dado que el "statu quo" actúa como base de comparación, le asignamos un valor cero al igual que el cero de un termómetro nos dice si ha pasado algo que ha hecho subir la temperatura o bajarla, nada más. En consecuencia los pagos para ambos actores caso de que I decida la estrategia S se representan por el par ordenado (0,0) en el árbol de decisión del juego

Frente a la estrategia S, los "indepes" tienen como se ha dicho  la opción de lanzar  un nuevo procés , lo que se ha denominado estrategia U. Ahora bien, sucede que ni para los "indepes" ni para el Gobierno, tiene esta estrategia un resultado o pago claro y definido unívocamente

En efecto, un nuevo procés puede fracasar como le pasó al anterior o puede esta vez tener éxito. Ello dependerá de multitud de circunstancias como el grado de apoyo del pueblo catalán o de la actitud más o menos tolerante a la independencia de Bruselas, entre otros muchos factores.

En el modelo que estoy construyendo esto aparece en forma de dos posibles resultados caso de que los IN decidan lanzar un nuevo procés. Un resultado es tener Éxito y conseguir la independencia (resultado E) lo cual puede suceder con una probabilidad p ; o bien y alternativamente, el nuevo procés puede Fracasar (resultado F) con probabilidad (1 - p) .(Véase NOTA 1)

¿Cuáles serían los pagos de ambos resultados? Caso de que los "indepes" tuvieran esta vez éxito y consiguieran sus objetivos, ello sería un triunfo evidente para ellos, un resultado -con respecto al "statu quo", positivo A (A > 0) , y un resultado o pago B muy negativo para el otro jugador, el Gobierno (B < 0) con respecto a la actual situación. Pero recuérdese que estos pagos no son seguros sino con una probabilidad p.

Pero puede ocurrir, con probabilidad (1- p) , que la nueva asonada independentista fracase. Y es aquí donde las cosas se ponen interesantes. Pues en ese caso, el resultado o pago para cada actor dependerá de cómo el Gobierno fuera a responder a los que hubieran organizado el nuevo procés. Y es aquí donde la actual amnistía pudiera pensarse que puede afectar a los "pagos" de los actores y a sus decisiones.

Veamos. Si los "indepes" fracasan, el Gobierno puede ser "duro" (opción DR) o "blando" (opción BL)en su castigo a los nuevos "procesistas".  Es decir que el "pago" o castigo a I en caso de que el Gobierno deidiera ir de "blando" lo denotaremos por la letra C que representa un valor negativo (C < 0) pero mayor (o sea , un castigo más suave) que el "pago" o castigo D que recibirían si el Gobierno eligiese ser duro. Es decir que, aritméticamente hablando se cumpliría esta desigualdad:
                                       
                                               D  <   C  <  0

La cuestión ahora es la de cuáles serían los "pagos" o resultados del Gobierno en cada caso. Pues bien, los "pagos" del Gobierno serían negativos tanto si decide ir de "duro" como ir de "blando", pues en cualquier caso, el que los "indepes" lanzaran un nuevo procés sería una muestra obvia del fracaso de su política: es decir, una demostración palpable de que los "indepes" le habrían "tomado el pelo" con la amnistía y la política en general de "desinflamación". Denominaremos G al pago (negativo) para el Gobierno de ir de "duro" y H al pago también negativo si decide ir de "blando".

Pero ¿qué es mayor G o H? Pues bien, hay un buen argumento para sostener que ir de "blando" sería malo para el Gobierno en sí, pero lo sería mucho peor que ir de "duro", pues -de nuevo hay que repetirlo- el lanzamiento de un nuevo procés no manifestaría sino la total ingenuidad del Gobierno que habría sido engañado por los "indepes" a pesar de todas sus concesiones (incluida la amnistía). Dicho de otra manera, la ley de amnistía afecta a los pagos del Gobierno caso de que se produjera una nueva algarada independentista en el sentido de que desacreditaría aún más la política de "blandura" con el independentismo. Es decir que en el ranking del Gobierno se tiene:
                                   
                                             H   <  G   <   0

Esto significa que, si el nuevo procés fracasara, al Gobierno siempre le interesaría ir de "duro" s y no de blando, dado que H < G. Dicho en la jerga de la Teoría de Juegos,  la estrategia de ir de "duro" sería la estrategia dominante (el "equilibrio perfecto en subjuegos")  para el Gobierno caso de que los "indepes"  lanzaran un nuevo procés y éste fracasara

Y eso lo saben también los "indepes". En consecuencia sabiendo esto entonces,  racionalmente, los independentistas lanzarían un nuevo procés si el pago esperado de hacerlo es positivo (o sea, representa una ganancia respecto al "statu quo"). O sea, si:
                     
                                       (p) A  + (1- p) D  > 0

o sea, cuando la probabilidad de tener Éxito en un nuevo procés fuera mayor que::
   
                                             p  >  ( - D) / (A - D)   
   
que depende de los valores de D y de A. (Véase NOTA 2 al final del texto)

Hay que recalcar y mucho mucho  lo que dice este análisis, y es que el que los "indepes" lanzan un "nuevo" procés no exige o requiere de que crean o estimen que sus probabilidades de éxito son muy elevadas, sino de que sean más elevadas que el cociente de marras. Si, por poner un ejemplo, el cociente (-D)/ (A - D) fuese 0,2, o sea un 20%, bastaría con que la probabilidad de éxito fuese tan baja como de un 21% para que mereciese la pena, fuese "rentable", o fuese instrumentalmente racional para los "indepes" el relanzar el procés.

Ahora bien, si se observa ese cociente, resulta claro que a sus componentes en nada les afecta directamente la ley de amnistía. En consecuencia, la amnistía en nada afecta a la factibilidad de un "nuevo" procés. Lo determinante, repito, son los valores de A y de D, valores que dependen de las políticas del Gobierno. Si el Gobierno hace menos "rentable" para los catalanes la independencia (por ejemplo, completando o desarrollando el Estatut o con más concesiones financieras a Cataluña, el valor de A cae, y por tanto más elevado sería el cociente  ( -D )/(A - D), por lo que mayor debería ser  la probabilidad de éxito para que les mereciera la pena a los "indepes" pena lanzar un nuevo procés.

De igual manera, a la decisión de los "indepes" le afecta racionalmente el valor de D. Conforme (- D) sea mayor, o sea, conforme el Gobierno señalice que el castigo va a ser más elevado caso de que el procés se repitiera más alto será el cociente, y, en consecuencia, más difícil sera que sea "rentable" o merezca la pena para los "indepes" el lanzar un nuevo procés.

Desde esta análisis a partir de la Teoría de Juegos, se tiene entonces que el problema no está por tanto en la amnistía. Por el contrario, sí que lo está en otro cambio legislativo que se hizo previamente que fue la sustitución de la rebelión por la sedición como calificación legal del procés y la rebaja penal del mismo. En el modelo aquí desarrollado, estos cambios penales equivalen a una disminución del castigo, una caída en (- D), que hace consiguientemente más rentable un procés en la medida que, aun con una menor probabilidad de éxito, puede merecer la pena intentarlo,  y, en esa medida, lo incentiva.

Finalmente, cabe decir que habría una forma muy fácil de reforzar el argumento aquí presentado contra que la equivocada idea de que la actual ley de amnistía incentive un "nuevo" procés . Bastaría a este respecto con incluir en el texto de la ley (no se me pregunte cómo: no soy jurista) un "disclaimer" adicional, cual sería que nunca más podrá ser aplicada una amnistía para hechos como los en ella amnistiados. Con ello se reforzaría la idea de que, caso de que hubiera un "nuevo" procés , el Gobierno optará con total certeza pues se vería obligado por una ley orgánica por la opción DR, o sea, la de dureza.

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NOTA 1:
La probabilidad p de éxito de los "indepes" será mayor o menor dependiendo del apoyo público a las tesis independentistas en Cataluña y a las torpezas del gobierno central. Si los independentistas llegaran a tener un apoyo electoral de más de un 80-85% y si la respuesta del gobierno central fuese la represión violenta, sería bastante probable que Bruselas impusiese al gobierno central un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Y hay que recordar el poder de Bruselas para imponer políticas a los gobiernos aunque gocen del respaldo en las urnas, recuérdese aquí como  Bruselas le hizo tragarse a Tsipras su victoria en el referéndum griego contra las políticas de ajuste.  Por lo tanto, cualquier política (como una Ley de Amnistía) que rebaje esa probabilidad de éxito de los "indepes" sería una buena política, desde el punto de vista del "statu quo", o sea, de la continuidad de España como lo es ahora.

NOTA 2:
Obsérvese que si el Gobierno optase por la opción BL caso de que hubiese un nuevo procés, y fracasase, entonces el lanzarlo sería la mejor opción para el actor IN si se cumpliese la siguiente desigualdad:
                                       p A + (1- p) C > 0
o sea, si IN creyese que su probabilidad de éxito p fuese mayor que:
                                        p > (- C) / ( A - C)
Dado que D < C < 0, ello implica que:
                                     ( - C) /(A - C) < ( -D) /(A - D) 
O sea, que la opción de "blandura" por parte de G "incentivaría" el relanzamiento del procés, en la medida que IN necesitaría entonces  una menor probabilidad de éxito para que le fuera racional (para que le "mereciese la pena") arriesgarse y meterse de nuevo en semejante "fregao".

Podría pues argüirse que la ley de  amnistía incentivaría un futuro procés si pudiese ser entendida como una señal de que el Gobierno siempre optará por la opción BL, o sea, que será siempre "blando" en el futuro.
 
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  1. #1
    14/11/23 14:23
    Independientemente de la explicación de este hecho a través de la teoría de juegos, discrepo en que las protestas sean por parte de "las derechas", porque no es así: hay muchos grupos de muchas ideologias, entre otros socialistas que nos sentimos engañados (más aún). Y dándote la razón en la desigualdad económica de los territorios, si tenemos que pagar la deuda catalana, de algún sitio tendrá que salir, digo yo, y algún perjuicio tendremos por ello.