Imagínate que no tienes carné de conducir. Si es cierto que no lo tienes te requerirá menos esfuerzo imaginarlo. Si lo tienes, intenta recordar aquella época en la que no lo tenías.
Los coches te pueden gustar más o menos. Puedes saber más o menos. Puedes ser incluso un mecánico profesional, pero no un conductor, porque no tienes el carné de conducir.
Imagina por otro lado que el mundo de la Fórmula 1, te gusten más o menos los coches, siempre te ha interesado. Los cochazos, la velocidad, los circuitos, el público, el lujo, los viajes, Mónaco, Singapur, Baréin, Malasia,... Imagínatelo todo.
Bien, ahora imagina que entonces, un día, aparece un señor y te cuenta que te puede enseñar a conducir un Fórmula 1 en un sábado. Presencial. Por 300 €. Que te puede explicar lo básico en una hora el miércoles por la tarde. Online. Gratis. Y que si te gusta, en un curso de una semana, online también, por tan solo 999 € te puede enseñar a competir profesionalmente.
Ese señor te asegura que te enseñará todos los secretos de la competición. Aunque eso sí, jamás ha pertenecido a ninguna escudería. Ni de lejos. Pero lleva desde los 15 años pilotando, a los 20 lo nombraron el piloto más joven del mundo, ha aprendido de los mejores pilotos, aunque ninguno de ellos trabajó para ninguna escudería, y ha ganado cientos de premios, todos no reconocidos y fuera del circuito oficial. Aunque es un as del motor, prefiere pilotar por libre y vivir su sueño y dar cursos para explicarlo que estar de conductor principal en Ferrari o en Mercedes.
Cuando pones su nombre en Google, aparece su web la primera, en la parte de más arriba, donde van los resultados de pago. Te sorprende que una persona tan famosa pague por publicitarse, pero bueno, ¡también la Coca Cola lo hace!
Aparece también en todos los medios de comunicación. Televisión, periódicos, prensa especializada... Eso sí,en ninguno se habla de cómo pilota, sino de cómo dice él que pilota. Hay algunos vídeos en su canal de Youtube donde parece que conduce muy bien, pero no se ve bien si es un Fórmula 1, un kart o un videojuego. En algunos foros y en su web personal dicen que hace pruebas en el Jarama, pero no queda claro con qué ni con quién, aunque todos los que la han hecho aseguran ser ya o estar en el camino de ser pilotos profesionalesninguno trabaja en ninguna escudería.
Tiene 124.000 followers en Twitter. Aunque cada vez que publica sólo tiene uno o dos me gusta, y a veces algún retuit. En su Instagram publica fotos de grandes cenas de negocios en rascacielos,con platos llenos de comidas exóticas que parecen caras, rutas por bosques desconocidos, selfies en un ferrari frente a su yate.
Es muy polivalente, porque a veces también da cursos de Moto GP, asegurando que cualquier parado o trabajador de su hogar puede, fácilmente, dedicarse a la Moto GP o a la Fórmula 1, sin esfuerzo ni sacarse el carné.Casualmente acaba de publicar su último libro.
Aunque algo escéptico, decides hacer el curso de una tarde con él, por probar. Al fin y al cabo, es gratis. Con un lenguaje técnico muy logrado que en el fondo no entiendes pero parece importante, te habla de sus grandes carreras. De cómo adelantó a Alonso con facilidad, que en realidad Vettel no tiene ni idea, que es amigo personal de Hamilton. Te explica que también te puedes salir del circuito, pero que sólo los pardillos que no se forman con él tienen accidentes. Que él tuvo uno una vez con 17 años, y aprendió todo lo que tenía que aprender. Que ya sabe pilotar en todos los tiempos, a todas las horas. Y en esto que se acaba tu hora. Te anima a que vayas a su curso el sábado. Te ofrece un descuento, por ser tú, de 51 € si te apuntas esa misma tarde con el código: Ganador_Forever_Petronas!
Te apuntas nervioso. Aprovechas para leer su libro. 19,99 €, publicado por una editorial de prestigio. Está como recomendado en las estanterías de los mejores centros comerciales. El 5% de los beneficios, para ONGs, lo que demuestra que es una gran persona. Lo lees rápido. El libro es más o menos lo que te contó el otro día, pero te explica también qué es una culata. Súper detallado. Todo sobre las culatas. Todo. No entiendes muy bien para qué te puede servir eso, por lo que animado por averiguarlo, te apuntas al curso del sábado.
Mientras tanto, alquilas un Fórmula 1 para ir probando. Según pisas el acelerador, te estrellas. Se rompe la culata.
Te echas la culpa a ti mismo. Te has lanzado a conducir sin tener ni idea. Te has dejado llevar por la emoción de pisar el acelerador.
Sigues sin tener el carné de conducir.
El sábado, lo conoces en persona. Es elegante, educado y directo. Nervioso, pero cómodo. Formal pero con un toque macarra. Es, en resumen, exactamente lo que esperas de un piloto de Fórmula 1 y de Moto GP, pero más cercano. El hotel donde da el curso es de nueves estrellas. Hasta el café sabe a lujo. Sois unas 10 personas.Te explica que hay que tener fe en uno mismo. Después te habla de los diferentes colores de coche y de que es súper importante, SÚPER IMPORTANTE, cambiar de ruedas si hay lluvia y entrar en boxes al menos una vez durante la carrera. Ah, sí, y por último te indica que hay una tienda de recambios de Fórmula 1 en la esquina que es la mejor. Y que si te interesa un seguro de coche, que también conoce a unos que hacen seguros baratos y que cubren todo.
No entiendes muy bien por qué este genio del pilotaje te quiere vender un seguro, pero te quedas con su tienda de recambios en la cabeza, no sabes por qué, y vas a alquilar el coche de fórmula 1 que también él te ha recomendado y además era el que usaba en sus presentaciones. Das una vuelta tú sólo por el circuito y no parece complicado. Te sientes cómodo, aceleras, te ves bien. Vas controlando el coche. Aunque no pasas de 30.
En casa, juegas a un video juego de F1 que te han prestado los del alquiler de coches y pruebas los trucos que has aprendido. Entrar en boxes al menos una vez. Poner ruedas de lluvia si llueve. Ganas varias veces el campeonato del mundo.
Piensas que qué pringada es la gente que se saca el carné de conducir.
Decides que quieres competir, pero quieres tener todo asegurado. No quieres que te pase lo de la otra vez y te quedan algunas lagunas. Te apuntas al curso de una semana. Te cuenta lo mismo que el sábado y además, que la vida es una sucesión de horas, minutos y segundos que te pertenecen y no puedes desaprovecharlas en un trabajo que te quema. Que el mejor trabajo es el que tú te creas. Que todo el universo se pondrá de tu parte si crees en ti mismo. Que tú eres tu problema y tu solución. Te explica que todo eso se llama psico-driving y es lo más importante, así que dedica cuatro de los cinco días a hablar de eso. El último día te explica también qué es un volante. Te habla de la importancia del embrague y de la conveniencia, aunque altamente sofisticada, del coche automático. Finalmente, te dice que existe el KERS. Pero que eso lo explicará en su curso avanzado por 2.999 €, semi-presencial, que comienza en dos semanas. Que te apuntes ya que no quedan casi plazas. Que también hablará de los coches automáticos entonces.
Sigues sin tener el carné de conducir. Pero tú ya te ves fuerte. Quieres competir. Te apuntas al siguiente premio de Fórmula 1. Aquí no hay divisiones, partes como todos desde el primer día. Está Alonso a tu lado, Hamilton delante tuya, Vettel detrás. También hay otros que no conoces, con la misma cara de emoción que tú. Reconoces alguno del curso. La carrera comienza... y descubres para qué necesitabas el seguro.
El coche destrozado, por suerte paga el seguro. Aunque era con franquicias y no cubre todo. Mientras te quejas de que eso no te lo dijeron al contratarlo, ves a otros como tú, también quejándose.
Entonces echas la culpa a tu suerte, al coche, a otros pilotos e incluso a toda la Fórmula 1. Otros también lo hacen.
Finalmente crees acertadamente (aunque de forma parcial) que el error eres tú. Que aún no controlas el psico -driving. Pero... decides hacer el curso avanzado.
Cuando estás de nuevo en la cuneta esta vez el seguro no te cubre. Tienes que pagar el coche, las ruedas, y las cuotas de inscripción en el campeonato de todo el año. Es más dinero del que tienes.
El señor que te enseñó a pilotar no trabaja en ninguna autoescuela, por lo que no puedes denunciarle al organismo que vigila las autoescuelas, con legislación estricta que te hubiera protegido de haberlo hecho.
El señor que te enseñó a pilotar trabaja a comisión de la empresa de recambios, del que alquila los Fórmula 1 y de la empresa de seguros. Todas empresas reguladas, que cotizan en bolsa y con gente triunfadora pilotando Fórmula 1 en las portadas de sus webs.
Y cuando cuentas tu caso en redes sociales, todos te dicen que es tu culpa por conducir sin carné. Menos uno, que te dice que te entiende. Que te han estafado. Que pases por su curso de una tarde, online, gratuito, y te explica cómo en sus cursos de un sábado + domingo, 1.900 €, presencial, te enseñará a hacerlo bien.
Sigues sin tener el carné de conducir.