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Creo que la gran mayoría está familiarizada con la película “The Matrix”. La gran obra maestra de los en su momento hermanos (ahora hermanas) Wachowski que, inspirados por diversas obras del mismo género, cuestionan la realidad. 

La escena mítica de Morphews ofreciéndole a Neo la opción de salirse de la simulación en la que está viviendo al tomar la pastilla roja o de quedarse en ella tomando la pastilla azul (aunque en el diálogo original de la película estas opciones no estaban tan explícitas), nos quedará grabada en la memoria a todos aquellos que fuimos al cine para verla recién sacada del horno.

Pues bien, un estudio en el que se plantea esto se hizo en la universidad de Duke por el profesor De Brigard, en donde a un grupo de estudiantes se les hizo esta misma pregunta, pero añadiendo pequeñas variantes. Hago traducción libre del texto entero de la pregunta y de sus variantes: 

“Es sábado por la mañana y planeas quedarte en la cama durante al menos otra hora cuando, de repente, escuchas el timbre. A regañadientes, sales de la cama para abrir la puerta. Al otro lado hay un hombre alto, con una chaqueta negra y gafas de sol, que se presenta como el Sr. Smith. Afirma tener información vital que te concierne directamente. Ligeramente preocupado, pero con cierta curiosidad, lo dejas entrar. "Me temo que tengo una noticia inquietante que comunicarte", dice Smith. "Ha habido un terrible error. Tu cerebro ha sido conectado a una máquina de simulación de la realidad creada por neurofisiólogos superduper. Todas las experiencias que has tenido hasta ahora no son más que el producto de un programa de ordenador diseñado para proporcionarte experiencias placenteras. Todo lo desagradable que hayas experimentado durante tu vida es solo un prefacio que conduce a un mayor placer (Por ejemplo, como cuando tuviste que esperar en esa larga fila para obtener los boletos para ese concierto, ¿recuerdas?). Desafortunadamente, nos dimos cuenta de que cometimos un error. Se suponía que era otra persona y no tu quien debía estar conectado al simulador. Te pedimos disculpas. Es por eso por lo que nos gustaría darte una opción: puedes permanecer conectado a esta máquina (y eliminaremos los recuerdos de esta conversación) o puedes volver a tu vida real.

 ¿Qué elegirías? 

[Por favor, marque con un círculo solo una opción]  

Permanecer conectado 

Volver a la realidad

Por favor, explique su respuesta brevemente”

 

La cantidad de coincidencias con la película creo que escapan a la casualidad, supongo que el profesor De Brigard también es fan de la saga.

Se hicieron básicamente tres versiones de esta pregunta, siendo la anterior la versión “neutra”, y para las otras versiones se añade un pequeño texto al final, que detallaremos a continuación:

Versión negativa:

“Por cierto, querrás saber que tu vida real no se parece en nada a lo que has experimentado en la simulación. En realidad, estás cumpliendo condena en una prisión de máxima seguridad”

Versión positiva:

“Por cierto, querrás saber que tu vida real no se parece en nada a lo que has experimentado en la simulación. En realidad, eres un artista multimillonario que vive en Mónaco”


Pues bien, veamos los resultados:

Versión Negativa: 13% prefiere volver a la realidad vs 87% que prefiere seguir en la simulación.

Un resultado que no debe sorprender, supongo que si me dieran esas opciones preferiría seguir en la máquina también. Lo más resaltante es que hay un porcentaje nada desdeñable que prefiere “la realidad”, aunque ello implique desmejorar lo que hasta ese momento “percibe” como situación actual.

 

Versión Neutra: 54% prefiere volver a la realidad, 46% prefiere seguir en la simulación.

Aquí ya la cosa se pone más interesante, aquí no tenemos información de cómo es nuestra vida fuera de la simulación. Vemos que existe cierta necesidad de “vivir la realidad” (ya expresada en el 13% de la pregunta anterior, de personas que están dispuestos a tener una vida peor mientras sea la “real”). Sin embargo, hay un buen porcentaje que “se resiste al cambio”, que incluso sabiendo que viven en una simulación prefieren quedarse en ella al no saber lo que sería vivir fuera de ella.

 

Versión Positiva: 50% prefiere volver a la realidad, 50% prefiere seguir en la simulación.

Este es el resultado que me pareció más sorprendente. Aun sabiendo que la vida fuera de la simulación es probablemente “mejor” que su vida actual, la mitad prefiere quedarse en la simulación.





Tengo mis propias teorías sobre este resultado, pero en el estudio se lo achacan al efecto de la tendencia conductual conocida como “status quo”, en donde las personas preferimos quedarnos en nuestro estado actual y somos reacios a cambiar nuestra situación, incluso cuando la alternativa pueda mejorar nuestra situación actual de alguna forma.

Yo por mi parte ya tengo asumido que todos vivimos en una simulación, ya sea una hecha por un superordenador al que estamos conectados o una creada por nuestro cerebro al interpretar las señales que recibe de nuestros sentidos sobre el mundo en el que vivimos.

Saludos a todos
 

Fuente:
- If you like it, does it matter if it's real?, Felipe De Brigard, Online publication date: 08 February 2010 De_Brigard_2010_PhilPsych.pdf (duke.edu)
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  1. en respuesta a Nitro23
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    #4
    14/08/23 09:19
    Hasta en mercados eficientes!!
  2. en respuesta a abroad
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    #3
    13/08/23 23:31
    Hay teorías para todo. También hay quien a día de hoy piensa que la tierra es plana.
  3. #2
    13/08/23 20:18
    Este tema es muy curioso. Hay físicos que se han planteado si vivimos una simulación hecha por ordenador pero no a lo matrix, donde hay personas reales conectadas a una máquina. 

    Se plantean si hay una maquina ejecutando un código, y de alguna forma nosotros sentimos lo que se está ejecutando. Nosotros seríamos uno de los sujetos que se van simulando en cada iteración.

    Plantean que, en este escenario, podríamos llegar a derectar que vivimos una simulación si algún parámetro físico se comportara de manera absolutamente irracional y sin seguir ningún tipo de patrón.