Lo que pretenden los gestores del "fondo S&P 500" es selecionar el grupo de empresas que mejor refleje la economía norteamericana en su conjunto. Dichas empresas deberán ser los líderes en su nicho de mercado o sector, en el que deben haber estado operando durante bastantes años. Los gestores del S&P buscan empresas con una fortaleza financiera tal que les permita sobrevivir, al menos, durante los próximos 10 años y cuyas acciones tengan una liquidez muy alta.
Estos gestores, no eliminarán de su fondo una empresa a menos que haya una buena razón para hacerlo y sólo la reemplazarán por aquella acción que cumpla con todos los requisitos necesarios para entrar en el "fondo". Las razones de entrada y salida se basan exclusivamente en factores fundamentales, recogidos en un "plan de inversiones" que los gestores cumplen siempre a raja tabla.
Esta estrategia de selección de acciones a muy largo plazo tiene dos repercusiones inmediatas: un turnover muy bajo (bajas comisiones) y una mayor eficiencia fiscal. Es cursioso que, a pesar de las evidentes ventajas que presenta la inversión a largo plazo, la mayor parte de los fondos se centre en operaciones de corto plazo (se estima que el periodo de permanencia medio de una acción en la cartera de un fondo de inversión es de sólo 18 meses).
Otra gran diferencia con los fondos tradicionales es que el "fondo S&P" no rebalancea su cartera. Es corriente entre los fondos de inversión reducir posiciones en sus mejores acciones porque, a medida que van subiendo, representan un porcentaje muy alto de su cartera. Sin embargo, los gestores del S&P dejan correr las ganancias. Esto tiene todo el sentido dentro de la estrategia de gestión del S&P. Si lo que pretendes es representar toda la economía del país, no puedes vender Microsoft porque su acción haya subido mucho, ya que dicha subida se debe a que el peso de Microsoft en la economía es mayor. Como vemos, los gestores del S&P son absolutamente coherentes con sus principios de inversión.
En definitiva, lo que hace imbatible al S&P es su filosofía de inversión, la cual se puede resumir en los siguientes puntos:
1. Sólo compra empresas líderes en su sector. Este liderazgo se debe, en la mayoría de los casos, a la profunda ventaja competitiva de la empresa.
2. Compra empresas sólidas muy consolidadas que lleven bastantes años operando en su sector.
3. Sus empresas deben tener una fortaleza financiera muy alta.
4. Las compras y las ventas se basan en criterios exclusivamente fundamentales, tasados de ante mano y que los gestores siguen siempre con la máxima disciplina.
5. Sus inversiones son siempre a muy largo plazo.
6. El largo plazo temporal y la liquidez de las acciones hacen que los gastos que deben sufrir los partícipes (impuestos, comisiones y horquillas de precios) sean muy bajos.
7. No rebalancean la cartera, de tal forma que dejan correr las ganancias y nunca sobreponderan las acciones de menor calidad.
Este estilo de inversión tiene tanta calidad que bate, a largo plazo, al 95% de los fondos de inversión. Por este motivo siempre recomiendo comprar fondos indexados si como inversores no somos capaces de desarrollar una estrategia de inversión tan consistente como esta o si no somos capaces de encontrar un fondo de inversión que sí la tenga.
Si nosotros o el gestor de nuestro fondo nos centramos en el corto plazo, compramos chicharros de poca liquidez, operamos con frecuencia, rebalanceamos la cartera, no seguimos una disciplina, no somos capaces de analizar la fortaleza financiera ni la ventaja competitiva de nuestras empresas... estaremos invirtiendo mal y, al final, el índice siempre nos va a ganar. En estos casos, lo mejor es seguir una estrategia "promediadora" en el índice.
Ya comentamos alguna vez esta estrategia. Consiste en comprar participaciones de un fondo indexado (un ETF es perfecto) cada vez que el índice caiga un X% (cada uno debe decidir si es un 5%, un 10% o un 25%) y mantenerlas a muy largo plazo. No sólo estaremos invirtiendo en un fondo de inversión que bate a la mayoría, sino que además estaremos comprando sus participaciones en los mejores momentos. De esta forma sí podremos batir al S&P siguiendo su misma estrategia. Para inversores particulares sin tiempo ni ganas, este es, SIN DUDA, el mejor plan de pensiones: el más rentable y el más barato.
Sin embargo, para los que tenemos tiempo y ganas, la búsqueda del valor (y la aplicación de unos criterios de inversión muy parecidos a los del S&P) puede ser mucho más rentable. Como veos, la clave está en la calidad, el largo plazo y la disciplina.