Yo, desde mi posición observo a veces al consumidor como esa mosca que anda dando vueltas golpeándose histéricamente, una y otra vez, contra las paredes de vidrio de la botella que la engañan sistemáticamente haciéndole creer que está fuera, libre, con todo un mundo a su alcance. El seguro es un mundo plagado de trampas, de palabras incomprensibles para la mayoría y con un marcado toque gallego (si se me permite) porque demasiadas cosas tienen como respuesta un "depende".
Así, cual GPS virtualizado en forma de empresa de asesoría, mi correduría señala el camino a seguir para salir de la botella en que el consumidor anda metido. Las más de las veces sin ser consciente de ello pues ni conoce en qué anda metido.
Curiosamente, en muchos casos (para mí siempre demasiados) el consumidor está cautivo por propia voluntad y cuando marcas la salida, insiste en darse unos cuantos cabezazos más como si en ello residiera algún placer prohibido. Se entretiene, una y otra vez volando de flor en flor, intentando arrancar algo de néctar de creaciones que carecen de polen por ser meros artificios, falsedades: flores de papel. En otras ocasiones, cuando abres el tapón y señalas la salida observas como una fuerza externa, bárbara y brutal, le arranca las alas para que no pueda volar. Hablo de la banca.
La vida enseña que no todo es placer, que los momentos felices son intensos pero pocos. Profesionalmente llegar a este blog, a estos foros, me ha permitido ayudar a algunos más a alcanzar la libertad, su particular salida del cuello de botella. Desde este punto de vista me siento agradecido a mi profesión por darme la oportunidad de pasar por esta vida siendo útil a la gente y también agradecido a Rankia por darme la ocasión de llegar aún más lejos; de hecho, a tu casa o negocio.
Un día mantenía una de esas conversaciones extrañas, epistolares, que el correo electrónico nos brinda y que nos permite regresar en el tiempo a esos días en que la gente se carteaba, contándose la vida. En ese caso mi interlocutor, un hombre de calidad que también puebla esta casa virtual llamada Rankia, me hablaba de nuestra común coincidencia al despreciar a quienes viven los universos en blanco y negro, donde todo o es bueno o es malo, donde o estás conmigo o estás contra mí. En ese espacio donde todo se polariza hasta el extremo siempre encontramos gentes que solo ayudan a los suyos a salir de la botella y que meten al resto en la misma, convertidos eternamente en enemigos. Incluso, cuando todo se pervierte, acaban metiendo también a los suyos en el frasco. Tal vez para sentir el poder de decidir si se les salva o no.
Fernando me hizo recordar de nuevo a Wittgenstein.
El universo en gris es mejor que en blanco y negro. Mejor aún verlo en color, es más rico, más bello. Si tienes dudas, inténtalo y ayuda a quien puedas, a quien se deje, enseñándole el orificio de salida de la botella.
Como mediador, como persona, ese es mi objetivo.