Antes de empezar con el post de hoy, debo decir que en La Vuelta al Gráfico empezamos el modo verano. Los viajes de Javi por vacaciones y luego los míos nos impiden mantener las 3 publicaciones (4 si añadimos lo que publicamos sólo en www.lavueltaalgrafico.com) por semana. Por ello, a partir de ahora y hasta septiembre, tan sólo publicaremos dos posts por semana: uno los miércoles y la selección de lecturas de la semana (que venimos publicando sólo en www.lavueltaalgrafico.com). Todo lo publicaremos en RANKIA.
Sin más, ¡vamos con el post de hoy!:
Uno de los indicadores económicos más malinterpreados y peor entendidos se lo debemos, sin duda, a Arthur Okun (sí, el de la famosa ley de Okun que han citado diferentes miembros de la Fed en diferentes ocasiones). No es otro que el Misery Index, o mal traducido Índice de la Miseria. Y digo mal traducido porque es esa traducción la que ha hecho que se interprete mal, especialmente por parte de la izquierda latina y española. Misery puede ser sinónimo, entre otras palabras, de distress, cuyo significado, entre otros, puede ser emergencia o peligro. En este caso, este significado sería mucho más correcto para entender este indicador, más que miseria. Quizá también entendido como penuria, pero sobre todo como peligro.
En los años 70, justo después de abandonar el patrón oro, y cuando los indicadores de inflación no paraban de acelerarse, Okun ideó un sencillo indicador para medir el bienestar de "la gente ©", sumando la tasa de desempleo al ritmo de crecimiento de la inflación. Cuanto mayor es el dato, mayor la "miseria" (mayor la situación de emergencia) del país. Y peor lo pasa el pueblo corriente, y mayor el traslado de una peor situación económica o menor sensación de traslado de una mejor situación económica (el caso de España, sin ir mucho más lejos).
Hay que entender también, que bajo la teoría que se defendía antes de los 70 (cruva de Philips) no cabía entender que se pudiera dar a la vez una alta inflación y una alta tasa de paro. Este fenómeno de alta inflación + alto desempleo que se daba en los 70 (estanflación) no se había producido (o no se había estudiado lo suficiente). En aquel momento, por tanto, para medir de forma sencilla qué países tenían mayores problemas económicos, servía muy bien este índice. Evidentemente, en el mundo actual ha perdido mucho significado, si bien sigue teniendo cierto sentido tenerlo en cuenta entre los indicadores B, quizá esperando a un futuro en el que vuelva la inflación.
Existen diferentes desarrollos de este índice, como el elaborado en 1999 por el mítico Robert Barro (Barro Misery Index) que mantiene la esencia del indicador (desempleo e inflación) y añade otras variables como los tipos de interés o el PIB. Steve Hanke, por su lado, añade los tipos de interés y después resta el incremento interanual del PIB per capita. Ambas ideas asumen que los tipos de interés altos se añaden al índice de "la miseria", pero el crecimiento económico se debería restar. Puedes encontrar aquí la actualización a 2016 de este índice bajo la concepción de Hanke y a continuación el ranking por países.
Es interesante la alta correlación de este sencillo índice (y sus derivados) con el incremento del populismo.
Source: https://drseansdiary.wordpress.com/2015/08/19/populism-europes-coat-of-many-colours/
Aunque un uso evidente (si bien poco citado) de este indicador podría servir para medir la eficacia (o ineficacia) de una autoridad económica. Así, la mayoría de bancos centrales del mundo tiene o un mandato de inflación (como el BCE) o un mandato de inflación y empleo (como la Fed). Este indicador mide de forma rápida la eficacia de la autoridad monetaria en acabar con la "situación de emergencia". En este sentido y al menos desde el punto de vista de este indicador, es indudable la eficacia de la Fed desde septiembre de 2011:
En resumen, este es un indicador quizá más adecuado para medir la incertidumbre política que la situación económica o quizá para averiguar los posibles paso de la Fed, aunque venido a menos o con un significado más limitado en nuestra época que cuando fue creado.
Tomás García-Purriños, CAIA
@tomasgarcia_p