Hace ya tres semanas que no publico nada en este blog. ¡Vaya forma de cuidarlo cuando aún no ha cumplido tres meses de vida! Rankia absorbe la mayor parte de mi tiempo actualmente. Estoy aprendiendo mucho sobre inversiones bursátiles en las últimas semanas, todo un complejo mundo plagado de tecnicismos por descubrir. El pasado fin de semana celebramos el tercer Encuentro Rankia en Valencia, en el que estuve moderando las dos mesas redondas que organizamos y donde comprobé, una vez más, lo mucho que me queda por aprender del mundo financiero.
Además de la falta de tiempo, otra razón que me frena para publicar con más frecuencia en este blog es que aún está en sus primeros meses de vida. Eso provoca, por ejemplo, que tenga un reducido número de lectores suscritos por RSS (16 suscriptores pioneros - ¡¡hola!!- de promedio en la última semana según Feedburner) y que Google le dé un cero pelotero en su algoritmo de relevancia (PageRank).
Como es bien sabido, Google juega un papel capital para que los contenidos se acaben encontrando y surjan nuevos lectores que se interesan por una determinada web o blog. Por ejemplo, en la web de Emergia, el 60% de las visitas vienen de resultados de búsquedas orgánicas en Google. En el caso de Rankia llegan al 66%. Es decir, que dos de cada tres visitas llegan de personas buscando algo y que acaban aterrizando en tus páginas.
Este es un proceso profundamente asíncrono, todo lo contrario de la inmediatez y frescura que parece implicar publicar en un blog. Cuanto menos tiempo de vida tenga un blog más asíncronos serán, normalmente, sus contenidos porque el porcentaje de lectores que leen los nuevos mensajes al poco de publicarse es muy inferior al porcentaje de los que los leerán mucho tiempo más tarde.
Publicar en un blog recién nacido es como meter un mensaje en una botella vacía y lanzarlo al mar esperando que alguien lo acabe leyendo alguna vez. Algo así ocurre con este mensaje, que se está generando entre otros millones de mensajes escritos en este momento. Todos compitiendo por la futura atención de otras personas. Todos esperando que el dios Google y otros buscadores los acaben ofreciendo como resultados de una impredecible búsqueda en algun momento futuro (presente para el que encuentre esta botella). A ese lector del futuro también le digo ¡¡hola!! ;-)