Thomas Hobbes resumía esto en "homo homini lupus" que se traduce en el conocido "el hombre es un lobo para el hombre". Corría el siglo XVII
Francis Bacon, por su parte acuñó su "Iustitiae debetur quod homo homini sit deus non lupus" por la que establece que "a la justicia es debido que el hombre sea un dios para el hombre y no un lobo", señalando con precisión (si le damos la vuelta al calcetín) que un escenario injusto es caldo de cultivo para que se desencadene el supuesto contrario y el hombre, transformado en lobo, destruya al hombre. O al menos lo intente.
Hoy Sa Nostra, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de las Baleares, ha renovado su póliza de crédito a un grupo empresarial con quien mi correduría mantiene negocios desde hace años. En concreto hemos venido gestionando parte de su patrimonio y ciertas responsabilidades civiles, compartiendo la cuenta con otra correduría que presentó condiciones más ajustadas en prima (que nosotros consideramos temerarias) para otros riesgos. Fue la elección del cliente y, obviamente, la respetamos.
Sa Nostra, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de las Baleares dispone de un operador de bancaseguros (una agencia de seguros vinculada, multicompañia) y de correduría, además de compañía de seguros de vida. La fórmula se me antoja curiosa aunque es legal, puesto que supone de facto un serio trastorno bipolar múltiple societario. Me pregunto, ante un cliente ¿cómo deciden bajo qué formato actuar? ¿Como aseguradora, colocando su producto?¿Como agentes representantes de compañías (nunca del cliente) distintas de la propia? ¿Como correduría ofreciendo asesoramiento imparcial e independiente como representantes exclusivamente del cliente (nunca de la compañía)? Si eso se diera en una persona física, debería acudir al siquiatra. ¿Como huir de la cacofonía, tocando todos los pitos? ¡Estridente!
Sa Nostra, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de las Baleares es una entidad benéfico-social, como indican sus Estatutos y su gabinete de prensa. Supongo que entre sus objetivos debería contarse aportar liquidez a las empresas que desde una sólida posición puedan comprometerse a cumplir sus compromisos crediticios. Porque arropar a estas empresas incide en el empleo, en cientos de comercios y autónomos y, con ello, en la capacidad financiera de dichos actores. Dicho de otro modo: apoyar genera riqueza y aporta estabilidad a la sociedad y ello redunda, directamente, en la solvencia de la gente y en el ratio de impagados. Por tanto, aportar confianza genera beneficios indirectos a la propia entidad que cede crédito.
No obstante, Sa Nostra, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de las Baleares, ha decidido obligar a su cliente de toda la vida a firmar cartas de mandato de todas sus pólizas de seguro intermediadas por otros mediadores a su favor. La alternativa a dicha firma era la denegación de crédito. Con ello se beneficiarán, a partir de ahora, del trabajo hecho por otros recibiendo el corretaje que en justicia no les corresponde. No obstante, con ello no ha roto la relación de confianza que persiste entre la empresa cliente y este corredor, sino que ha roto la relación de confianza que el cliente tenía en Sa Nostra, su caja. Ahora el cliente está siendo práctico porque precisa garantizar su operativa en tiempos de crisis, pero no olvidará este gesto de fuerza, de brutalidad contrario a su libertad de elección de expertos asesores. La avaricia ¿romperá el saco?
Sa Nostra, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Baleares ha sido hoy mi lobo. Su empleado ni me conoce y eso aún le ha facilitado más las cosas. El problema, el lobo, se manifiestó porque, como bien apuntó Francis Bacon, la justicia brilló por su ausencia en estos minutos dramáticos.
Afortunadamente este corredor tiene muy diversificado su negocio y este lobo no causó sino un rasguño, que sanará. Pero el aliento fétido de la bestia no se olvida.
La Roma Imperial hacía pasar a sus vencidos, agachados, bajo un arco del triunfo que simbolizaba el sometimiento de la voluntad al emperador. Roma acabó sucumbiendo ante la memoria de su prepotencia y abusos. Los vencidos no olvidaron.
Deseo con todo mi corazón profesional que el cliente, este y otros miles que están pasando agachados bajo este particular arco del triunfo viendo violados sus derechos, tampoco olviden.
Dice el refrán "Del lobo los caminantes, procuren andar distantes". A ver qué hacemos, amigos lectores.
Arrieros somos.